Los límites de la punitividad en Colombia
El pasado 18 de junio, en la Sala Vélez Sarsfield, se realizó la actividad “Los límites de la punitividad en Colombia”, organizada por el Centro de Estudios de Ejecución Penal. Participaron en calidad de expositores/as: Marcelo Bergman (doctor en Sociología por la Universidad de California en San Diego, director y profesor del Centro de Estudios Latinoamericano sobre Inseguridad y Violencia, Universidad Nacional de Tres de Febrero) y Carolina Duque (magíster en derecho de la Universidad de los Andes de Colombia, investigadora del Centro de Estudios Latinoamericano sobre Inseguridad y Violencia, Universidad Nacional de Tres de Febrero de Argentina). Leonardo Pitlevnik moderó el intercambio.
Al inicio, Marcelo Bergman realizó un recorrido histórico respecto al crecimiento en el porcentaje de la población carcelaria desde 1993 al 2017. En ese marco, planteó que Latinoamérica se ve un crecimiento continuo mientras que en el hemisferio norte y en Europa no. Para ejemplificar, habló del caso de Argentina. “T tuvo un crecimiento (desde 1993) del 300 por ciento".
Acto seguido, habló de las encuestas en las que les preguntan a los/as privados/as de libertad con el propósito de tener información no sólo de las autoridades. “Sobre las familias, el delito que cometieron para estar ahí, entre otras cosas”, explicó. Las encuestas, que se realizan desde 2002, tienen el propósito de encontrar patrones de conducta y crear un mapa del crimen. Una de las primeras conclusiones a las que llegó tuvo que ver con los datos compartidos sobre la escalada de la población carcelaria, de la misma, remarcó, que no fue por la implementación de penas más largas, eso ocurre en Estados Unidos. En el caso de América Latina “es porque está entrando cada vez más gente".
Seguidamente, compartió una pregunta más filosófica: “¿Por qué se usan las cárceles?”. Esto lo llevó hacia una respuesta contemporánea, que trae consigo tres propósitos, el primero es el retributivo, la segunda razón es la rehabilitación, dentro de esta nombró varias labores de las cárceles. “Cómo enseñar y entrenar a los presos”, expresó. El tercer objetivo, es el de la disuasión, aclaró, que los primeros tres están para la disminución del crimen. No obstante, en América Latina, por varias razones, el número de presos no disminuyó.
A su turno, Carolina Duque se dedicó a hablar de los desbordes del punitivismo, en particular, en el caso colombiano. “El Estado reconoce los desbordes de la política carcelaria”, planteó. Aquí expuso una serie de casos, donde ocurren motines. “El último en Bogotá, terminó con la muerte de uno de los Directores de la prisión”, finalizó. Introdujo el debate y diálogo constitucional respecto a la política carcelaria, en específico, en la época de pandemia. “Donde se liberaron personas a nivel nacional”, reflexionó. Este manejo fue muy improvisado y llevó a un crecimiento de la población carcelaria en los centros de detención transitoria y las estaciones de policía. Esto generó un problema. “Para los municipios y departamentos que no están listos para lidiar con la cantidad”, indicó.