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Año XVII - Edición 311 18 de octubre de 2018

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Mesa de debate sobre la serie El Marginal

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El pasado 14 de septiembre, en la Sala de Audiencias, se llevó adelante una actividad de debate y reflexión desde un abordaje interdisciplinario acerca de la ficción y la realidad acerca de la serie El Marginal. Expusieron Juan Carrá (periodista y escritor), Silvia Delfino (licenciada en Letras - UBA; y profesora de Teoría y Análisis Literario, Teoría de la Comunicación y Teorías de la Cultura) y Daniel Rossano (abogado y licenciado en Ciencias Políticas; y profesor a cargo del práctico profesional del Centro Universitario de Devoto). Coordinó Lucía Montenegro y organizó el Seminario Permanente del Centro de Estudios de Ejecución Penal.

Lucía Montenegro presentó la actividad y comentó cómo surgió la idea de organizar una mesa de debate en torno a la serie. “Surgió esta posibilidad de poder discutir en el ámbito de la Facultad algo que si bien nos atraviesa como institución, y sobre todo en el ámbito penal y carcelario, no es propio de la Facultad de Derecho sino que tiene que ver con una representación como es El Marginal. (…) Parte de la reivindicación de la educación pública es poder encontrar estas cuestiones transversales y dialogar con otros actores y otras actrices de la universidad pública”, destacó.

Por su parte, Juan Carrá indicó que su trabajo como escritor de ficción se enmarca dentro del género novela negra que tiene como premisa poner en cuestión los elementos disruptivos del poder en el marco del capitalismo. Y en particular, en Argentina, en una corriente que se llama la novela criminal: “Nos corremos de la estética de la novela negra tradicional norteamericana en la que hay un detective que viene a trabajar sobre algún hecho puntual y focalizamos en la periferia. Ponemos el foco en el delito en sí mismo y en los actores alrededor del delito para pensar cuáles son las responsabilidades desde el Estado en la producción y generación de ese delito y de las múltiples formas de representación que tiene el delito en la sociedad”.

En primer lugar, afirmó que es interesante discutir cuáles son las representaciones que la ficción construye en la sociedad a partir de un determinado lenguaje que opera sobre la realidad. Sin embargo, aclaró que “cualquier producto que opere en el marco de la ficción no tiene pretensión de verdad. (…) Esa no pretensión de verdad tampoco puede ser un escudo para hacer cualquier cosa y desentenderse de la construcción de representaciones que genera la ficción. Pensar que una ficción es ascética, que no tiene ningún tipo de impacto en la lucha de clases, es lavarse las manos ante la responsabilidad social que tiene que tener todo artista”.

A su turno, Silvia Delfino afirmó que “las narrativas constituyen tramas, marcos de inteligibilidad y prácticas a partir de las cuales regimos nuestras relaciones cotidianas, pero también nuestro sentido de la futuridad”. En ese sentido, aclaró que “no existe narración, ficción regulatoria, modo de representación, ya sea para la producción de estereotipos o para la producción de mundos alternativos de acciones colectivas, que sea indisociable del sentido tanto de la memoria como del sentido de la acción colectiva”.

En relación con lo anterior, expresó que “el guión, la forma de filmar, la forma de producir montajes, las formas de intensificar, condensar, ratificar o reformular sentidos comunes cotidianos intervienen en los debates que tenemos”. Y añadió que “los medios no funcionan como géneros o como instancias simbólicas con sus propias esferas sino que por el contrario constituyen parte de un flujo de discusión y reelaboración, y esa reelaboración puede ser la ratificación de las formas de discriminación y exclusión o marginación o por el contrario una complejidad que le otorgue densidad histórica a esa experiencia que no solo vemos formulada sino que nos interpela”.

Por último, Daniel Rossano sostuvo que “El Marginal es una construcción de sentido común. Esa construcción hace que tenga un consenso homogéneo y que sobre una construcción de símbolos y de realidad se llegue a la conclusión que si es de sentido común no tiene discusión”. Y agregó que “deja como mensaje que la cárcel es un lugar muy violento porque existen personas violentas. Es decir, se sigue trabajando con el estereotipo de que existen personas que nacieron delincuentes y que nacieron violentos. Y eso no es nuevo, no es nueva la construcción de sentido común, ni tampoco es nueva esta idea estereotipada de que hay personas buenas y malas”.

Para finalizar, enfatizó que “la sociedad punitiva logra su cometido con este tipo de mensajes en cuestiones que se terminan dando en la legalidad y la legitimidad política. (…) Legitima y legaliza determinadas cuestiones que no tienen que ver con el derecho, porque el derecho no es más que el mensaje que se le quiere dar a una sociedad desde una definición política”, concluyó.