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Año XI - Edición 204 22 de noviembre de 2012

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Presentación del libro "Auschwitz 174.189: testimonio de un sobreviviente"

  • Notas

Organizado por la Cátedralibre sobre Holocausto, Genocidio y Lucha contra la Discriminación, el 5 de noviembre tuvo lugar en el Salón Verde de esta Facultad de Derecho la presentación de la obra “Auschwitz 174.189: testimonio de un sobreviviente”. La actividad fue auspiciada por el Museo dela Shoá y el Centro para el Estudio yla Investigación del Holocausto (CEIH).

Las palabras de apertura le correspondieron al profesor Gregorio Flax que explicó que “esta casa ya hace unos años creó un espacio, un espacio para poder estudiar, para poder analizar, para poder pensar y repensar qué fue el siglo XX desde un aspecto: desde el Holocausto, desde los genocidios, desde la discriminación”. Este espacio esla Cátedra libre sobre Holocausto, Genocidio y Lucha contrala Discriminación, que alienta el dictado de cursos referidos a la temática en el Ciclo Profesional Orientado (CPO) y, sumado a ello, la cátedra cuenta con un área de investigación y un área de extensión. “En esta área de extensión, lo que hacemos habitualmente es presentar seminarios, cursos abiertos al público, presentaciones de libros o de películas, es decir, todo aquello que esté relacionado con los contenidos dela Cátedra libre sobre Holocausto, Genocidio y Lucha contrala Discriminación”, señaló.

Luego, el autor Edgar Wildfeuer sostuvo que se denomina Holocausto a la gran tragedia judía durantela Segunda Guerra Mundial y el asesinato de 6 millones de personas inocentes. Comentó sobre el origen etimológico del término y sobre su evolución en los últimos siglos. Más tarde, relató el modo en que el nacionalsocialismo arrasó con muchas de las comunidades judías radicadas en Europa. Un caso paradigmático es Polonia. “No quedó nada, no quedó nada de los mil años de la cultura judía en Polonia, de sus edificios comunitarios, de sus escuelas, de sus templos, de sus hospitales, de sus clubes deportivos, de tres millones de judíos que vivían en Polonia hoy no sé si vamos a encontrar 20 o 30 mil”, graficó.

Por otro lado, se dijo sobreviviente de semejante tragedia. Wildfeuer estuvo en tres guetos, en tres campos de trabajo forzado y en cuatro campos de concentración. Añadió: “vi cosas terribles, vi cómo se humillaba, cómo se robaba, cómo se pegaba, cómo se mataba colgando, fusilando, cómo la gente moría de frío, hambre o trabajo extenuante. Vi tantas cosas que muchas veces ni quiero hablar de eso para que no me tilden de morboso, exagerado o hasta mentiroso”. Oriundo de Polonia nació hace 88 años y vivió allí sin mayores altibajos hasta la invasión de los nazis. Se trató de una invasión relámpago que logró eliminar rápidamente las resistencias del país invadido. A ello se le vino a sumar la invasión de los rusos por el otro extremo de Polonia, el este. Después de lo que sería el inicio dela Segunda GuerraMundial empezaron a sucederse las evacuaciones y la búsqueda por refugios capaces de proteger a su familia de las tropas invasoras. Todo se volvió aún más penoso con posterioridad a la decisión alemana de volverse contra los rusos incumpliendo así lo pactado secretamente entre ambas naciones previo al desencadenamiento dela Segunda GuerraMundial. Los asesinatos, las violaciones y los robos se tornaron más frecuentes. Se dictan disposiciones normativas vejatorias de la integridad de la comunidad judía y se popularizan los campos de trabajo forzado. Junto con su familia pudo escapar rumbo a las zonas rurales del sur de Polonia, algo que hasta cierto punto alivió los padecimientos que se venían sufriendo en las grandes urbes. Sin embargo, todo cambió radicalmente con el asesinato de toda su familia. “Me quedé con mis 17 años solo como una hoja al viento, no sabiendo que hacer”, agregó. Ya pasado este funesto suceso, Wildfeuer no tuvo más opción que continuar conociendo en carne propia de las atrocidades del régimen nazi.

Asimismo, el profesor Daniel Rafecas expresó: “siempre tenemos que tener presente que en todo genocidio los perpetradores dedican iguales esfuerzos tanto a perpetuar las masacres como a procurarse la impunidad posterior”. El ejemplo más acabado de esta resolución de los perpetradores dirigida a lograr la absoluta inmunidad de esos crímenes es el genocidio de los armenios, que tuvo lugar un cuarto de siglo antes que genocidio judío. Lo ocurrido en Armenia sirvió indudablemente de inspiración para los jerarcas del nacionalsocialismo. Aquí se impuso la verdad de los perpetradores. “Hasta el día de hoy el Estado turco sigue negando el ocasionamiento del genocidio de los armenios cristianos, una minoría de 1.5 millones de personas asesinadas”, prosiguió.

Tiempo después el nazismo extermina las dos terceras partes de todos los judíos de Europa en un lapso asombrosamente breve. Se trató de métodos industriales de exterminio. “Los nazis tenían la idea de borrar este crimen infausto de la historia oficial y muchos de los sobrevivientes relatan en sus testimonios que los nazis se jactaban: ‘tu y tu pueblo, nadie va a quedar para contar lo que sucedió’”, argumentó Rafecas para seguidamente añadir que “cada uno de los sobrevivientes es un tesoro para nosotros, viven entre nosotros, algunos están aquí presentes, tenemos que tomar cabal conciencia de la importancia de estar en contacto con ellos, de conocer sus historias”.

Advirtió que en la actualidad ya es imposible remendar aquellos agujeros de impunidad que hubo en los procesos de juicio y castigo a los nazis. De hecho, investigaciones recientes revelan que los condenados por estos crímenes fueron sólo algunos miles en toda Europa, cuando en realidad los responsables representaron un numero claramente mayor. Resaltó que “esto ya no lo podemos remedar por el simple hecho de que estamos a mas de 70 años de los sucesos y la mayoría de los autores ya no viven, pero si podemos todavía luchas y podemos reforzar y podemos honrar el valor verdad”.

“Vi cosas terribles, vi cómo se humillaba, cómo se robaba, cómo se pegaba, cómo se mataba colgando, fusilando, cómo la gente moría de frío, hambre o trabajo extenuante”, subrayó Edgar Wildfeuer.