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Año X - Edición 187 01 de diciembre de 2011

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Representaciones de justicia en niños y adolescentes: sentido común e ideología

  • Notas

Organizado por la cátedra de Psicología Educacional del Profesorado para la Enseñanza Media y Superior en Ciencias Jurídicas de la Facultad de Derecho de la UBA, el 15 de noviembre en el Salón de Usos Múltiples del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja” se llevó a cabo un encuentro en el que los protagonistas fueron los niños y adolescentes. Con especial énfasis se reflexionó sobre el modo en que el niño y el adolescente conciben a la justicia.

Para la ocasión, se hizo presente Alicia Barreiro, profesora de la Facultad de Psicología de la UBA e Investigadora de carrera del CONICET, quien ante todo señaló que es necesario ampliar lo que se conoce como los supuestos de la psicología genética para también incluir los de la psicología social. “La psicología genética es una disciplina que fue fundada por (Jean William Fritz) Piaget a principios del ‘20 y Piaget produjo mucho hasta principios del ‘80 y, hoy por hoy, continúan los neopiagetianos con todas líneas de trabajo a partir de este puntapié inicial que dio”, explicó Barreiro. Jean W. F. Piaget fue un epistemólogo suizo que se dedicó a la psicología porque le interesaba comprobar desde la epistemología cómo se pasaba de estados de menor a mayor conocimiento en las ciencias.

“Para estudiar la génesis del conocimiento científico, Piaget estudió cómo los niños desde su nacimiento adquieren conocimientos y van comprendiendo el mundo”, relató Barrerio. Piaget se adentró en los mecanismos de cambio, en los momentos del desarrollo del conocimiento, para luego poder construir las diferentes etapas atravesadas en la evolución del pensamiento humano. Estas etapas son: el período sensorial motriz, el preoperatorio y el operatorio, subdividiéndose este último en concreto y formal. “Idea (Piaget) una secuencia de estados y niveles en función de las distintas capacidades que vamos desarrollando a lo largo de nuestra vida, y también lo que establece o estudia son los mecanismos responsables del pasaje de un nivel al otro”, amplió la expositora.

La teorización elaborada por este pensador fue de una formidable trascendencia para el ámbito del psicoanálisis. A pesar de ello, muchos han advertido que Piaget en sus reflexiones obvió el estudio de los llamados “conocimientos sociales”. Posteriormente los neopiagetianos sí se ocuparon del desarrollo moral, la noción del derecho, de la ley, los intercambios económicos, pero estas fueron cuestión que Piaget mismo no trabajó”, enseño Barreiro.

Una de las tesis centrales de la teoría piagetiana es que el conocimiento no proviene de la experiencia, como podría plantear el empirismo, ni tampoco proviene de ciertos contenidos o ideas o categorías innatas. El conocimiento se construye en la interacción con los objetos, conociéndose a esto último como el postulado conflictivista de Piaget. Los procesos de cambio de conocimiento siempre han sido una cuestión recurrente en los estudios efectuados por este pensador de la psiquis. “Para él era muy importante ver cómo desde que nacemos con una serie de mecanismos biológicos podemos desarrollar sistemas de conocimientos tan complejos como la ciencia”, expresó.

En cuanto a los niños, Piaget sostenía que su pensamiento es similar al de los científicos. No en su contenido, sino en su tarea de intentar comprender el mundo formulando constantemente hipótesis. Algunos autores han remarcado que los piagetianos y los neopiagetianos sólo se limitan a describir estadios y momentos del conocimiento. Estos mismos son los que actualmente se encuentran trabajando para dilucidar las modalidades en las cuales los distintos pensamientos de las personas se construyen, sabiendo que dichos pensamientos no operan al vacío sino que están condicionados por el contexto en que dichas personas se encuentran. Indicó Barreiro que estos condicionamientos restringen el desarrollo. Gráficamente, la expositora enseñó que el condicionamiento es como una represa cuyo propósito es encauzar un río, guiando el desarrollo para un cierto sentido. Abriendo algunas posibilidades y cerrando otras.

Por otro lado, Barreiro declaró que “las ideas de los chicos sobre la justicia no tiene que ver solamente con el momento cognitivo que están atravesando sino que también tiene que ver con como se les presenta la justicia en la vida cotidiana”. La más racional de las justicias, la que llega más tarde con el desarrollo, es la justicia distributiva. Mientras tanto, la justicia retributiva es un obstáculo para la distributiva. La justicia retributiva postula que hay reglas en el mundo que hay que obedecer y ante la inobservancia de algunas de ellas corresponde el castigo. Ello atenta contra la justicia distributiva. Los niños frecuentemente experimentan la colisión de ambas justicias. Por ejemplo, supongamos un caso en el que encontrándose a la vera de un laguna una madre le entrega a dos de sus niños dos panes -uno para cada uno- con tal mal suerte de que a uno de los niños de le cae su ración al agua.
Desde la perspectiva de la justicia retributiva no se le debería dar un nuevo pan al niño al que se el cayó el suyo por haber estado jugando con este. Desde la respectiva distributiva un nuevo pan debe serle entregado ya que el niño es pequeño y seguramente está hambriento. Durante varios años desde la psicología genética se pensado despectivamente a la justicia distributiva.

“Para estudiar la génesis del conocimiento científico, Piaget estudió cómo los niños desde su nacimiento adquieren conocimientos y van comprendiendo el mundo”, subrayó Alicia Barreiro.