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Año XII - Edición 215 15 de agosto de 2013

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Seminario Permanente sobre la historia de la Facultad de Derecho. Conferencia del profesor Mario Valls

  • Notas

El 3 de julio se llevó a cabo en el Salón de Usos Múltiples del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja” un nuevo encuentro del Seminario Permanente sobre Historia de la Facultad de Derecho con la participación del Dr. Mario Valls.

El título de la disertación fue “Mis recuerdos de la Facultad peronista”, donde Valls compartió sus experiencias, anécdotas y vivencias como estudiante.

Para comenzar, sostuvo que esta historia tuvo un final feliz por la solidaridad y tolerancia única practicada durante los últimos 30 años. Su relato inició con la caracterización del lugar: la vieja Facultad de Derecho y Ciencias Sociales en la avenida Las Heras, un espacio oscuro, poco hospitalario, en el que la biblioteca era el mejor lugar para estar, convirtiéndose en un centro de reunión donde se conocían personas de distintas provincias e ideologías, era un lugar de tolerancia. Asimismo, recordó las librerías, el bar Mitre frente a la Facultad y el Centro de Estudiantes de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales fundado en 1905.

A continuación, Valls indicó que para 1930, la Facultad, autónoma, fijaba sus propias pautas y llegó a tener un Decano memorable como Alfredo Palacios, amado por los estudiantes, quien introdujo los primeros seminarios. Sin embargo, su mandato fue breve debido al Golpe de Uriburu. Con la Revolución de 1943, el 25 de febrero de 1944 asumió como interventor de la Facultad el Dr. Tomás D. Casares, destacado representante de los sectores nacionalistas y católicos. Para esta época, declararon ilegal la FUBA y se echaron a los profesores anteriores. De acuerdo con el pensamiento del gobierno de turno, la Facultad era un desorden y había que castigarla; por este motivo, varios profesores también se fueron por su propia cuenta, quedando muchas cátedras vacías.

En 1945, año en el que el disertante daba sus primeros pasos en la Facultad, Farrell con Perón asumieron el gobierno, desplazando a Ramírez y declarando la guerra al Eje. La Facultad, desde adentro, combatió la intromisión del gobierno en un enfrentamiento muy duro. Para 1946, ante el pedido de elecciones, Perón asume el poder. “Nos habían devuelto el Centro de Estudiantes a los alumnos, pero sin la biblioteca”, sentenció Valls. Durante esa época, él, junto a muchos otros compañeros, se dedicaron a “levantar” el Centro y servir a los estudiantes. Para que el alumnado no tuviera una visión sesgada de la política, el derecho y la historia, se propuso dar clases con profesores alternativos, que estuvieran fuera de la Facultad. Para ello debían notificar a la Comisaría de las reuniones por estar el Centro fichado como un colateral. Se dedicaron, también, a juntar libros pagados por los estudiantes y armar la biblioteca.

En cuanto a la relación entre la policía y los alumnos, Valls opinó que la represión era más que nada una sensación, “no fue tanto como dice la historia (…) Hubo sí muchos presos, pero el habeas corpus resolvía el problema”.

Además, el disertante señaló la necesidad de presentar certificados de buena conducta para poder inscribirse como abogados, donde se pedía a cambio información sobre los elementos subversivos.

Para finalizar, se refirió a la represión sufrida por Roque Carranza y a la situación de los alumnos y profesores. Entre los primeros, comentó que se trataba de un grupo heterogéneo, nadie se proclamaba liberal y la mayoría era silenciosa. Entre los profesores, había desaparecido gente muy valiosa, incorporándose gente nueva muy poco entrenada. Finalmente, cuando en 1949 la Facultad fue mudada al actual edificio, el gobierno armó un sistema gremial paralelo a la FUBA, que, de acuerdo con Valls, era totalmente innecesario.

Durante la época, Valls, junto a muchos otros compañeros, se dedicaron a “levantar” el Centro y servir a los estudiantes.