Memoria para seguir siendo Identidad, territorio y autonomía
El pasado 6 de junio, en el SUM Instituto Gioja, se desarrolló la actividad “Memoria para seguir siendo. Identidad, territorio y autonomía”. En el marco de este encuentro, se dieron las conversaciones con Cristina Pérez (coordinadora general de la Asociación de Comunidades Indígenas Lhaka Honhat, Nuestra Tierra en Wichí), Ervis Diaz Nifwotaj (Lhaka Honhat), Diego Morales y Erika Schmidhuber (CELS), Martín Aldao (UBA - CONICET), Morita Carrasco (UBA), Catalina Agudín (HKB BFH - Uni Bern) y Ana Álvarez (ASOCIANA). En tanto, Paola Colombero (UBA - CONICET) organizó y coordinó la reunión.
En primer lugar, Cristina Pérez recordó a los/as que no están presentes en la reunión. En ese sentido, agradeció su lucha y su enseñanza. Luego visualizaron un video sobre el tema a tratar. Al finalizar, Pérez puntualizó los problemas de un territorio y cultura que gradualmente desaparecen. Con su organización, que nuclea a más de 157 comunidades wichí, intentan mantener su identidad. Remarcó que fue el criollo y el hombre blanco con sus alambrados y ganadería los que comenzaron con los problemas de la comunidad. “Los cazadores no podían cazar por los alambrados y el agua se veía contaminada por las industrias”, planteó. Del mismo modo, manifestó como su padre y amigos tuvieron que educarse en las leyes “del hombre blanco” porque pensaron en el futuro. “Sin territorio no hay cultura, educación y salud”, enfatizó. En relación a lo anterior, expresó que para ellos/as el territorio no es una línea delimitada sino algo vivo que comparten y cuidan. Y afirmó que ella entiende al criollo, “pero la única solución está en que cada uno tenga su parcela”.
Luego, habló Ervis Diaz Nifwotaj y acordó con lo planteado por Cristina Perez. Y explicó cómo las comunidades no conocen la propiedad privada y comparten sus recursos.
A continuación, Erika Schmidhuber ofreció una interpretación jurídica para reconocer la violación de derechos humanos a nivel internacional. Indicó que sin reparación el reconocimiento es en vano. “Los daños más graves y trascendentes son el agua”, manifestó. Reconoció que hay diálogo con el Estado, pero éste es lento y recalcó la importancia del diálogo.
Ana Alvarez, se refirió a la dirigencia y la fuerza de la comunidad para presionar al gobierno al cumplimiento de las sentencias en cuestiones como la alimentación y el acceso a recursos. “Las comunidades igualmente intentan frenar la tala y a los terratenientes con poca ayuda de las autoridades”, indicó.
Por último, Morita Carrasco recordó los comienzos de la iniciativa. Retomó la manifestación de 1995 en contra del puente internacional.