Primer encuentro del programa “Los/as estudiantes vamos a los juicios”
El pasado jueves 17 de septiembre la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil organizó, a través de la plataforma Zoom, el primer encuentro del programa "Los/as estudiantes vamos a los juicios". En esta oportunidad expusieron los profesores Ricardo Gil Lavedra y Mónica Pinto.
De modo introductorio y haciendo referencia al objetivo del programa habló Ricardo Gil Lavedra: “El propósito de este programa es tratar de ver cuáles fueron los pasos iniciales, cuando se recuperó la democracia, para lograr el juzgamiento de los crímenes cometidos durante la última dictadura militar. Muchas veces no es tan fácil poder trasladarse a etapas históricas ocurridas hace tantos años porque no se tiene la vivencia o el feeling de lo que ocurría en ese momento. Una de las características centrales que tuvieron los crímenes de la dictadura es que siempre permanecieron ocultos. Por eso, la sociedad argentina antes de las elecciones no tenía una conciencia generalizada de lo que había ocurrido. A pesar de que estaban las organizaciones de los derechos humanos y el movimiento de las madres que reclamaban todos los jueves en Plaza de Mayo, en general, no había plena conciencia de la magnitud que tuvieron estos actos”.
Sobre las elecciones libres y el pedido por los desaparecidos explicó: “Ocho meses antes de las elecciones, el conjunto de los partidos que iban a participar le pidieron al gobierno militar que explique qué había pasado con los desaparecidos. Sin embargo, hasta el momento no se hablaba de la posibilidad de revisar jurídicamente los hechos acontecidos. Durante toda esa campaña electoral el gobierno militar hizo dos cosas. Lo primero fue sacar una resolución llamada Documento Final en donde asumieron los errores que cometieron y lo segundo fue dictar una auto-amnistía general que abarcaba todos los crímenes cometidos por la Junta y también por los guerrilleros. No obstante, Raúl Alfonsín -que era uno de los candidatos- tuvo la sagacidad de decir en plena campaña que no se podía tapar lo que había sucedido. Luego de eso, empezó a hablar de que se tenía que juzgar tres niveles distintos de responsabilidad: los que dieron las órdenes, los que se excedieron en el cumplimiento y los que en un marco de presión las obedecieron”.
Mónica Pinto se refirió al golpe de Estado y al contexto internacional de los derechos humanos: “Cuando el golpe militar se produjo el 24 de marzo de 1976 el mundo de los derechos humanos era muy frágil. Existían algunas normas pero eran muy pocas. Si bien la carta de Naciones Unidas había introducido una noción de lo que eran los derechos humanos, las normas jurídicas de las que nos podíamos amparar para reivindicar nuestros derechos eran realmente muy escasas. El mundo tuvo recién a partir de los años 70 alguna forma de reclamar situaciones colectivas manifiestas en donde sistemáticamente se violaban los derechos humanos a través del procedimiento 1503 de la ONU. Sin embargo, este procedimiento no computaba a los seres humanos como sujetos de derecho internacional. La realidad era que cuando uno salía a la calle la cuestión de los derechos humanos no era el reclamo de todos. Culturalmente la conciencia sobre los derechos humanos tardó mucho en imponerse. Más allá de todo esto, el sistema internacional jugó un papel importante porque vino en auxilio de las víctimas en una enorme cantidad de situaciones”.