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Año IX - Edición 164 01 de julio de 2010

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Presentación de la revista “Taripawi”, editada por el Instituto de Estudios, Formación y Capacitación de la Unión de Empleados de la Justicia Nacional

  • Notas

El 4 de junio se realizó en el Salón Azul la presentación de “Taripawi”, revista de estudios sobre sociedad y justicia, del Instituto de Estudios, Formación y Capacitación de la Unión de Empleados de la Justicia Nacional. La actividad contó con la presencia de los Dres. Julio Gómez Carrillo (Director del Instituto), Juan José Nardi (miembro del Instituto), Eugenio Raúl Zaffaroni (ministro de la Corte Suprema de Justicia de la Nación), de la Lic. Silvia Guemureman (Investigadora del Instituto Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, UBA).

En primer lugar, el Dr. Julio Gómez Carrillo remarcó la necesidad de integrar a una futura agenda de investigación, dentro de la temática de la justicia y el derecho, la salud y las condiciones y medio ambiente de trabajo dentro del Poder Judicial.

Por otra parte, se refirió y expresó algunas ideas sobre la situación actual del servicio de justicia y su relación con los sectores más vulnerables de la sociedad.

Acto seguido, la Lic. Silvia Guemureman comentó que el conocimiento tiene una función social, ya que el producido e investigado “tiene que ser transferido porque sino es un conocimiento que no sirve, que no circula y, además, no sirve para cambiar las prácticas”.

A su vez, explicó que los ciencistas sociales piensan en contribuir al mejoramiento del mundo en que vivimos y al cambio de las prácticas “a través de la socialización del conocimiento y la difusión de nuestros resultados de investigación, donde en realidad nosotros militamos y batallamos a partir de lo que producimos, de lo que conocemos, y como lo hacemos saber”.

Luego, resaltó que los observatorios se han puesto de moda y ello acarrea el problema de ser fagocitada en términos del significado que se le quiso dar, por ende, “en nuestro caso, el observatorio tenia una idea de contrapanoptismo, no se va a individualizar, en términos de Foucault, a lo que están abajo sino individualizar las prácticas institucionales, a los que están arriba, los que toman decisiones”.

Para concluir, subrayó que el observatorio concibe a la docencia, a la investigación, a la información y a la intervención como “un continuo en donde, en realidad, a través de la investigación uno forma recursos humanos que van a producir como efecto la producción ampliada a través de otros recursos humanos y se van a transmitir por las prácticas docentes y, además, van a multiplicarse sus resultados gracias a las publicaciones”.

A continuación, el Dr. Eugenio R. Zaffaroni declaró que es un honor poder participar en la revista del Instituto de Estudios, Formación y Capacitación de la Unión de Empleados de la Justicia Nacional y añadió “que es un momento de regocijo cada vez que se presenta una revista”. Afirmó que las revistas, en especial las de derecho, desaparecen porque, entre varias cosas, tienen el inconveniente de “que si no tienen una institución detrás, no son rentables; las editoriales las mantienen como publicidad, mientras le conviene”.

En tal sentido, señaló que la revista tiene la importancia de nacer de la Unión de Empleados de la Justicia Nacional, que es “como todo ente sindical, una institución de creación de conciencia laboral y de conciencia profesional”.

Asimismo, entendió que el Poder Judicial no sólo tiene la función de resolver conflictos, sino, también, tiene la de controlar y exigir a los poderes del Estado, dicha función es la de control de constitucionalidad, “control que no está concentrado en la Argentina, es decir que cuando digo que lo tiene el Poder Judicial, en nuestro país es un control que tienen todo los jueces”.

Por su parte, diferenció a la ciudadanía formal de la real, que “se va ampliando a lo largo de la historia, no gradual, ni aceitada, ni prolijamente, sino que se va ampliando en función de movimientos políticos, que van cambiando la estructura y van incorporando capas de ciudadanía formal que estaban excluidas de la ciudadanía real”: la primera es la que tenemos, por ejemplo, en Argentina desde la Constitución de 1853, mientras que la segunda pertenece a quien tiene una mínima condición digna de vida para poder tener un protagonismo político.

A su vez, dijo que ha llegado el momento de pensar cómo hacer para que la historia deje de repetirse, o para que no haya regresiones, y de terminar con la contención genocida que nos persiguió a lo largo del siglo pasado, “creo que el camino para esto es repensar instituciones”.