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Año XIII - Edición 242 04 de diciembre de 2014

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Presentación-debate del libro “Derechos, racionalidad y última palabra”

  • Notas

Con la organización de su cátedra de Derecho Constitucional, el 11 de noviembre pasado el profesor Andrés Gil Domínguez presentó su libro “Derechos, racionalidad y última palabra”. La actividad dio lugar a un espacio de debate entre los profesores Carlos M. Cárcova, Roberto Gargarella y el autor de la obra.

Para comenzar, el profesor Andrés Gil Domínguez destacó la importancia de generar un debate entre personas que piensan distinto. “Me parece que es un ejercicio que en nuestro país cuesta, que nos digamos las cosas que pensamos distinto y que esto no sea una ofensa personal”, remarcó. Asimismo, agradeció la presencia de ambos invitados.

Acto seguido, el profesor Carlos M. Cárcova también remarcó la posibilidad de que las personas que no están de acuerdo puedan conversar. Con relación al libro afirmó: “Le va a interesar a quienes sientan preocupación por los temas que aquí se desenvuelven, que son temas cruciales para el futuro de la República”. En este sentido, entendió que expone con precisión el debate sobre el que reflexiona y constituye un material valioso para trabajar de manera didáctica en el desarrollo de la enseñanza. Asimismo, mencionó que en la obra hay una tensión que se polariza en la intención, por un lado, de exhaustividad que lleva al autor a hacer una visita erudita a una enorme cantidad de opiniones y, por otro lado, la tensión se establece con la consistencia del texto. “Para un lector de a pie (…) el libro es difícil porque uno se encuentra por lo menos con diez o doce autores que son tratados con prolijidad (…) Esto hace que un primera lectura para alguien que no esté en el debate que se está discutiendo resulte ardua”, consideró. No obstante, remarcó que este tratamiento de los autores, con precisión, detalle y claridad, transforma al libro en un brillante material de tipo pedagógico. En cuanto al tema de la discusión, Cárcova sostuvo que “es saludable haber traído este debate a nuestro ámbito”. Por otra parte, entendió que estas discusiones se verían enriquecidas si se aceptaran los aportes que la semiótica y los desarrollos contemporáneos de la teoría lingüística pueden hacer. “Yo diría que no hay norma sin intérprete. La norma necesita siempre del intérprete. Las palabras no dicen cualquier cosa pero siempre tienen la posibilidad de decir, con acierto, dos o tres cosas diferentes. El proceso interpretativo me parece insoslayable”, remarcó.

Por su parte, el profesor Roberto Gargarella celebró el hecho de aprovechar la oportunidad de la presentación del libro para organizar un debate. Gargarella afirmó que el problema de base está presente tanto en Estados Unidos como en Argentina. “El problema contramayoritario no se resuelve diciendo que en ocasiones el Poder Judicial toma posiciones a favor del pueblo ni con la idea de que haya un juez activista que se mueve como uno quiere (…) Es independiente de la actitud de un juez”, declaró. Por otra parte, el orador consideró que la discusión fue evolucionando, se cargó de temas y cuestiones y se sofisticó. En este sentido, sostuvo que la discusión evolucionó desde Marbury vs. Madison o desde Soho en Argentina. De esta manera, lo más relevante no es la intervención judicial sino la supremacía judicial. Manifestó, asimismo, que en su modo de pensar la democracia, “se piensa desde la angustia del desacuerdo”. “En este contexto, la respuesta que propone la democracia deliberativa es que lo mejor que podemos hacer es apuntar a un proceso de discusión inclusiva. Ambas cosas son cruciales: la idea de discusión y la de inclusión”, agregó. Hacia el final, aseveró que el problema trasciende a este momento, ya que el problema es que tenemos una estructura institucional basada en una profunda desconfianza democrática.

Luego, se dio lugar a un espacio de debate entre el autor del libro y ambos invitados.

A modo de cierre, Andrés Gil Domínguez reflexionó acerca de que el elemento contextual no puede ser dejado de lado para definir esta cuestión. También, indicó que luego de que el mundo estableció, a través de los instrumentos internacionales de derechos humanos, un piso mínimo de la dignidad humana, cuando trató de garantizar estos derechos, utilizó formas muy parecidas de estructuración y pensamiento a lo que es un control de constitucionalidad. “Este es el control de convencionalidad desarrollado a través de distintos órganos”, aseveró. De esta manera, expresó: “Este proyecto de la humanidad en términos de los derechos humanos y su protección tiene que entrar en la agenda y hasta ahora ha quedado fuera de la discusión”.

“Este proyecto de la humanidad en términos de los derechos humanos y su protección tiene que entrar en la agenda y hasta ahora ha quedado fuera de la discusión”, expresó Andrés Gil Domínguez.