¡Seguinos!

Año XIII - Edición 227 17 de abril de 2014

Buscar

Más allá de la democracia y globalización: el papel de las arquitecturas en la política social universal

  • Notas

Organizada en el marco del Seminario Permanente sobre Derechos Sociales y Políticas Públicas, tuvo lugar el pasado 31 de marzo la conferencia “Más allá de la democracia y globalización: el papel de las arquitecturas en la política social universal”, a cargo de Juliana Martínez Franzoni (Doctora en Sociología de la Universidad de Pittsburgh e investigadora del Instituto de Investigaciones Sociales y Centro de Investigación y Estudios Políticos, Universidad de Costa Rica). La actividad fue organizada por el Grupo de Trabajo Interdisciplinario Derechos Sociales y Políticas Públicas. La expositora fue presentada por la Dra. Laura Pautassi, directora del seminario.

En primer lugar, la Dra. Juliana Martínez Franzoni explicó que buscó enfocarse en los factores posibilitadores del universalismo vinculados con el componente democrático. Opinó que hay un regreso del universalismo a la discusión como reacción a respuestas que partían de la idea de que el Estado tiene una función residual respecto a la del mercado. Encontró que la discusión está prácticamente centrada en cuanto a cobertura de beneficios básicos. Respecto a la cuestión del universalismo, invitó a pensar sobre las políticas emergentes vinculadas a los “nuevos” riesgos sociales, a los cuidados tanto al principio, al medio y al final de la vida, y sobre las políticas que buscan la conciliación entre la vida familiar y laboral. De acuerdo a Martínez Franzoni, el principal aporte de la literatura sobre universalismo fue plantear que este tiene que ver con coberturas masivas de derechos, con equidad de beneficios, lo que hace innecesario que la gente recurra al mercado. “La cobertura, la suficiencia y la equidad van de la mano como resultados”, explicó. Por otra parte, identificó como problema que esta literatura se enfoque en los países nórdicos, ya que se vincula estrechamente el resultado universalista con los instrumentos de política que lo van a permitir. “Con la definición que asocia el resultado universalista con el instrumento, tendríamos que pensar en reformas fiscales donde la región pasaría a tener cargas tributarias del 50% del PIB, lo que no va a ocurrir”, indicó. De esta manera, se deben separar los resultados de los instrumentos ya que hay otros caminos para llegar al objetivo deseado. La literatura sobre el tema, analizando por qué algunos países logran mejores resultados que otros, se concentra en el papel de la democracia, en particular, el papel de la competencia electoral para generar los incentivos correctos para que los actores decidan invertir mejor. En ese sentido, agregó: "Invertir mejor implica separar más la distribución primaria del ingreso de la distribución secundaria, posterior a la intervención del Estado”. En general, la variable explicativa es la democracia, cuanto mayor es su duración, mejores resultados se obtienen. La otra dimensión tiene que ver con la ideología. En este caso, la literatura indica que cuánto más presencia de partidos políticas de izquierda existe, la democracia es más efectiva en incidir en esta dirección. “El punto es que no hay tantos ejemplos de universalismo como de competencia electoral”, manifestó. Citando los ejemplos de coberturas de Costa Rica y Uruguay, la oradora identificó que la democracia es una condición necesaria pero no explica las preferencias que los actores tienen en un momento del tiempo para ir en una dirección u otra. Otro factor macro que se encuentra es la capacidad estatal: todos los países que en la región tienen una política social robusta, tienen alta capacidad estatal; sin embargo, no poseen universalismo. Aquí es donde toman relevancia las arquitecturas de política social. “Una arquitectura de política social es una combinación de instrumentos que en su conjunto definen la política”, señaló. Las cinco dimensiones que toda política social debe resolver son acceso, financiamiento, beneficiarios, prestación y la presencia de alternativas de mercado. “Puede ser que un país, en las cuatro primeras dimensiones, haga todo y no logre universalismo porque tiene una alternativa privada muy fuerte”, agregó. Debido a esto, el enemigo principal del universalismo es la fragmentación que se produce en cualquiera de las dimensiones. “Si tan solo ampliamos la cobertura de derechos, podemos estar en una situación mejor o peor, dependiendo del manejo de la fragmentación”, manifestó Martínez Franzoni. Asimismo, recordó que existen condiciones positivas para el avance del universalismo: la consolidación democrática, gobiernos u oposiciones de izquierda e ideas a nivel internacional favorable a esta agenda. “El reto es identificar cuáles son las medidas específicas de política que puedan ampliar la fuerza de los actores prouniversalismo en ausencia de alguna de las condiciones favorables”, entendió.

Seguidamente, retomó la palabra Laura Pautassi, quien se refirió a la recuperación del concepto de "arquitecturas de bienestar". Años atrás, se hablaba de infraestructuras vinculadas al cuidado, al trabajo y a la economía de cuidado. La directora del seminario rescató que en el trabajo se menciona una literatura muy novedosa. De esta manera, recordó como una cuestión ausente en la discusión la Declaración de Objetivos del Milenio. “Es la primera declaración de la ONU donde se aborda el enfoque de derechos humanos”, destacó. Finalmente, hizo referencia a la situación del mercado de trabajo donde, según Pautassi, se ubican las tensiones más fuertes. Opinó que el aumento de la protección social está fundamentado en un desincentivo al ingreso de las mujeres en el mercado de trabajo. “Es importante no perder el prisma del enfoque de género”, resaltó.

“Si tan solo ampliamos cobertura de derechos, podemos estar en una situación mejor o peor, dependiendo del manejo de la fragmentación”, manifestó la Dra. Juliana Martínez Franzoni.