Sindicatos y Política Económica
El 5 de septiembre pasado, el Departamento de Ciencias Sociales organizó la conferencia “Sindicatos y Política Económica”, actividad que fue moderada por el Dr. Luis Alberto Rey y que contó con las exposiciones del Secretario General de la Seccional Oeste de la Unión Ferroviaria Rubén "Pollo" Sobrero y los Dres. Douglas Elespe y Eduardo Conesa.
La presentación estuvo a cargo del Dr. Luis Alberto Rey, quien sostuvo tanto que las empresas como las organizaciones sindicales persiguen el ahorro del costo de transacción. Estas últimas porque le ahorran a la economía la transacción de trabajador por trabajador con respecto a su empleador (relación trabajador-empresa). Mencionó, además, que el trabajador acude al contrato de trabajo con una condición de hipo-suficiencia (estado de necesidad o lesión subjetiva ab initio) siendo el Derecho del Trabajo un derecho tuitivo porque tiende a tratar con desigualdad a dos partes que son desiguales en el contrato de trabajo, tiende a generar un desequilibrio para elevar a la parte más débil de la contratación y poner al trabajador en pie de igualdad, soslayando esta condición de lesión subjetiva ab initio y garantizando la igualdad de las partes. Por lo tanto, es deseable la participación, junto con el Estado y las entidades empresariales o patronales, de la organización sindical. Entre sus aspectos positivos, resaltó que los sindicatos generan una única negociación a través de la negociación colectiva por la que se establecen condiciones mínimas de trabajo, seguridad y salariales; garantizan una asistencia médica y paramédica para los trabajadores y su grupo familiar; la capacitación de los trabajadores cuando éstos han caído en desempleo para que puedan reinsertarse en el ámbito laboral; colaboran con el Estado y las empresas para combatir el desempleo estructural, entre otros. Con respecto a los aspectos negativos, mencionó el problema de agencia (o principal y agente) que resulta en un alejamiento por parte de las organizaciones sindicales de los objetivos comunes y declarados, y asuma objetivos propios. Se refirió también a la falta de democracia interna que provoca prácticas fraudulentas que perjudican la negociación colectiva y los objetivos del colectivo laboral; y a los sindicatos de clase que generan una situación de competencia. Para finalizar, resaltó su importancia en la formulación de políticas públicas.
A continuación, el Dr. Douglas Elespe se refirió a la teoría de la elección pública o de las decisiones y sus alternativas y parámetros, mencionando como factores influyentes: la tentación burocrática y los grupos de interés. Habló sobre las igualdades aceptadas, que no admiten discusión como la política; las desigualdades tolerables, ante igualdad de oportunidades; las diferencias de méritos y valor agregado que aportan a la sociedad o a la familia. Los salarios y el nivel de empleo pueden ser dos alternativas sobre las que hay que escoger; en la gestión de los delegados sindicales “me parecía que se ocupaban mucho más del tema salarial y de las ventajas salariales que del tema del desempleo (…) hasta que me di cuenta que el equivocado era yo, porque analizando cuál es la condición de agencia, cuál es la función del delegado sindical, me di cuenta que en realidad era una función del Estado y no del delegado sindical pujar por el desempleado”, afirmó. De esta manera, mencionó diversas alternativas de acuerdo con un escenario de plena ocupación o de alto nivel de desempleo. En el primer caso existe una legítima motivación por parte del sindicalismo de pugnar por mejores condiciones laborales ya que el desempleo pasa a ser un tema secundario o menor. A la inversa, cuando no hay plena ocupación hay que optar entre un ajuste por precio (salario) o por cantidades (gente empleada). Otro escenario previsto fue ante una situación de monopolio o competitiva. Finalmente, opinó que la gestión debería ser medida analizando el fundamento del aumento salarial (por inflación, mérito, equidad, necesidad, riesgo, movilidad).
Por su parte, Rubén Sobrero se refirió a la lucha de clases y compartió sus experiencias retomando aspectos de la historia. Se centró en la época neoliberal de la década de 1990 en la cual los empresarios achicaron el Estado con la complicidad de los gremios, que fueron partícipes de esa política que llevó a la desocupación, al aumento del trabajo en negro y de las terciarizadas.
“Ningún sindicato es parecido a otro, hay un grueso de los gremios que están íntimamente ligados con la economía y la política que surgieron en los ‘90 y gremios que empiezan a surgir principalmente a partir del año 2001 y que empiezan a plantear otro modelo gremial”, explicó. Seguidamente, se refirió a las huelgas salvajes, extorsivas o solidarias, que podrían haber sido canalizadas de otra forma y a las discusiones con el cuerpo de delegados “para echar a los que se tiene que echar”.
Por último, resaltó la política de defensa del ferrocarril.
Para finalizar, el Dr. Eduardo Conesa se refirió a los aspectos que los sindicatos debieran tener en claro y presionar sobre el Estado para que se lleven a cabo ciertas políticas que beneficien a los trabajadores y al bien común. El primero de ellos es la obtención del pleno empleo que, si dentro de los conocimientos actuales de la economía no se logra, es por la impericia, ineptitud de las autoridades. El segundo, la estabilidad de precios ya que la suba de los mismos hace que disminuya el salario real. Y finalmente, el desarrollo económico, tema muy estudiado por lo que si hay un país que no lo consigue es por la mala gestión de las autoridades. En estos tres puntos los trabajadores tienen un interés primordial. Comentó, además, la historia de la desocupación por la devaluación de la moneda en Inglaterra y Alemania en 1920. “En Argentina, ignoramos la historia económica y en el diseño de 1990 hacemos lo mismo”, concluyó.
“(…) me di cuenta que en realidad era una función del Estado y no del delegado sindical pujar por el desempleado”, afirmó el Dr. Douglas Elespe.