Presentación del libro Un paso adelante en la defensa de los animales
En el Salón Verde, el pasado 19 de febrero se llevó adelante la presentación del libro Un paso adelante en la defensa de los animales, de Oscar Horta (Universidad de Santiago de Compostela). Cabe destacar que el autor es reconocido, dado a su labor académica influyente en el ámbito de los Estudios Críticos Animales, por sus múltiples publicaciones en revistas de prestigio, en las que ha contribuido a cuestionar el especismo.
Tras una introducción por parte de Agostina Allori (profesora e integrante del Grupo de Estudio de Ética Animal), tomó la palabra Alexandra Navarro (directora del Instituto Latinoamericano de Estudios Críticos Animales). En este marco, la oradora manifestó: “Nosotros estamos haciendo un esfuerzo muy grande para poder instalar el tema en el ámbito académico” y reconoció que “un gran paso para la defensa de los derechos de los animales es poder instalarlo en la academia para poder sacarlo del ámbito del activismo y empezar a discutirlo en otros círculos que le den cierta legitimidad”. Asimismo, destacó que el libro de Oscar Horta “es un aporte muy importante para el activismo en términos de claridad, de sencillez y ante todo de humildad”.
Por su parte, Malena Blanco (cofundadora de Voicot, movimiento artístico por los derechos animales) leyó unas palabras de Oscar Horta. Luego remarcó que en su obra él llama todo el tiempo al pensamiento, a las ideas y brinda mucha información para el activismo.
A su turno, Oscar Horta se refirió a los diversos temas que trata en su libro. En primer lugar, contó que la obra comienza con la historia de una vaca llamada Teresa. “Hay un punto que es particularmente interesante y es que si esta historia hubiera sucedido igual en vez de en 2011 en 1980 es seguro que no la hubieran rescatado”, remarcó y desarrolló que “el motivo por el que la rescataron es porque al día de hoy han surgido a nivel internacional un conjunto de movimientos donde personas de las más distintas procedencias se solidarizan con los animales de especies diferentes a las nuestras”.
Seguidamente, se preguntó por qué no respetar a los animales y agregó: “Mucha gente tiene una actitud peculiar porque consideran que los seres humanos merecemos pleno respeto y los demás animales no. Sin embargo, hay muchos casos en los cuales esta intuición que se tiene no va con otras ideas que tenemos”.
En este sentido, cuestionó qué es lo que puede haber para que se justifique una cosa y no la otra. “Podría ser que fuera la mera pertenencia a la especie humana”, señaló. Más adelante, detalló otras justificaciones posibles, tales como que los seres humanos tenemos unas capacidades intelectuales y los demás animales no y que los seres humanos somos más poderosos. “El argumento de la inteligencia es problemático porque quienes lo defienden lo que intentan hacer es como trazar una valla y decir ‘solo vamos a respetar a quienes entren dentro de la valla’ (…). El motivo para entrar va a ser tener estas capacidades. Lo que suponen quienes defienden este argumento es que los seres humanos van a entrar dentro del círculo y los animales van a estar fuera pero esto no funciona así”, puntualizó.
Por otra parte, indicó que desde hace varias décadas se ha acuñado una nueva palabra, que es la palabra “especismo” para nombrar a la discriminación a los animales que no pertenecen a una cierta especie. Enfatizó, en este marco, que “la sintiencia, la capacidad de sufrir y de disfrutar, sería lo que importa a la hora de respetar a alguien”. También subrayó: “Cuando defendemos a los demás animales no lo estamos haciendo por un motivo arbitrario (…). La respuesta es que el hecho de ser un animal no tiene ninguna importancia, lo que es importante es que gran parte de los animales pueden tener estados mentales”.
Hacia el final, planteó la diferencia que existe entre el ecologismo y la defensa de los animales. El ecologismo sostiene que existen los seres humanos y un entorno que los rodea del cual forman parte los animales. “La defensa de los animales no ve la cosa así. Considera que los animales no son parte del entorno sino que forman parte de nuestro propio grupo, que no es propiamente el de los seres humanos, sino el de los seres que podemos sufrir y disfrutar”, distinguió.
“Un gran paso para la defensa de los derechos de los animales es poder instalarlo en la academia para poder sacarlo del ámbito del activismo y empezar a discutirlo en otros círculos que le den cierta legitimidad”, reconoció Alexandra Navarro.