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Año XXII - Edición 390 08 de junio de 2023

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Presentación del libro Entra una paciente, sale una denuncia

  • Notas

En el Aula de Extensión 1, el pasado 4 de mayo, el profesor Iñaki Anitúa (CPO Feminismos) y el Departamento Derecho Penal realizaron la presentación del libro Entra una paciente, sale una denuncia (Editorial: Siglo Veintiuno). Brindaron sus aportes: Natalia Saralegui (abogada, docente de la UBA); Rocío Media (investigadora) e Iñaki Anitúa (docente, UBA).

Para dar inicio, Natalia Saralegui remarcó: “En contextos en donde las narrativas restringen derechos, espacios y debates, la posibilidad de poder realizar estos encuentros y ponderarlos dentro de la Facultad, es para resaltar”. Luego, identificó los desafíos durante el proceso de elaboración del libro: “Una de las dificultades que tuvimos al momento de realizar la investigación, tuvo que ver con cómo traducir algo del universo profesional y técnico, a un lenguaje que pudiera entender todo el mundo. Queríamos explicar la relación que tenemos las personas cuando estamos frente al sistema de salud, lo cual configura un tema no discutido, cuando debería ser algo que esté en nuestra conversación cotidiana”. Y agregó: “Esto tiene que ver con que dentro del universo médico las violencias están a la orden del día. La violencia más grande que pudimos identificar es cuando se pasa de una cuestión que sucede en el ámbito de la medicina, a una cuestión judicial. Es una relación jerárquica de poder”.

En lo que respecta al tópico, indicó: “El fallo más reciente de la Corte, versa sobre un hombre en donde por algún motivo involuntario, termina tomando contacto con un centro de salud y, por ese contacto, son criminalizados y detenidos. Esta situación habla de una injusticia muy grande y ahí la llave que tenemos desde el derecho y las garantías constitucionales es decirle violación del secreto medico profesional”. No obstante, reconoció: “Si bien está regulado en el artículo 156 del Código Penal, está lejos de ser considerado un delito. En las subjetividades de quienes están a cargo del tratamiento de las personas, se percibe como un deber o como una práctica que no es punible, e inclusive es tolerada”. En la misma línea, identificó: “Según algunos estudios que encontramos respecto de cómo viven la profesión quienes están en las guardias, era sumamente amplio el porcentaje de personas que durante su vida profesional habían sido humilladas por sus superiores como una forma de enseñanza pedagógica. Dentro de estos dispositivos de enseñanza mediante la violencia, el miedo era una dimensión de la que no se hablaba. Esto se termina resolviendo con un habitus médico que tiene que ver con cubrirse”. En último término, destacó la propuesta del libro de pensar maneras alternativas y promulgó la presencia de la sociedad civil en los hospitales: “Poder jerarquizar la situación de aquellas personas que están invisibilizadas y fomentar el diálogo y el apoyo entre sí, nos va a permitir romper con la lógica corporativa”.

A su turno, Rocío Media prosiguió: “Poder conocer la realidad de otro país a través de un trabajo de compañeras es para felicitar. Si bien provengo de un lugar donde la legislación es distinta, creo que lo que trata el libro tiene una dimensión de patrón global interesante. Debemos identificar qué dispositivos institucionales están aumentando los niveles de criminalización, contra qué colectivo y bajo qué lógicas, entre otros. Estas promulgaciones son un activismo académico. Es oportuno encontrar un material tan bien escrito y estructurado”. Por otro lado, caracterizó la situación en España: “Las madres migrantes están recibiendo una gran violencia institucional. Hay una criminalización de mujeres pobres y marginalizadas bastante serio. Cómo es posible que determinadas legislaciones entonces acaben en situaciones tan violentas y cómo desde el derecho podemos pensar mecanismos de contrapoder. Creo que hay muchos dispositivos que tienen su propia historia, mientras que hay otros que están surgiendo, pero, lo fundamental, es poder tenerlos identificados”. Por otro lado, describió: “Una de las cosas más importantes de la obra es el esquema de cómo en el cruce de las políticas criminales, el acceso a la justicia y el acceso a la salud, ocurre la criminalización y qué papel juega el Estado. Hay un binomio entre salud y seguridad. Se toca el tema de la clase en cuanto a qué grupos tienen la posibilidad de acceder a determinados servicios de sanidad. La interseccionalidad tiene que ver con un desplazamiento que hiere en términos de identidad y de subjetividades. Es algo más allá de la cuestión del sexo de la mujer. Debemos analizar cómo se construye entonces esa intersección desde el punto de vista de la criminalidad”.

Finalmente, Iñaki Anitúa reconoció: “Es un libro bellamente escrito que emociona. Se entrevista a 7 personas que están detenidas y se muestra una gran empatía. Permiten ponerles voz y entenderlas.  Es un texto muy claro, y esa claridad se la da el dominio de saberes y la verdad. Que alguien venga con algo cierto es un gran argumento. Precisamente lo jurídico está determinado por la oscuridad, no por la claridad. Las leyes no son claras”. Y concluyó: “Todo derecho requiere del otro, nada es estrictamente privado, ni siquiera la autonomía moral. Vemos el miedo como clave interpretativa para redefinir la autonomía moral. Este libro tiene una vocación de lucha”.