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Año XVI - Edición 290 07 de septiembre de 2017

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¿Más allá del giro punitivo? El descenso de la población penitenciaria en el norte global

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El pasado 23 de agosto en la Sala Vélez Sarsfield se desarrolló la actividad “¿Más allá del giro punitivo? El descenso de la población penitenciaria en el norte global”, organizada en conjunto por el Centro de Estudios de Ejecución Penal y el Departamento de Derecho Penal y Criminología.

En este marco, disertó José Ángel Brandariz García (profesor titular de la Universidad de La Coruña), quien fue presentado por Iñaki Anitúa.

En primer lugar, José Ángel Brandariz García inició su ponencia destacando: “Empecé a mirar la cuestión del descenso continuado de la población penitenciaria en una amplia pluralidad de países del norte global, a partir de una circunstancia muy específica y prosaica: en España, hace siete años de forma constante, cae todos los meses la población penitenciaria”. Explicó luego que este fenómeno es muy llamativo ya que España tiene un récord mundial en crecimiento de la población penitenciaria durante el período democrático. Es decir, que desde su vuelta a la democracia en 1975 hasta el año 2010, la población carcelaria en España se multiplica por nueve.

En el caso de Estados Unidos, que José Ángel Brandariz García denomina como “el caso ideal del encarcelamiento masivo”, manifestó que hay varios factores que impulsaron el fenómeno del descenso de la población penitenciaria. Por un lado, reconoció que el primer hecho que provocó este fenómeno fue la crisis económica del 2008. Luego, remarcó que el aumento de las libertades condicionales en todo el país fue otro factor clave que estimuló este fenómeno. En último término, argumentó que en Estados Unidos hubo un descenso muy notable de las tasas de criminalidad y criminalidad violenta. “En los últimos veinticinco años se ha producido un descenso de las tasas de criminalidad urbana que ha incidido sobre los niveles de punitividad subjetiva o publica (en qué grado el colectivo popular desea castigar al criminal por el hecho cometido) y sobre el miedo al delito, que han caído de forma muy abrupta y están en mínimos históricos”, desarrolló. Por lo tanto, aseveró el orador, si el delito disminuye, la importancia que le da el ciudadano a la inseguridad disminuye, lo que impacta en el terreno cultural y, al mismo tiempo, en el político. De esta forma, luchar contra el delito deja de ser un activo electoral de primer orden para los políticos y deciden recortar gastos públicos reduciendo el número de presos mantenidos por el Estado.

Siguiendo esta línea, el expositor indicó que en Estados Unidos no fue a nivel federal, sino a nivel estatal en donde se lograron las mayores políticas de reducción. Como por ejemplo, el establecimiento de límites máximos de número de presos y la promoción de penas alternativas a la prisión de la libertad condicional. Asimismo, el orador hizo referencia a un programa político de reintegro, instalado por el expresidente Bush en 2008, llamado Re-Entry. Este programa se apoya en distintas instituciones comunitarias para proveer empleo y alejar de la vida criminal a las miles de personas que salen diariamente de las cárceles y que ingresaron mediante las leyes de encarcelamiento masivo.

“En términos de derecho penal el discurso es claro y viene en caída desde hace más tiempo que el de la reducción penitenciaria: la guerra contra las drogas se ha terminado”, afirmó José Ángel Brandariz García. Por lo tanto, expuso que varios penalistas en Estados Unidos opinan que las leyes tomadas durante la guerra contra las drogas fueron un error, las penas exageradas y la persecución que se le dio a la criminalidad fue extensiva.