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Año VI - Edición 118 20 de diciembre de 2007

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Sesquicentenario de la fundación de la Gran Logia de la Argentina de libres y aceptados Masones

  • Notas

En el marco de las futuras celebraciones del II Centenario de la Revolución de Mayo, tuvo lugar un acto recordatorio del sesquicentenario de la fundación de la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones, que fuera fundada el 11 de septiembre de 1857, y que estuvo integrada en sus orígenes por las siete logias existentes en Buenos Aires. Esta Gran Logia, fue presidida en sus comienzos por el Dr. José Roque Pérez (Profesor de esta Facultad en Derecho Natural y de Gentes).

El acto se desarrolló el pasado 27 de noviembre en el Salón Rojo de nuestra Facultad y contó con la exposición de los Dres. Víctor E. Rodríguez Rossi, Pablo Mateo Tesija y Sergio Nunes.

El Dr. Rodríguez Rossi destacó la presencia de la Francmasonería en el Río de la Plata haciendo una descripción cronológica de su desarrollo. Luego, indicó que “la Masonería es una fraternidad protectora de una especie en peligro de extinción: el hombre libre”.

Asimismo, destacó que han pertenecido a la orden “los más destacados artífices de la revolución de la inteligencia y la razón, e incluso los fundadores de la Patria. También han participado los hombres de la generación del ´37 y del ´80, los sostenedores del laicismo, la educación común y obligatoria, el matrimonio civil, el voto secreto, la reforma universitaria del ´18 y la legislación obrera y social protectora de la mujer y la minoridad.

Por otra parte, advirtió que “fue masón el creador de la Universidad de Buenos Aires en 1821, don Bernardino Rivadavia. También lo fueron nuestros libertadores, los generales José de San Martín, Manuel Belgrano, Bernardo O´Hoggins, Simón Bolívar, José Martí y quince presidentes de la Nación Argentina, comenzando por don Justo José de Urquiza, Santiago Derqui (ambos de la Confederación), Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento (quien fuera antes y después Gran Maestre de la Orden), siete vicepresidentes, ministros, rectores, decanos y docentes universitarios. En esta lista también  se encuentran Leandro N. Alem, Hipólito Yrigoyen, Carlos Pellegrini, Dardo Rocha, Aarón Castellanos y Alfredo L. Palacios.

A continuación, el Dr. Pablo Mateo Tesija, sintetizó desde el punto de vista histórico a la Orden Masónica. En ese sentido, destacó que estaba compuesta por antiguos constructores -arquitectos y artesanos- de espacios sagrados y catedrales. Estos, indicó Tesija, luego se unieron en sus gremios, a la vera de las obras, y fueron artífices de los códigos de reconocimiento para la transmisión de sus secretos y la percepción del debido salario. A continuación, describió la paulatina incorporación a esa masonería “antigua” de intelectuales y pensadores de la época, dando lugar a la formación de la orden en su actual dimensión.

Finalmente, el Dr. Sergio Nunes se refirió al quehacer masónico actual y para el futuro, advirtiendo que la masonería como institución no es un partido político, ni una religión, ni un grupo de presión, sino que sus integrantes actúan en forma libre, de acuerdo con sus convicciones, dentro de la ley, el respeto a las instituciones de la Nación, los valores éticos y republicanos. En ese sentido, el Dr. Nunes señaló las enormes falencias del mundo actual, los riesgos y beneficios de la globalización, el reto que representa el mantenimiento de los valores y la imprescindible y urgente síntesis superadora de las antinomias existentes, la trágica anomia del hombre actual, en nuestro país y en el mundo, su falta de horizontes, el desapego por la cultura, el esfuerzo, en un marco de la dependencia mediática uniformadora de pensamiento único.

Parafraseando a Martin Luther King dijo: “yo tengo un sueño, es que todos los hombres masones y no masones tomen conciencia y se conviertan en operadores sociales, en activos agentes del cambio superador, operadores sociales de la cultura, del trabajo de la solidaridad, del cumplimiento de la ley, de la división e interdependencia de los poderes del Estado con su recíproco control, el afianzamiento de la Justicia, el funcionamiento del Congreso de la Nación, la vigencia de un federalismo verdadero, la igualdad ante la ley, la limitación del superpoder discrecional que ahoga las instituciones y la indiferencia conformista e irresponsable”.