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Año XII - Edición 221 07 de noviembre de 2013

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Nuevos paradigmas de la discapacidad en nuestra sociedad

  • Notas

El 16 de septiembre se llevó a cabo en el SUM del Instituto de Investigaciones Jurídicas y Sociales “Ambrosio L. Gioja” una jornada sobre los nuevos paradigmas de la discapacidad en nuestra sociedad, organizada por el Observatorio de Salud de la Facultad y el Seminario de Investigaciones en Derecho de la Salud del Instituto Gioja. El evento contó con la presencia de Grisel Olivera Roulet, Liliana Plandolit, Viviana Bonpland y Marisa Aizenberg.

Para comenzar, Grisel Olivera Roulet, médica especialista en salud pública y Magíster en Administración y Políticas Públicas, comentó la importancia de definir el concepto de discapacidad. “De discapacidad habla mucha gente, y mucha gente dice que es un término peyorativo cuando en realidad la palabra discapacidad viene de la palabra disfuncionalidad; hay algo que no funciona bien”, expresó. “La diversidad de conceptos de discapacidad trae la no presencia”, opinó.

De esta manera, la oradora realizó un recorrido por los diversos conceptos y paradigmas de discapacidad que han existido. Desde una perspectiva religiosa, la discapacidad era una expresión del mal, fue un castigo divino como también un símbolo de lo sagrado. Se refirió al paradigma médico y sostuvo que el hablar de enfermos repercute en la percepción de su condición humana expresada en la autoestima que esa persona con discapacidad puede tener. En este sentido, la discapacidad sería un síntoma y todo lo que hace el equipo de salud es en busca de una adaptación a las demandas y exigencias de la sociedad.

El modelo social, en cambio, a habla del déficit de un conjunto de condiciones, de actividades y de relaciones interpersonales; pero, por sobre todas las cosas, se toma a la discapacidad como una desventaja y como un hecho social. Citando a Harlan Hahn, se refirió a la inclusión en este paradigma del entorno, los factores ambientales que hacen a esta persona con discapacidad. La discapacidad es un problema que radica en el fracaso de la sociedad y del entorno creado por el ser humano para ajustarse a las necesidades y aspiraciones de las personas con discapacidad, y no en la incapacidad de esa persona para adaptarse a las demandas de la sociedad.

El modelo propuesto, y que abarca una visión coherente e integral es el bio-psico-social, el cual apunta a un modelo universal. Aun cuando se ha conseguido mucho en la lucha por los derechos civiles con modelo minoritario, “el futuro está en defender el modelo de la universalización”, afirmó.

Así, citando el Preámbulo de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, sostuvo que la discapacidad es un concepto que evoluciona y que resulta de la interacción entre las personas con discapacidad y las barreras de vidas a la actitud y al entorno que evitan su participación plena y efectiva en una sociedad en igualdad de condiciones con los demás.

La Lic. Liliana Plandolit afirmó que el concepto de discapacidad forma parte de la condición humana y que varía de acuerdo con las distintas épocas, culturas y sociedades. Sostuvo que se parte de que históricamente la identidad de la persona estaba reducida al cuerpo, por lo que las personas con discapacidad eran recluidas, condenadas; existían prejuicios, mitos y leyendas respecto de las personas que tenían deficiencias físicas, sobre todo visibles. Se refirió a la negación de derechos y a las políticas centradas en prácticas de exclusión. Así, la sociedad va avanzando, y se llega a un paradigma de rehabilitación, al modelo médico. En este marco la Ley 22.431 y 24.901 refieren a que son las personas que tienen desventajas las que tienen que habilitarse para poder integrarse en la sociedad.

Finalmente, se pasa de un modelo excluyente a una visión universal, incluyente en la que cualquier persona puede tener una discapacidad, por lo que la valoración será multidimensional. De esta manera, la autonomía de la persona se incorpora al modelo social. En esta dimensión social no se habla de pacientes sino a ciudadanos, sujetos de derechos; se elaboran políticas basadas en derechos humanos y se pasa de roles sociales pasivos a una participación comunitaria para empoderar a las personas con discapacidad. Se refirió, así, a las políticas asistenciales como por ejemplo la educación inclusiva en la que el sistema educativo es el que debe adaptarse a la diversidad de alumnos.

Para concluir, antes de dar inicio al debate y a las preguntas, la Dra. Viviana Bonpland marcó como anclaje jurídico el art. 75.22 de la Constitución Nacional al incorporar los tratados de derechos humanos al ordenamiento argentino, el rol de garante que tiene el Estado a través de sus tres poderes a partir del 75.23 y al rol de rectoría del Ministerio de Salud de la Nación para unificar el sistema de salud articulando el andamiaje jurídico “porque el derecho a la salud tiene que regir con equidad”, puntualizó. 

A través de una sociedad facilitadora, las limitaciones funcionales se reducen y se incrementa la oportunidad de participación, explicó la Lic. Liliana Plandolit.