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Año VIII - Edición 153 19 de noviembre de 2009

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Presentación del libro "La Declaración Universal de la UNESCO sobre Derechos Humanos y Bioética"

  • Notas

La presentación de la obra “La Declaración Universal de la UNESCO sobre Derechos Humanos y Bioética”, coordinada por la Doctora en Derecho y Titular de Filosofía del Derecho en la Universidad de Barcelona María Casado, tuvo lugar el 26 de octubre pasado en el Salón de Usos Múltiples del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio Lucas Gioja”. En la actividad estuvieron presentes para brindar unas palabras la Antropóloga y Profesora de la Universidad de Barcelona, doctora María de Jesús Bruxó; la propia doctora María Casado; y el Doctor en Derecho y Profesor Titular Consulto de la UBA, Salvador D. Bergel. La presentación estuvo a cargo del Director del Instituto, Dr. Carlos M. Cárcova.

En primer lugar, el Dr. Salvador D. Bergel entendió que la declaración de la UNESCO sobre bioética y derechos humanos parece que establece un catálogo de principios seguidos por la bioética pero, en realidad, se avanzó más allá con el propósito de obtener una proyección a futuro, salir de las concepciones clásicas y buscar algunos elementos que consideren los aspectos sociales.

Del mismo modo, aclaró que hay principios y problemas que son persistentes a través de toda la historia que no fueron contemplados debidamente por la bioética, igualmente el documento resalta el tema económico y social dando una definición política que sale del concepto de salud y se dirige hacia una concepción más concreta, relacionada con la realidad económica y social.

Asimismo, señaló que éste documento está dirigido a los Estados, a las entidades públicas y privadas y a los ciudadanos, y es “un punto de partida para seguir trabajando en ésta materia, poner a la bioética a la altura de los tiempos, desde la visión de los países del sur con un criterio de equidad y mayor justicia, a partir de este documento hay que empezar a trabajar”.

Finalmente, declaró que dicho documento representa los esfuerzos de distintos sectores de los países subdesarrollados, “que trabajaron mucho para darle algún contenido distinto al documento, para que no sea un catalogo de problemas sino tal vez una enumeración de temas que deben ser abordados debidamente, trabajados e incorporados a la agenda de la bioética”.

A su turno, la Dra. María Casado manifestó que la bioética tiene un relación directa con el derecho y con la opción política porque “es evidente que los conflictos con los que se enfrenta, algunos son una mera decisión moral del individuo pero, en otros casos, llevan una decisión social sobre que modelo de vida se desea para una comunidad”.

En cuanto a la declaración de la UNESCO, hizo referencia al objetivo de proporcionar un marco de principios y procedimientos para que los Estados puedan desarrollar normas y, a su vez, “es una declaración relevante porque pone pautas suficientes para seguir teniendo una vida digna, en el contexto medioambiental”.

Así, enfatizó en la necesidad de introducir en la mente de las personas que la bioética es una cuestión importante. Por ende, “para promover los principios es fundamental la educación y la información publica, que capacite a los ciudadanos para que comprendan y asuman un pensamiento propio al respecto”, así podrán tomar decisiones para sí y para colaborar con los demás.
Concluyentemente, aseguró que los hombres tenemos en común a los derechos humanos y las necesidades humanas, como mínimo, sin embargo los códigos éticos de personas que conviven en pequeños espacios son diversos. En ese sentido, agregó que “la bioética es un saber en construcción que se mueve en un territorio de grises, mientras que lo que nos preocupa son las soluciones matizables”.

Por último, la Dra. María de Jesús Bruxó se refirió al artículo 2 de la declaración de la UNESCO, respecto de la diversidad cultural y el pluralismo que, por un lado, coloca a éstos y, por otro, apela a la importancia de la dignidad y la libertad, “como si los primeros estuviesen relacionados con la estética, mientras que los otros fuesen el lado moral de la balanza”, cuando en realidad toda cultura es un sistema de valores y no se pueden contrapones la variabilidad en la forma de establecer valores y la dignidad de una declaración de derechos humanos.

Estimó que “habrá que particularizar éstos derechos humanos para hacerlos más eficaces y evitar, como hizo la crítica antropológica, que no pasen a ser una especie de religión secular”, en consecuencia nos obliga a reflexionar sobre la conexión entre los derechos humanos y la bioética, ya que hay quienes piensan que ambos tienen que trabajar simbióticamente, mientras que otros argumentan que la relación tiene que darse en un contexto crítico.

Para finalizar, reconoció que existe una gran discusión sobre esta declaración, en cuanto a la determinación de hasta que punto amplia o ayuda a la bioética, sino “será la bioética la que permitirá reformular los derechos humanos, completándolos” y, de este modo, podrá amplificarlos mediante el planteamiento de distintos problemas.