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Año XI - Edición 198 30 de agosto de 2012

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Segunda jornada sobre cuestión criminal y marxismo

  • Notas

El segundo encuentro se desarrolló el 13 de agosto último para debatir los principales aportes del marxismo y analizar su contribución al estudio de la cuestión criminal. Es de notorio conocimiento que el método de análisis marxista permanece escasamente explorado en lo vinculado a la cuestión criminal, y es por ello que el propósito del evento ha sido incentivar el debate sobre las potencialidades del abordaje de la cuestión criminal desde una óptica marxista, en una perspectiva de cambio y transformación social.

La apertura de las jornadas estuvo a cargo del Alejandro Alagia que expresó: “creemos que es una oportunidad para nosotros introducir esta rica corriente cultural (la del marxismo), creemos que sigue en gran parte vigente”. También creyó importante destacar que con actividades de esta naturaleza se vuelve a vincular a esta Facultad con las ciencias sociales.

Luego, fue el turno de Eduardo Grüner, sociólogo, ensayista y crítico cultural, que indicó: “el derecho es algo diferente a la ley […] el marxismo tiene cosas extremadamente interesantes y convincentes sobre el derecho pero no tanto sobre la ley”. Según el expositor, el marxismo no ha tenido por objeto de estudio el origen antropológico o simbólico de la ley, ni el carácter universal o no de la ley. Recordando uno de las contribuciones de Antonio Negri, señaló que uno de las principales caracteres del poder constituido es el de hacer olvidar, en todo lo posible, que el mismo fue en algún momento violencia constituyente. Aquella violencia constituyente ha institucionalizado transformándose en poder constituido, y trata de borrar ese origen de violencia puesto que reconocerlo podría significar admitir que pude surgir un nuevo poder constituyente. Parafraseando a Marx, afirmó que el derecho tiene como función político-estatal regular las relaciones de clase y de sus potenciales conflictos, estando destinado a producir el efecto imaginario de una defensa de los intereses generales de la sociedad cuando en realidad lo es de los intereses particulares de las clases dominantes.

Seguidamente, hizo uso de la palabra Marcelo Raffin, abogado, sociólogo, doctor en filosofía e investigador del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), quien fectuó algunos comentarios en torno a la obra de Karl Marx “Sobre la cuestión judía”, en la que se expone su crítica sobre los derechos del hombre. Para Marx nunca como hasta ahora (1843) se ha acumulado tanta riqueza para permitir a los humanos romper con las cadenas de la necesidad natural y, de esta manera, entrar en el reino de la libertad. Sin embargo, la gran mayoría de quienes producen esa riqueza no pueden gozar de ella en tanto que tal disfrute le está reservado sólo a una minoría, la cual no se encarga precisamente de la producción de dicha riqueza. Citando a Marx, Raffin relató: “este mundo es un mundo invertido, es un mundo al revés, es un mundo patas para arriba”. También se refirió al concepto de alienación, entendiendo a este como la separación del trabajador de su medio natural, de la tierra, y también de sus herramientas de trabajo. Marx en sus obras caracteriza a la alineación como un extrañamiento que se exterioriza siendo tal fenómeno visible a los ojos. “Aquello que se produce, una vez que es producido, entra al mercado y se aleja por completo de la esfera de dominio de aquel que lo ha producido, vemos que eso que se ha producido ya no permite la relación de identificación entre el producto y el objeto”, amplió. El trabajador se transforma en un ser extraño, volviéndose patente el fetichismo de la mercancía, uno de los tantos conceptos acuñados por Marx.

Citando a Marx, Raffin relató: “este mundo es un mundo invertido, es un mundo al revés, es un mundo patas para arriba”.