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Año XX - Edición 360 26 de agosto de 2021

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Pospandemia-posderecho. Pensar la sociedad que vendrá (tercera edición)

  • Notas

El pasado 5 de agosto se llevó adelante la tercera edición del ciclo de encuentros "Pospandemia-posderecho. Pensar la sociedad que vendrá". En esta oportunidad, brindaron su aporte Ricardo Rabinovich Berkman (Argentina), director del Departamento de Ciencias Sociales, UBA, director del Programa de Cursos para el Doctorado de la UBA, codirector del Máster en Cultura Jurídica, U. Girona, académico Honorario de la Real Academia Española de Jurisprudencia y Legislación; Marina Gorali (Argentina), profesora, UBA/UNDAV, miembro de la AAFD, investigadora del Proyecto “Walter Benjamin y el pensamiento jurídico"; Antonio Gomes Moreira Maues (Brasil), miembro del Comité Asesor Jurídico, CNPq, subdirector del Instituto de Ciencias Jurídicas, UFPA; y Gisele Guimaraes Cittadino (Brasil), miembro del Comité Asesor Jurídico, CNPq; especialista en Filosofía Constitucional.

En primer lugar, Marina Gorali determinó que se debe “desplazar las racionalidades instrumentales que han organizado, y continúan organizando aún nuestra experiencia, nuestro modo de estar en el mundo que ha venido de alguna manera de la mano de la modernidad, de la mano del proyecto ilustrado pero exacerbado a su vez por el positivismo científico". En este sentido, comentó la necesidad de recurrir a los desarrollos de Hannah Arendt en La condición humana.

Y detalló: "En donde aborda la pregunta sobre la vida activa e identifica tres actividades principales: la labor, la fabricación y la acción (...) La fabricación está enteramente determinada por las categorías medio-fin, conteniendo-según describe ella- siempre presente un elemento de violencia y violación (...) El homo faber y su instrumentalidad y su racionalidad, arrasan con todas las esferas en las cuales se sitúa. Y sobre todo se sitúa bajo la posición de amo y señor de la naturaleza, de la tierra donde habita". Además, subrayó respecto a lo que le preocupa a Arendt: "No la experiencia de la instrumentalidad per se, sino cómo esa racionalidad invade otras esferas, otros discursos. Fundamentalmente el mundo de la política".

En segundo lugar, afirmó que existe la necesidad de "problematizar, de alguna manera, el paradigma del progreso y la temporalidad que este paradigma trae aparejado". Para analizar esta cuestión mencionó las Tesis Sobre el Concepto de Historia, de Walter Benjamin, específicamente la Tesis 9. Esta última, explicó, “es la conocida alegoría donde él expresa, de alguna manera en su doble dimensión tanto crítica como profética, las miserias catastróficas, las ruinas y las muertes, los cadáveres que vienen de alguna manera como contracara del ideal modelo del progreso". Además, respecto a la crítica al progreso que realiza el autor, el cual deposita su mirada sobre las ruinas, los muertos, los cadáveres, las vidas que se han perdido. Por lo tanto, la expositora reflexionó: "Crítica que implica a su vez un momento fundamental para políticamente arremangarse, y no solamente interpelar como pensar nuestra propia experiencia en el mundo sino incluso en nuestra misma región. A ese tiempo homogéneo y vacío, puramente mecánico y cuantitativa representado por el automatismo del reloj, de la aceleración (...), él le opone un tiempo de posibilidades, un tiempo actual que se encarga como una profunda irrupción(...) A criterio de Benjamin se trata de interrumpir, de hacer estallar en el continuo de la historia. Pero pensar la historia desde el lugar de los vencidos y las vencidas, de los discursos ausentes, de lo que ha quedado, de lo que no ha sido legitimado por la historia". Y resumió con las siguientes palabras: interrupción, acción, praxis, rememoración, memoria.

En tercer lugar, señaló: "Me parece central y fundamental el poder reescribir una ética de la alteridad como lugar de enunciación, como un lugar desde el cual hay apropiación de la lengua". A partir de lo cual, expuso: "Inscribir una ética de alteridad como un lugar de enunciación implica a su vez una enorme discusión, resignificación de la subjetividad y del concepto de libertad".

Finalmente, expuso Ricardo Rabinovich Berkman. Como punto de partida, aclaró que desde su forma de ver el coronavirus fue una epifanía. “El coronavirus no trajo cosas nuevas, sino cosas que ya estaban. Mostró las grandes mentiras en las que estábamos insertas. La idea de que los Derechos Humanos andaban maravillosamente y el mundo estaba inserto en una etapa extraordinaria de la famosa globalización". A partir de lo cual, resaltó: "Nunca le he tenido ninguna simpatía a la ideología de la globalización. Siempre me ha parecido una mentira atroz(...)", desarrolló. Entonces, la primera pregunta que planteó fue ¿para qué existe la Organización Mundial de la Salud (OMS)? Y comentó: "La declaración de pandemia implica que, si se ataca exitosamente la enfermedad declarada pandémica por parte de uno, dos, tres o quince países, igual sigue. Es decir, la única manera de terminar con una enfermedad pandémica es con una acción de todo el mundo coordinada (...) Nada de eso se hizo en ningún momento, los países cerraron fronteras y trabajaron para adentro (...) Si nosotros hubiéramos actuado coherentemente con la declaración de la OMS de enfermedad pandémica, en este momento no tendríamos coronavirus en el mundo porque la cantidad de vacunas disponibles eran más que suficientes para lanzar una campaña de vacunación mundial sobre los sectores de riesgo. Con lo cual, se hubiera reducido dramáticamente la transmisión y los efectos del Coronavirus, y no hubieran aparecido las variantes en los sectores donde el virus no pudo ser detenido".

Luego, como primer efecto de esta falta de cooperación, mencionó al aislamiento que se generó tanto de países como de regiones, sin precedente en la historia de la humanidad. En segundo lugar, teniendo en cuenta las reflexiones de Manuel Castells, pero ahora agravadas por la enfermedad, habló del grado extremo de exclusión que están viviendo aquellos que no tienen acceso a la tecnología o a internet. En tercer lugar, desde el punto de vista académico, no poder ignorar nunca más en los programas de estudio los años 2020, 2021 y lo que venga; por lo que se deberá repensar absolutamente todo en torno a esta realidad, "Cuando entramos a clases nuestros alumnos y alumnas nos están pidiendo que hablemos de Coronavirus, nos están pidiendo que hablemos de esta realidad".

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