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Año XIII - Edición 236 11 de septiembre de 2014

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Presentación del libro “El Derecho Constitucional a la Seguridad. Sobre los deberes de protección del Estado Constitucional Liberal”

  • Notas

El pasado 19 de agosto se llevó a cabo en el Salón Rojo la presentación del libro “El Derecho Constitucional a la Seguridad. Sobre los deberes de protección del Estado Constitucional Liberal”,de Josef Isensee. La presentación estuvo a cargo de Juan Carlos Gemignani, Edgardo Donna y Esteban Righi.

En primer término, Juan Carlos Gemignani opinó que el trabajo de Isensee es de una trascendental importancia porque es el teórico que más fortaleza ha ofrecido a los que se denominan los deberes positivos de los estados contemporáneos. “En estas 100 páginas realiza una síntesis importantísima de la consideración de las obligaciones del Estado en relación a la prestación para la paz”, expresó. De esta manera, aseguró que es una obligación del Estado garantizar la paz social. Asimismo, reconoció que ningún Estado puede reclamarle a un ciudadano algo que este más allá de la renuncia a su integridad física y su libertad. Así, entendió que Isensee afirma que siempre es necesario reclamarle al Estado la prestación de las obligaciones a la circunstancia de la convivencia pacífica. “Una situación de linchamiento es una propuesta en contra de las condiciones en las cuales el Estado garantiza la paz, y esto pareciera que es una circunstancia que es negada”, manifestó. Para finalizar, recordó que los conflictos que se presentan son entre el Estado y los particulares, pero también entre los particulares entre sí, y aseveró que el Estado debe proveer una organización a los efectos de neutralizar o de compensar de alguna manera razonable aquellas agresiones que provienen de particulares. “El Estado debe ofrecer una organización razonable. Cuando no la presenta o la ofrece hay que tener presente esta circunstancia en orden a derechos fundamentales en la relación que existe entre la obligación del Estado y la obligación de los particulares para ofrecer una solución a la circunstancia”, concluyó.

A su turno, Edgardo Donna opinó que la obra trata sobre la protección de la independencia del sujeto. “El delito no es otra cosa que la destrucción de la independencia del sujeto, de su autonomía. Es la destrucción de la posibilidad de libertad del sujeto, la destrucción de la persona como persona”, indicó. De este modo, señaló que aquel sujeto que viola o accede sexualmente a otra persona en contra de su autonomía lo que hace es destruirla como persona, es decir, le quita posibilidad de libertad. En este sentido, el derecho no puede dejar a los particulares que arreglen el problema, sino que es el Estado el que tiene que volver a poner la norma y reinstalar a este sujeto como persona en el ámbito jurídico. “Si no hay una reacción o solución del Estado Constitucional Liberal me parece que el Estado entra a no tener justificación”, evocó. En cuanto a los niveles del Estado de Derecho (el liberal, el social y el moderno), Donna puntualizó que se desarrollan uno sobre otro, por lo tanto, a la larga el Estado Social de Derecho contiene a los otros estados. “Si nosotros decimos lo contrario, estamos yendo en contra de lo que es la autonomía ética del hombre en su base esencial”, reseñó. Finalmente, observó que la obra de Isensee provoca una discusión en torno a este tema, el cual no está en discusión actualmente o se encuentra apropiado por la derecha fascista.

Por último, Esteban Righi citó a Isensee y expresó: “La seguridad no ha motivado la preocupación de los juristas”. A su juicio, remarcó que los juristas se ocupan poco del tema y que enla Facultad no se enseña sobre el tema de seguridad, ni tampoco hay libros de juristas sobre la materia. Sin embargo, opinó que en estos tiempos saber de seguridad no es un requisito para poder hablar de la misma. En lo que respecta a la política liberal en materia de seguridad, Isensee, en su obra, la define como una política que prioriza la libertad, la cual responde con optimismo ante amenazas a la seguridad y tolera las perturbaciones del orden público. Asimismo, hizo mención a vincular la política de seguridad con la época que vive una sociedad. “En este sentido, una política liberal es absolutamente ineludible cuando se ha vivido una experiencia autoritaria”, observó. De esta manera, Righi se interrogó qué fue lo que afectó la estabilidad de los regímenes democráticos argentinos desde el ’30 hasta el ’83 e hizo referencia a los golpes de Estado, los cuales en definitiva terminaron con todos esos gobiernos. No obstante, en 2001 se generó otro fenómeno, el cual incide en el comportamiento de quienes nos gobiernan desde 2003 para adelante: la estabilidad de un gobierno democrático ya no está amenazada por las asonadas militares, sino por una tremenda combinación de multitudes de protestas en las calles y represión policial. “El escenario que se da cuando se produce una manifestación de protesta muy importante y el Estado que reacciona para imponer el orden es lo que determina la estabilidad de los gobiernos o su inestabilidad”, consideró. Así, el expositor indicó que los gobernantes que nos gobiernan desde 2003 vieron un peligro, y consiguientemente, toleraron la perturbación del orden público. “La combinación de multitudes en la calle y represión policial es algo a evitar y se conjura tolerando la perturbación del orden público”, finalizó.

“En estas 100 páginas realiza una síntesis importantísima de la consideración de las obligaciones del Estado en relación a la prestación para la paz”, expresó Juan Carlos Gemignani.