Presentación y debate del libro Críticas a la criminología crítica
El pasado 15 de septiembre se realizó la presentación del libro Críticas a la criminología crítica, organizado por el Centro de Estudios de Ejecución Penal. En este marco, brindaron su aporte: Marcelo Aebi (Université de Lausanne), Gabriel Igancio Anitua (profesor de Derecho Penal y Criminología, UNPaz/UBA; director de Doctorado en DDHH, UNLa), Francisca Baquerizas (UBA) y Marcelo Bergman (CELIV/Universidad Nacional de Tres de Febrero). Por su parte, Leonardo Pitlevnik (CEEP, UBA) intervino como moderador.
Primeramente, Marcelo Aebi, autor de la obra, comentó el proceso de elaboración del texto a través del cual efectúa una crítica al libro Críticas a la criminología crítica y crítica del derecho penal, de Alessandro Baratta. Asimismo, evocó los lineamientos generales del mismo: “En la primera parte hay muchas críticas de metodología, epistemología. Se hace referencia también al marxismo”.
A continuación, Gabriel Igancio Anitua planteó su exposición desde tres perspectivas a analizar. En primer término, mencionó la importancia que posee el debate en la academia y examinó cómo Marcelo Aberi aborda la temática planteada: “La parte final del artículo señala a la criminología crítica como irresponsable. Se aborda entonces la criminología crítica norteamericana, es decir, cómo ésta aparece en un debate provocador de la criminología del home office. También se menciona el debate de la criminología crítica latinoamericana y el surgimiento de la misma”. Luego, expresó: “Baratta lo que quiere hacer es plantear una nueva forma de hacer Derecho Penal. Este es un debate que a veces se confunde ya que lo que plantea el artículo es la criminología crítica contra otro tipo de criminología”. Finalmente, hizo referencia al decálogo presentado en la obra, como un conjunto de reglas a seguir, y puntualizó en una de ellas para cuestionar la postura del autor: “Marcelo propone un decálogo y dice si usted quiere ser criminólogo haga esto. La regla tres dice ‘lea únicamente artículos publicados en las mejores revistas científicas arbitradas y publicadas en los últimos seis meses’. Yo no estoy de acuerdo, lean todo, lean mucho; lo clásico, aquello que les permita establecer un criterio para luego leer la actualidad”. Sin embargo, el autor entendió que Gabriel había efectuado una incorrecta interpretación de la misma: “Mi propuesta es que hagan la prueba y durante seis meses lean sólo cosas buenas”.
Seguidamente, Marcelo Bergman agradeció la invitación: “Es un orgullo compartir este espacio con colegas y amigos y un honor poder comentar esta obra”. Por consiguiente, se refirió a la segunda regla del decálogo: “Elimine palabras superfluas, reduzca el número de adjetivos, utilice frases cortas, etcétera”. Posteriormente, aseveró en relación al libro: “En mi opinión, Marcelo entabla un diálogo crítico con su propio pasado confrontando con su formación inicial. A lo largo de tres textos, el autor expone dos ejes centrales. El primero sostiene que el pensamiento de Baratta y gran parte de la criminología crítica son erróneas fundamentalmente por razones metodológicas y epistemológicas. Y el segundo, es que en Latinoamérica abrazó un paradigma equivocado y por ello tiene un retraso considerable en el campo de la criminología”. Hacia el final, sostuvo que la crítica de Aebi debe ser atendida y concluyó: “Hay espacio para que la criminología crítica se pueda inscribir en los diálogos de las ciencias sociales, sin embargo, son sus premisas las que no suelen ser correctas. La calidad general de las investigaciones empíricas en la región es pobre, sumado a que las investigaciones son casi todas de tipo cualitativas”.
Para finalizar, Francisca Baquerizas enfatizó en la relevancia que posee la criminología empírica para el estudio de la temática: “Nos puede traer esas herramientas que nos van a ayudar a efectivamente ver lo que sucede en realidad y a partir de esa información hacer políticas públicas que sean asertivas”.