Taller sobre política de alimentos
El pasado 9 de agosto se llevó a cabo un taller sobre políticas de alimentos, dedicado a los aspectos legales y técnicos en el marco del PIDAE N° 1035, organizado por el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) y el Observatorio sobre implementación del Acuerdo Mercosur-Unión Europea (OAMU). El taller se propuso explorar y definir distintas líneas de acción en materia de alimentos que permitan, en primer lugar, el desarrollo y consumo sustentable de alimentos, en segundo término, analizar mecanismos de abastecimiento del mercado local y a la vez, faciliten la inserción y comercialización en mercados internacionales.
Gabriele Orcalli (Università degli Studi di Padova), Alejandra Díaz (UBA), Gabriel Gette (UBA) y Martín Cortese (UBA) participaron en calidad de expertos/as. Por su parte, Carlos Ramirez y Alejandra Díaz brindaron sus aportes como expositores/as. En tanto, la coordinación general del encuentro estuvo a cargo de la profesora Sandra Negro.
En primer lugar, Sandra Negro comentó a los/as presente sobre la iniciativa y la temática a abordar. “Como ya saben, vamos dos años tratando el tema en la Facultad de Derecho. El proyecto trata de políticas públicas en materia de alimentos, aspectos legales y aspectos sociales. En esta oportunidad, vamos a tratar los argumentos sobre el control de la Aduana y alimentos orgánicos. Además, vamos a incluir y finalizar el encuentro con un panorama general del comercio de alimentos de la Unión Europea y el Mercosur”, señaló.
Acto seguido, tomó la palabra de Carlos Ramírez.“El tema de los alimentos, lo que hace la exportación e importación está sujeta a la intervención de organismos tanto nacionales como provinciales. Estos se ocupan también del cuidado de los cultivos entre otras producciones destinadas a los alimentos”, manifestó. Continúo desarrollando su exposición hasta agregar una cuestión, que caracterizó como complicada, vinculada a las protestas de nacionales extranjeros en territorio nacional respecto a la política alimentaria.
Alejandra Diaz compartió su trabajo sobre alimentos orgánicos. “El alimento orgánico está definido por su forma de producción. No es natural sino que es la producción de los cultivos y el desarrollo de los animales desde otra mirada. Esta producción y desarrollo tiene como objetivo el bienestar del ecosistema tanto en la tierra como en la vida de los animales. Dicho proceso se busca que sea autosostenible”, expresó y enfatizó que “lo que se rechaza es todo lo que está ligado con la contaminación, como los fertilizantes y los pesticidas. Esto por la contaminación de aguas con posibles filtraciones”. Y agregó que “los transgénicos y toda manipulación genética e intervención de antibióticos y hormonas también están prohibidos. El proceso de irradiación, cuestionado por sus efectos, tampoco se utiliza en el denominado proceso orgánico”. Asimismo, aludió a los objetivos que se propone la producción orgánica y los medios que predispone para lograrlos “Se utilizan fertilizantes que provienen del compost, estiércol, que en realidad se los llama abonos verdes. Otro mecanismo es la rotación de la tierra, para que el suelo pueda reponerse rápidamente para la cosecha y la prevención de plagas y enfermedades”. Por otro lado, se refirió a las plagas. “En general, uno de los problemas que tienen las plantas es que no tienen suficientes elementos para frenar esos peligros. El sistema norteamericano regula los reconocidos/aceptados pesticidas para ser usados en cultivos orgánicos”. Luego, opinó sobre el bienestar animal en las granjas. “Es un tema que está muy tratado en la Unión Europea. ¿Cómo se debe desarrollar la crianza de los animales en términos orgánicos? Esto incluye varios elementos como una vida saludable, espacio suficiente, alimento a base de pasturas y que tengan una cantidad de horas establecidas de pastoreo. Otra cosa que incluye es la vacunación sin ningún tipo de hormona”, señaló. Destacó que uno de los objetivos es la certificación de los diferentes organismos, todo esto bajo la regulación de los países. “Esto tiene que estar todo establecido y etiquetado”, concluyó.