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Año XXII - Edición 397 19 de octubre de 2023

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Personas mayores y cibercrimen

  • Notas

Con la organización del Proyecto de Investigación UBACyT “Adultos mayores en situación de violencia: acceso a la justicia en defensa de sus derechos. Nuevos interrogantes: Primera y Segunda brecha digital. Adultos mayores LGTB" y el Observatorio sobre Derecho de la Vejez y Adultos Mayores, el pasado 20 de septiembre se realizó la jornada “Personas mayores y cibercrimen” que contó con la exposición del profesor de la Universidad Complutense de Madrid, Juan Carlos Ortiz. La actividad fue coordinada por Hilda Eleonora Vallet, directora del proyecto y coordinadora del Observatorio.

Para comenzar, el profesor Juan Carlos Ortiz manifestó: “Mi intención es el intercambio de ideas sobre conceptos universales como el Internet, donde se produce la transmutación de las relaciones humanas y las nociones jurídicas”. Sobre esto último, dedicó su exposición a lo jurisdiccional “que es donde recae el poder del Estado y su capacidad de ejercer el poder en un lugar”. Luego se refirió a la relación de la jurisdicción con Internet: “difícilmente la jurisdicción aguantaría un análisis general cuando se habla del Internet que, a diferencia de los teléfonos o los televisores, no es un medio de comunicación sino un lugar de comunicación que contiene dentro de sí, varios medios”.

Posteriormente, Ortiz analizó el concepto de ciberdelito, “Dentro de este lugar de comunicación se cometen varios delitos, como el delito contra la vida, patrimonio, el honor y la integridad. A diferencia de lo físico, todos estos delitos tienen una modalidad comisiva que se relaciona con lo virtual”. En ese sentido, indicó: “Imaginen un crimen en una plaza. En un espacio físico un delito puede cometerse en ella las veces que se quiera hasta que se es aprehendido. Esto igualmente ocurre en un espacio. En Internet uno puede cometer el mismo delito en varios espacios al mismo tiempo. Cuando el banco de Buenos Aires cierra, otros abren, y el delincuente puede acceder a estos desde la comodidad de su casa”.

Continuó su exposición con un concepto relacionado con la historia de Hansel y Gretel: “en lo virtual, constantemente dejamos ‘migas de pan’”, esto lo vinculó con los teléfonos celulares que nunca dejan de trabajar y nos conectan al ciberespacio que amplía los lugares donde encontrar información. “Cuando queremos disponer de evidencia física uno busca en el entorno de la víctima y el autor que cometió el delito, pero en lo virtual el entorno se hace más accesible y no se limita. Al tener esta información uno puede darse el lujo de decidir qué es lo que quiere investigar”, agregó.

Profundizó sobre el uso y dependencia de los teléfonos: “no todos tenemos vehículos o propiedad, pero el teléfono no le falta a nadie. Hace unos años cuando no todos teníamos la accesibilidad a los teléfonos, tampoco éramos todos propensos a las ciberestafas. Por eso se busca la protección del teléfono como si fuera la propiedad, porque dentro del teléfono uno resguarda su intimidad”.

La exposición finalizó para dar lugar al debate y preguntas del público. Entre los temas que entraron dentro del debate fueron la justificación de vigilancia, ya que muchas veces en el proceso de proteger se daña la protección de los datos. ¿Se justifica la vigilancia constante de los estados a sus ciudadanos con el fin de protegerlos de este nuevo tipo de crimen?

Para finalizar, el expositor compartió el ejemplo de la Ecrochat, un programa utilizado para encriptar comunicaciones que es utilizado por las organizaciones criminales e individuos para el pase de información ilegal, tanto la compra y venta de estupefacientes como la distribución de pornografía infantil. “Los servicios de inteligencia tienen el poder de derribar dichas barreras para atrapar a los delincuentes que han evolucionado en sus medios de cometer delitos, gracias al espacio que brinda el Internet”, sostuvo.