¿Por qué los animales merecen tener derechos?
El pasado 6 de octubre el Instituto Gioja con el apoyo del Departamento de Ciencias Sociales de la Facultad de Derecho organizó, a través de la plataforma Zoom, una videoconferencia titulada “¿Por qué los animales merecen tener derechos?”. En esta oportunidad, brindó su aporte la comunicadora de animales Monica Diedrich (USA). Coordinaron Maria de las Victorias Gonzalez Silvano (UBA) y Martin Testa (UBA/UCES/USAL).
De modo introductorio y haciendo referencia al tema principal de la charla, Diedrich expresó: “Ser una comunicadora de animales es simplemente traducir otro idioma. Si bien los animales no pueden hablar en los mismos términos que hablamos nosotros los humanos, ellos manejan sus propios canales de comunicación. El idioma del animal está compuesto puramente de imágenes. Después de mucho tiempo de no entender la conexión especial que tenía con los animales, me di cuenta de que ellos se comunicaban conmigo a través de imágenes y que a su vez yo podía convertir esas imágenes en palabras y oraciones para que los humanos puedan entenderlos. Mi mente lo hace automáticamente y algunas veces ni siquiera me doy cuenta. Yo lo llamo ‘telepatía de imágenes’. Es el idioma más antiguo que existe en el mundo y las comunidades aborígenes que aún quedan en Australia todavía lo usan para comunicarse".
Sobre el poder de comprensión y la empatía animal, manifestó: “Mi comunicación con los animales, además de desarrollarse por la vía visual, se desarrolla a través de impresiones. Muchas veces siento lo que ellos sienten. Puedo sentir cuando sienten pánico y también cuando aman a alguien. Cuando ellos me mandan una fotografía me están contando una pequeña parte de la historia de sus vidas. Por eso, la fotografía que envía un animal se puede traducir en miles de palabras".
Luego destacó la relación especial que se da entre los animales y los niños: “Muchas veces cuando parece que los niños hablan con alguien o algo invisible, en realidad, están hablando con animales. Generalmente, los adultos ignoramos o nos burlamos de esas situaciones porque pensamos que ellos viven en su propio mundo de fantasías. Sin embargo, hacer eso no es correcto. Todos nacemos con esa sensibilidad, pero desgraciadamente la perdemos cuando empezamos la escuela porque la sociedad nos demanda que seamos todos iguales. Se ha establecido a lo largo de la historia que no puede existir alguien que hable con los animales porque 99,9% de las personas dice que es imposible".
Finalmente, explicó algunos puntos sobre la capacidad que tienen los animales para entender a los humanos: “Los animales nos entienden perfectamente siempre y cuando nosotros los escuchemos a ellos. Trabajé en un caso donde dos perros estaban siendo entrenados para competir en una práctica alemana llamada ‘schutzhund’ y tenían muchos problemas para comprender lo que su entrenador les decía. Ellos debían aprender tácticas de rastreo y ataques para convertirse en un perro policía, pero no acataban las órdenes de su entrenador humano. Sin embargo, los perros me explicaron lo que no entendían y al ayudarlos terminaron siendo campeones. Simplemente ellos no comprendían lo que significaban los movimientos que el entrenador hacía con su mano y por eso no se movían. Solo había que escucharlos. Lo que nos indica todo esto es que los animales sienten, razonan, aman y tienen preferencias. Por eso es que debemos tratarlos como personas no humanas".