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Año XX - Edición 368 16 de diciembre de 2021

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Presentación del libro Reglas, valores y sensibilidad: figuras de una noche polar de helada oscuridad y dureza

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Con la organización de la Maestría en Filosofía del Derecho (UBA) y el Proyecto DECyT "Las formas de la desobediencia II" (UBA), el pasado 24 de noviembre tuvo lugar un encuentro del ciclo “Libr@s y Maestr@s”, un espacio virtual que se vuelve ágora para hacer posible el encuentro y el diálogo entre autores y lectores, coordinado por Elina Ibarra (UBA) y Nicolás Salvi (UNT - USPT).

En esta oportunidad, la conferencia estuvo en manos de Claudio Martyniuk, doctor por la Universidad de Buenos Aires, profesor titular regular de Teoría General del Derecho en la Facultad de Derecho, profesor titular regular de Epistemología de las Ciencias Sociales en la Facultad de Ciencias Sociales, ambas de la UBA, e investigador del Instituto Gino Germani, quien expuso sobre algunas de las lecturas de su obra Reglas, valores y sensibilidad: figuras de una noche polar de helada oscuridad y dureza.Moderó Sofía Aguilar (UBA-CONICET).

“Hegel señala en 1797: ‘monoteísmo de la razón y del corazón, politeísmo de la imaginación y del arte: ¡esto es lo que precisamos!’. Es una articulación entre monoteísmo y politeísmo. A su modo, me parece que acá tenemos un esquema organizador del monismo y del pluralismo. En este punto me parece que se inserta una importante camada de teorizaciones y perspectivas. Tal vez el modo institucional más preciso de poder canalizarlo no sea el nuestro. En algunas universidades norteamericanas existe una envidiable asignatura que casi es un oxímoron, es la teoría del valor. Hay profesores de Estética y Teoría del Valor”, introdujo Claudio Martyniuk. En este marco, señaló que ese no fue el caso de Dworkin, quien “por su trayectoria y biografía, su práctica intelectual comenzó como abogado practicante y termina recorriendo la filosofía del derecho, hilvanándola con la filosofía política y escribiendo sobre religión. Vale decir que finalmente parece un profesor de teoría del valor, sosteniendo una visión muy fuerte acerca del valor, una concepción monista acerca del valor, y una centralidad de la noción del valor”, explicó.

Asimismo, analizó: “Intenta objetivar el valor a su modo desde nuestro campo y para hacer esto recurre a una cantidad de herramientas filosóficas que en muchos casos no provienen de la tradición analítica. Nos contacta con la lectura de Sartre y nos sorprende su inclinación a este que es el campo de la teoría del valor, pero lo hace desde el monismo. Es curioso, ya que uno agarra libros de profesores de Teoría del Valor y se encuentra con una atmósfera pluralista”.

Por otro lado, expuso sobre una profesora de Teoría de Valor, Elaine Scarry. “Nos presenta un universo intelectual fascinante. Pocos libros me impactaron tanto y me ayudaron a pensar y a escribir como The Body in Pain, que es esta fenomenología acerca de la tortura y de la reducción del mundo a partir de la violencia. Es un libro donde se va pasando de fenomenología sartreana a una lectura de la Biblia y, finalmente, a una lectura de los espectros en El Capital,de Marx”, desarrolló y amplió: “Esto explica, de algún modo, esa manera que tiene Scarry de articular el vínculo entre justicia y belleza, (...) volviendo a esa forma de platonismo que contactan estos registros, pero claro, no hay una arquitectura, ni una iglesia como la que levanta desde el suelo hasta la cúpula Dworkin y entiendo que su reflexión sobre la religión cumple una función equivalente a la idea de dios en la filosofía kantiana, finalmente resulta necesaria la religión y aparece necesario ese punto de vista desde la eternidad para sostener una serie de relaciones alrededor de los valores que tienen como punto central al individuo, a la autoconsideración y a la dignidad (...)”.

En esta línea, aseveró: “Este es el punto de partida y acá aparece como contrapartida el pluralismo, Hilary Putnam más específicamente”. Y comentó que para él el valor no está centrado en uno como ocurre en Dworkin, sino que está centrado en el otro. “Otra contrapartida también pluralista tiene que ver con este campo que se puede autonomizar que es el de la relación entre derecho y literatura que presenta Dworkin siempre vinculado a la mejor interpretación”, detalló y especificó que esta contrapartida es la de Nelson Goodman. “En ese libro excepcional que es Modos de hacer mundos traza la continuidad entre epistemología y estética y en Lenguajes del arte diferencia dos formas de arte y esto me parece interesante para pensar el derecho”, desarrolló.

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