Reflexión sobre el uso de la energía nuclear
Durante la tarde del 29 de noviembre se llevó a cabo en el Salón de Usos Múltiples del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja” un encuentro de reflexión sobre la problemática derivada del uso de la energía nuclear. A decir verdad, el propósito del evento fue efectuar un sucinto balance de los pros y contras de esta controversial modalidad de producción de energía. Cierto es que estamos ante una atractiva alternativa en materia de generación de energía que bien podrá en el largo plazo otorgar a nuestro país la tan soberana y ansiada autarquía energética, ello con el especial aditamento de que su producción genera minúsculas emisiones de gases de efecto invernadero. Sin embargo, no menos ciertas son sus peligrosas consecuencias colaterales, que no sólo se limitan a la hipótesis de un escape. La fisión de uranio enriquecido trae aparejado potenciales sacrificios a nuestro medio ambiente, las cuentas nacionales y la salud de los pobladores aledaños, todo ello, sin que necesariamente se provoque una liberación accidental de material radiactivo.
La actividad se realizó en el marco del Seminario Permanente de Investigación sobre la problemática de los daños en la sociedad actual, en tanto que la coordinación general estuvo en manos del Abog. Juan Ignacio Cruz, quien brindó algunos lineamientos de la responsabilidad del Estado en orden de su función como prestador de un servicio público que es el recurso energético nuclear. Afirmó además que la responsabilidad del Estado se presenta cuando el particular hubiera sufrido un daño, ya sea material o moral, causado por él y que deba ser indemnizado, originado en la conducta dañosa ilícita o lícita del mismo.
Por otro lado, resulta destacable que participaron también del evento ingenieros que actualmente se encuentran trabajando en las Centrales nucleares Atucha, ubicadas en las cercanías de la localidad de Lima, Partido de Zárate, Provincia de Buenos Aires.
El primero de los expositores fue el Lic. Jorge Sidelnik (Gerente de evaluación y proyectos en NASA), quien aclaró que hay una amplia diferencia entre un riesgo y una percepción de riesgo. “Dentro de la percepción de la gente, la energía nuclear se la piensa desde el temor y el desconocimiento como la más peligrosa”, advirtió Sidelnik. En este sentido, llamó al público a evaluar las actuales estadísticas de accidentes automovilísticos como un modo de inclinarse por creer que la utilización de energía nuclear aunque no es inocua sí, en cambio, pareciera ser poco perjudicial. En su tarea de desmitificación señaló: “acá lo importante es que yo voy a hablar del riesgo y en otro momento se podría llegar a hablar de la percepción del riesgo de lo que la gente piensa que puede llegar a suceder”, para seguidamente añadir que “cuando uno habla de riesgo tiene que tener en cuenta si es natural o si fue el hombre quien contribuyó para eso”. Presentó una serie de fotografías, gráficos comparativos y esquemas infográficos para demostrar los índices de riesgo en una diversa gama de actividades productivas. Por ejemplo, develó que a consecuencia del reciente terremoto y posterior tsunami en Japón algunas represas hidroeléctricas se vieron seriamente comprometidas. Aunque no pareció haber ánimos de poner en un pie de igualdad el desmoronamiento de una represa con un escape en una central nuclear, sí se advirtió que el riesgo también está presente a la hora de producir energía por medio de otras metodologías. Concluyó afirmando que “el riesgo existe, pero al riesgo hay que tomarlo como una oportunidad de avance, porque negar el riesgo es la eliminación del suspenso, el rechazo del peligro”.
Luego el Dr. Horacio Piombo (Juez del Tribunal de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires) anticipó que su intervención se caracterizaría por el abordaje de lo que se ha dado en llamar “terrorismo nuclear”. A modo de anécdota relató: “Lo primero que recibí a poco de hacerme cargo (de la Cátedra de Derecho Internacional Público) fue una llamada telefónica, […] ese día me ofrecieron 20.000 dólares para que despotricara desde la cátedra contra el desarrollo nuclear argentino”. Desde su opinión personal, la energía nuclear constituye la llave para un mejor porvenir. Además, agregó que la Argentina debe analizar el uso de la energía nuclear en un contexto político, sabiendo que la humanidad está permanentemente en búsqueda de nuevos mecanismos para viejos problemas. “El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) debe tener mucho más poder que la que tiene en la actualidad y que por primera vez debe pensarse el accidente nuclear con dimensiones muy distintas a las actuales, concretamente yo planteo tres posibilidades no planteadas por la doctrina internacional”, explicó. La primera de ellas es que debemos considerar que es lo que ocurre con una central nuclear en un estado fallido. Las centrales nucleares para contener su peligrosidad requieren de un mantenimiento permanente aún cuando las mismas no estén en operatividad o ya hayan perdido su vida útil. La segunda es la hipótesis de un conflicto armado y sus repercusiones sobre las centrales nucleares. Por ejemplo, si el Estado de Israel se decide por bombardear a la República Islámica de Irán. La tercera es la presunta agresividad que han tomado los grupos ambientalistas con el uso de métodos de desobediencia civil y no violencia.
A su turno, ya en el ocaso del encuentro, la Dra. Lidia M. R. Garrido Cordobera, Profesora Adjunta de esta Facultad, agradeció la participación de los expertos invitados y deseó que pueda volverse a organizar un encuentro de esta naturaleza.
“Dentro de la percepción de la gente, la energía nuclear se la piensa desde el temor y el desconocimiento como la más peligrosa”, el Lic. Jorge Sidelnik.