Presentaci髇 del Centro de Estudios sobre la Elaboraci髇 de Normas Jur韉icas
El Centro de Estudios sobre la Elaboración de Normas Jurídicas, que tiene entre sus objetivos el de coadyuvar al mejoramiento de los procesos de creación de normas jurídicas y favorecer la implementación de sistemas de gestión de innovadores de la producción normativa, fue presentado el 26 de mayo pasado.
Durante el acto, realizaron sendas exposiciones el Decano de la Facultad, Dr. Atilio A. Alterini, y el Director del Departamento de Posgrado, Dr. Miguel Ángel Ciuro Caldani, quien fue designado Director del Centro. También estuvieron presentes el Subdirector del Departamento de Posgrado, Dr. Marcos M. Córdoba; Rodolfo Vigo, Lucas Bettendorff, Roberto Campos y Elián Pregno.
El Dr. Atilio A. Alterini expresó que la tarea de la Maestría, junto con otras que desarrolla la Facultad, concierne a la legislación, la cual provee las reglas y principios que regulan la vida del ciudadano y le permiten vivir en un régimen republicano como establece la Constitución. Del mismo modo, manifestó su esperanza en lo relativo a que la Maestría continúe creciendo, expandiéndose y “que podamos convocar aquí a los responsables de la creación de normas, no sólo leyes, sino también contratos, así como de que se logre convencer cada vez a más gente acerca de la importancia decisiva de esta técnica”.
A su turno, el Dr. Miguel Ángel Ciuro Caldani reflexionó acerca del motivo por el cual se ha creado un Centro de Estudios dentro de una Maestría, respecto a lo cual consideró que se plantea la relación entre la forma, el plan y la vida. En tal sentido, afirmó que el saber y la vida están más allá del plan, de lo cual se sigue que, además del plan -que da certeza en cuanto a los contenidos- están los estudios permanentes que van más allá en tanto permiten que los problemas de elaboración se comprendan mucho más allá de lo que recortamos. De esta manera, opinó que una institución educativa que es un plan de estudios es una institución mutilada; “esta apertura acarrea más libertad, que la gente piense y cree y que desarrolle lo razonable para la misma gente”. Posteriormente, consideró que el Centro podrá producir nuevos conocimientos y, quizás, más directamente útiles, adecuados y eficientes para los desafíos que la vida plantea, al tiempo que reafirmó que entre el plan y la vida debe haber una alimentación recíproca; “un día los estudios del Centro contribuirán a mejorar el Plan”.
En otro orden de ideas, reseñó la historia de la Universidad en tanto institución que nació mundial, con proyecciones y sin fronteras estatales. Añadió que esta Universidad debe protagonizar el proceso de “planetarización” estableciendo el equilibrio entre lo local y lo mundial. Se requiere, en definitiva, “una Universidad dinámica, para un mundo nuevo”. Desde este punto de vista, argumentó que el posgrado es el lugar de la educación permanente, imprescindible para el cambio de era histórica y que, dentro de él, la Maestría constituye un nivel avanzado “un pilar para el doctorado y requiere investigación como extensión porque es a su vez un soporte donde se deben referir los elementos menores”.
Por otra parte, puntualizó que la Universidad comenzó, como la cultura, a hacerse patrimonio del Estado, el cual desde su fundación comenzó sus intentos por quedarse con todo; “Hobbes contribuyó a ello; luego vinieron los esfuerzos por limitar el poder del Estado encarnados en las ideas de Locke y Rousseau”. Sin embargo, aclaró que mientras aquellos pensadores vivieron hasta la edad moderna, la edad contemporánea nos enseñó disciplinas sociales que superan los moldes de los Estados y ellas llevan a la necesidad de la existencia de las ONG para agregar goces que el Estado tradicional debe conseguir. En tal marco social, consideró inscripto al Centro, que trasunta los deseos de una sociedad autónoma, pero sin pretender sustituir la división de poderes del Estado ni arrogarse las funciones de ninguno de ellos.