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Año IX - Edición 161 20 de mayo de 2010

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Seminario Permanente sobre Historia de la Facultad de Derecho

  • Notas

En el marco del Seminario Permanente sobre Historia de la Facultad de Derecho, el 28 de abril se efectuó una conferencia sobre el Dr. Manuel Gálvez, egresado de nuestra Facultad, que pronunció la historiadora Lucía Gálvez. El acto fue precedido por palabras del coordinador del seminario, Dr. Tulio Ortiz, quien recordó que nuestra Facultad fue el ámbito donde cursó estudios no sólo una dirigencia política y social, sino también grandes escritores como Gálvez, Larreta, Mallea, Macedonio Fernández, Manzi y otros. También recordó a Carlos Octavio Bunge, ilustre profesor y al Doctor Honoris Causa de la Universidad de Buenos Aires, Mario Bunge, ascendientes de la invitada. Asimismo, se hizo entrega a la disertante de copias del legajo del estudiante Manuel Gálvez, quien ingresó en 1898 y egresó en 1905 como Doctor en Jurisprudencia por su tesis sobre la Trata de Blancas.

En primer lugar, la historiadora Lucía Gálvez resaltó que el Dr. Manuel Gálvez nació en 1882, en una prestigiosa familia santafecina, fiel exponente de aquella dinámica "Generación del 80" que logró insertar a la Argentina en el mundo occidental guiada por Alberdi, Sarmiento, Echeverría y otros grandes pensadores de la generación del 37. A sus 19 años, junto a su amigo Ricardo Olivera, fundó la Revista Ideas “con el objetivo de luchar heroicamente contra el ambiente materialista y descreído, extranjerizante y despreciador de lo argentino, indiferente hacia los valores intelectuales y espirituales que reinaban a principios de siglo”, así cuenta el autor en el primer tomo de sus memorias.

En relación a la revista, la expositora comentó que en 1905 la publicación número 15 alcanzó un gran éxito donde aparecía una colaboración escrita en francés y firmada con el seudónimo de Marguerite. Luego se supo que la anónima autora era Delfina Bunge; lo cual “se trató de algo muy excepcional: no era bien visto por la sociedad que una mujer escribiera, menos aun que publicara”, manifestó.

Asimismo, mencionó que el Dr. Manuel Gálvez no tenía vocación para las leyes pero igualmente estudió Derecho en la Universidad de Buenos Aires, costeándose la carrera con su sueldo, hasta que rindió su tesis de doctorado en 1905, luego de la larga huelga estudiantil de 1903.

Con respecto a su tesis, remarcó que abordó un tema inaudito para la época, como lo era la trata de blancas, pero el fundamento de dicha elección se encontraba en la devoción del autor por la literatura, sobre todo la rusa de Dostoievski, quien pone a las mujeres de mal vivir en un lugar importante de su obra. En tal sentido, añadió que Gálvez denunció a la sociedad de mirar para otro lado y de ser cómplice por justificar el comercio que se hacia de las mujeres como un mal menor, junto a la perversidad del sistema que engendraba a los proxenetas, tanto en Europa, América del Sur, como Sudáfrica. A su vez, indicó una interesante descripción de Gálvez sobre la figura del proxeneta, quien “viste con cierto lujo donde todo es relumbrón y cursi. Los enormes anillos en su mano izquierda, el bastón de puño de oro, la corbata de un rojo aborrachado –que tiene el color de sus medias- el pañuelo de seda excesivo y ridículo, son sus indispensables atavíos”. Aseguró entonces que dicha tesis tuvo buenos receptores, como el Ministro de Gobierno de la época, Joaquín V. González, quien le encargó un ensayo sobre el paro forzoso; “el trabajo final se resumió en un volumen de cuatrocientas treinta y seis páginas que nunca se le pagó al autor”, afirmó. No obstante ello, resaltó que el autor encontró una gran satisfacción al saber que gracias a su libro se presentaron dos proyectos al Congreso: uno del socialista Alfredo Palacios y otro de los católicos Cafferata y Bas; más allá de recibir felicitaciones de personalidades de la talla de Juan B. Justo, entre otros.

Por otro lado, agregó que en 1916 no existían editores en Buenos Aires, sino libreros que publicaban muy pocos libros por año, generalmente de Historia o Derecho. En virtud de ello, fundó la Sociedad de Escritores, ayudando al editor, al escritor y al libro argentino como a la literatura.

Consecuentemente, sintetizó que la novela preferida por Gálvez, “Hombres en Soledad”, contiene un fondo histórico sobre la Revolución del 30, junto a una crítica de la administración de riquezas que no tiene en cuenta las prioridades en un país con zonas ricas y zonas pobres, haciendo inexistente a todo criterio de justicia social que incorpore a los más necesitados a participar en tales riquezas.

A su vez, enfatizó que el autor en muchas de sus novelas denuncia una serie de males que requieren una pronta solución: el materialismo, el sensualismo y el derroche, la dejadez, los prejuicios sociales, la represión de la mujer y la valorización de los "doctores" o "personajes" por encima de los científicos y técnicos.

En cuanto a su familia, expresó que Gálvez tuvo tres hijos, veinte nietos, sesenta y ocho bisnietos, y que transmitió a ellos el amor hacia a la lectura, por los libros que regalaba, por cumpleaños o por llenar las bibliotecas, dándole luz y sol a la casa.

Remarcó, finalmente, que Manuel Gálvez falleció el 14 de noviembre de 1942 y predicando, más con el ejemplo que con palabras, el valor del trabajo y la importancia de la fe.