Pandemia y crisis económica: el aporte del derecho concursal
El 7 de mayo se desarrolló la jornada “Pandemia y crisis económica: el aporte del derecho concursal”, a cargo del vicedecano Marcelo Gebhardt y los profesores Héctor Osvaldo Chómer, Mariano Genovesi, Osvaldo Pisani, Alfredo Rovira y Daniel Roque Vítolo.
“Un tema que hoy genera zozobra es la situación económica de la sociedad y nos toca a los que trabajamos en la disciplina concursal dar algún tipo de respuesta con esa idea de generarle al poder político algunas herramientas jurídicas para que analice las posibilidades que tenemos de salir de semejante encierro”, introdujo el vicedecano Gebhardt y enfatizó: “Debemos cuidar centralmente el empleo. Nosotros aprendimos la disciplina concursal mirada desde el paradigma de la conservación empresaria. Hoy el empleo es algo que todavía nos exige más porque en esto va la dignidad de la persona”.
También se refirió a la protección del crédito y de los activos. “Creo que desde la Facultad estamos compelidos e involucrados en este desafío; es una función central de la universidad poder generar este tipo de diálogos a nivel académico para generar las herramientas”, manifestó. Además, realizó un racconto del conjunto de normas que se utilizaron para la crisis del 2002 y establecer qué elementos pueden ser útiles.
Acto seguido, Héctor Osvaldo Chómer manifestó que “la crisis no es solamente sanitaria, es social, económica, financiera y laboral. Tal vez haya más aspectos pero estos son los que necesariamente debemos atender inmediatamente”. Y puso de manifiesto la necesidad de “encontrar soluciones rápidas y pensar si la solución es modificar la ley concursal como se pretende o simplemente crear una ley especial para esto que nos aqueja”.
Luego expresó: “No nos pidan a los jueces milagros procesales o concursales. La sobreinterpretación de la ley sería peor que modificarla. Lo que hay que hacer es encontrar una salida consensuada, legislar para lo inmediato es también aplicar la ley para el futuro. Lo que nos puede hacer salir del atolladero es una ley nueva sin desmedro de la ley concursal, pero para situaciones excepcionalísimas hay que encontrar soluciones nuevas”. Y propuso “una ley nueva que suspenda por 180 días las ejecuciones y que en los primeros treinta días se renegocie todo, tanto los acuerdos concursales ya aprobados como las obligaciones vencidas”.
A continuación, Mariano Genovesi se refirió al relevamiento de la Unión Industrial Argentina de una encuesta que realizó a 1300 empresas en la última semana de abril. “Por ejemplo, dentro del universo de empresas afectadas por el aislamiento preventivo, social y obligatorio tenemos aquellos sectores que fueron declarados esenciales y que en teoría pueden continuar con la actividad y aquellos sectores que por no ser esenciales tuvieron que bajar las ventanas”, comenzó diciendo y amplió: “El 71% de estas empresas encuestadas, que están dentro del sector no esenciales, el 64% está sin producir y el 71% registra caída de ventas superiores al 60% (...). El 29% restante que está funcionando dice que el 35% aun siendo esenciales no están produciendo, el 43% de estas empresas han sufrido caídas superiores al 60% y solamente el 15% no tuvo una menor demanda”.
Por otro lado, especificó que el 35% de las personas que viven en Argentina están por debajo de la línea de pobreza, el 36% trabaja en la informalidad laboral, el 32% de las empresas formales están por fuera del sistema crediticio y se presentaron al programa de asistencia de emergencia 445.075 empresas. “La singularidad de la crisis que estamos atravesando nos obliga a romper transitoriamente con algunos de los dogmas sacrosantos del derecho concursal y ver lo que sucede en el mundo real, fuera de la planilla de Excel y del documento de Word y hacer las correcciones que tengamos que hacer, que sean necesarias para evitar consecuencias no deseadas para el conjunto de la sociedad y que en muchos casos es irreversible”, reflexionó.
Osvaldo Pisani contó: “Trabajo con pymes, me dedico a colaborar en el orden de estas empresas y la mayor parte de ellas quieren producir y trabajar y no quieren presentarse en concurso preventivo”. Y planteó que “hay que tratar de acomodar un poco toda esta situación y frente a lo que estamos viviendo, la crisis económica, precisar algunas cuestiones”.
En este sentido, aseveró que “esta situación que se está dando se da en un marco de muy especiales características que permiten que la única solución sea por una nueva regulación o a través de reformas del ordenamiento vigente pero la solución es concursal, de concurrencia con efectos especiales donde es muy posible que se genere un efecto cascada: el concursamiento de uno va a implicar el concursamiento de otro con lo cual vamos a tener que ver cómo es la caída y preservar en esa situación”. Y añadió que “el poder jurisdiccional como poder del Estado tiene facultades para morigerar el cumplimiento de los requisitos de la ley concursal actual que va a ser la aplicable en la medida en la que no surja otro ordenamiento”
Alfredo Rovira se refirió a la prevención de la insolvencia y los efectos de la infracapitalización. “Como consecuencia de esta circunstancia sanitaria todos los empresarios se han visto en la necesidad de revisar sus modelos de negocios y sobre todo reflexionar no solo sobre la actual dificultad, sino cómo salir de ella y cómo encuadrarla con un criterio optimista para el futuro. En este contexto, la materia concursal ha adquirido un protagonismo singular”, desarrolló y resaltó: “Es posible que la comunidad de intereses mire con especial cuidado y rigor cómo las finanzas de la empresa que se ve inmersa en esta crisis ha sido estructurada y diseñada para tratar de encontrar una solución amigable con todos aquellos que se ven afectados en esta situación. En particular esto significa ver la estructura de capitalización de la compañía, cómo armó su capital de giro”. En esta línea argumental, manifestó que “es efectivamente necesario buscar soluciones creativas en donde no necesariamente la figura concursal pueda llegar a ser la panacea, pero puede ser que en el fondo la estructura básica de la ley concursal en donde se propone un tiempo de paz para que el deudor pueda encauzar su negocio tiene que ser aprovechado y utilizado”.
Finalmente, Daniel Roque Vítolo afirmó que “estamos frente a una crisis nueva por diversos motivos. Primero, por lo impredecible del fenómeno: nadie imaginaba que esto iba a ocurrir y nadie sabe cómo va a terminar. La segunda cuestión es que hay un proceso de aislamiento a nivel mundial. En tercer lugar, se ha paralizado la producción de bienes y servicios de un modo diferente a cualquier otra catástrofe, como puede ser un tsunami o un fenómeno natural que tienen un teatro de operaciones. Hoy el COVID-19 tiene como teatro de operaciones el mundo y está paralizada la actividad”.
Más adelante, aseveró que producir bienes y servicios para el mercado no será igual a la salida de este proceso sea como sea la salida, los modos de producción por mucho tiempo van a ser diferentes. “Es el costo incremental del distanciamiento social, de las medidas sanitarias, de las protecciones a los trabajadores, a los empresarios en la cadena de distribución. Es un costo incremental en todos los niveles de producción”, agregó. Y luego remarcó “la importancia de la concentración de recursos públicos para atender prioritariamente la crisis sanitaria y salvar las vidas en dimensiones nunca imaginadas anteriormente porque es un rescate humanitario a nivel mundial”.