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Año XIV - Edición 250 18 de junio de 2015

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Neuroética: Desafíos para el Estado de Derecho

  • Notas

El pasado 28 de mayo se llevó a cabo una nueva conferencia en el marco del Seminario de Investigación de Bioética. En esta ocasión el tema fue “Neuroética: Desafíos para el Estado de Derecho” y contó con la exposición de Elián Pregno.

La bienvenida al evento estuvo a cargo de Noemí Rempel, directora del seminario, quien indicó que el propósito de las reuniones que llevan adelante es mantener actualizados e informados a todos los interesados de participar en él y, también, mencionó el tema a tratar en dicha conferencia: la neuroética, es decir, la ética aplicada a la neurociencia. Por su parte, el subdirector del seminario, Jorge Berbere Delgado, destacó que los estudios que se enfocan en el modo de funcionar del cerebro no son recientes sino que gozan de una extensa historia. En este sentido, sostuvo que la neuroética debe ser considerada como una ética aplicada al conocimiento del derecho, ya que trata aquellos beneficios e inconvenientes que pueden producirse sobre el análisis del cerebro en el comportamiento de los seres humanos. Luego, se refirió a un estudio que realizó en la década del 70 sobre cómo tres series estadounidenses influían en el comportamiento de los individuos de sociedades de países periféricos. Concluyó puntualizando que es necesario determinar cuáles son los límites frente al avance o el conocimiento científico del funcionamiento del cerebro para poder decidir qué conductas son correctas o incorrectas, ya que a través de la manipulación del conocimiento del cerebro y de qué manera funciona, se puede lograr, mediante políticas de estado o privadas, lo que se conoce como el biopoder.

A continuación, Elián Pregno presentó un vídeo a los presentes y luego se enfocó en la cuestión a tratar: si el juicio moral, o bien el razonamiento moral, tiene efectivamente soporte biológico. En este sentido, estimó que si ello es verdad, lo que se pone en juego es la libertad, es decir, el libre albedrío. Posteriormente, se refirió a los avances científicos en materia de neurociencia. Entre ellos destacó la neuro-imagen como técnica para mapear el cerebro de una persona y monitorear distintos procesos, la neuro-cirugía como un modo de estimulación profunda del cerebro, etcétera. Por otra parte, señaló todas aquellas cuestiones morales características de la raza humana, tales como la fidelidad a la pareja, el ayudar al otro cuando se encuentra en situaciones desventajosas, entre otras, y entendió que si tales cuestiones encuentran su principio y fin en el soporte material que aporta el cerebro “estamos frente a un problema”. Expresó: “Hay un elemento biológico determinante que condiciona el juicio moral de una persona”. De este modo, señaló que la libertad puede ser puesta en tela de juicio a partir de esto.

En la misma línea argumental, el expositor reconoció que mejorar las soluciones normales del cerebro implica desvirtuar efectivamente la vida social. En otras palabras, si se quieren estimular de manera tramposa las actitudes naturales de los individuos, se tergiversa el concepto de normalidad “al punto tal de tornar patológico algo que es absolutamente normal”. Esto así, si la sociedad deja de brindarle importancia al concepto de igualdad, subrayó el orador. “Cuando uno acepta cruzar el umbral de alterar, por ejemplo, las competencias y aptitudes naturales, ese cuadro definitivamente imprime una cuota de inequidad y es aquí donde nosotros debemos plantearnos si la justicia juega o no un factor preponderante en la imagen de sociedad que nosotros tenemos”, estimó.

Hacia el final de su discurso, Pregno señaló que, de este modo, se pone en duda el concepto de libertad. Para desarrollar su idea, se enfocó en desafíos que presenta esta situación en tres áreas especiales del estado de derecho. En primer lugar, se refirió al libre albedrío y entendió que si este se encuentra conmovido se pierde una pieza clave para poner en marcha el sistema punitivo. En segundo lugar, al libre mercado. “Si hay que concluir que no somos tan libres como nosotros pensamos, lo que tambalea es el sistema de contratación, es decir, la economía del libre mercado se pone en discusión”, subrayó. Por último, hizo mencionó la organización socio-política. “Si uno, entonces, no puede saber si quiere comer o no un helado, chocolate o un helado, entonces tampoco puede saber quién quiere que lo gobierne; y si desaparece la idea de libertad y se lleva consigo al castigo y al contrato, sin duda se lleva consigo al voto, porque desaparece la idea de ciudadano elector. Si eso es así, estamos en un problema enorme”, concluyó el orador.