Los escenarios de integración regional en la pospandemia
Los días 4 y 5 de octubre se desarrolló el seminario de integración regional "Los escenarios de integración regional en la pospandemia".
Participaron de este seminario Lorenza Sebesta, Sandra Negro, Raphael Carvalho de Vasconcelos, Jaime Gallegos Zúñiga, Alfredo López Bravo, Gonzalo Alvarez, Luciana Scotti, Santiago Deluca y Carlos Ramirez.
Organizaron la Cátedra de Derecho de la Integración (Dra. Sandra Negro), el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) y el Observatorio sobre implementación del Acuerdo Mercosur-Unión Europea (OAMU).
El primer día comenzó con el panel “Las políticas de seguridad de los sistemas de integración regional. Un recorrido histórico y perspectivas futuras”.
A su turno, Lorenza Sebesta disertó sobre el rediseño del contenido de la seguridad europea. “La reconfiguración de la seguridad europea a partir de la pandemia no es tanto una reconfiguración, sino retomar lo que siempre estuvo en el ADN de la Unión Europea (UE), es decir, una visión de seguridad ampliada que no se refiere solo a una defensa territorial, sino que se refiere a desafíos que toman la forma de desafíos en el campo de salud o de desafío en el campo del medioambiente”, introdujo y analizó que “la pandemia consolidó la opinión que siempre se tuvo sobre que la UE tiene que ser potencia civil y no potencia militar porque los desafíos que sus países y comunidades se encuentran para enfrentar en este mundo son desafíos de la seguridad de tipo interno, por un lado, y de tipo internacional global del otro o los dos”.
Más adelante, explicó: “Lo que ha ocurrido en este último período es que ha surgido un cortocircuito entre el discurso sobre autonomía estratégica que se había puesto en marcha desde los primeros meses de la pandemia con el discurso de autonomía estratégica que se puso en marcha después del dramático fin de la ocupación militar de Afganistán que fue llevada a cabo no solamente por las fuerzas armadas estadounidenses, sino por una fuerza internacional que bajo la cobertura internacional de la OTAN de un lado y de varias instituciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas tomaron parte también fuerzas europeas”.
Por su parte, Sandra Negro detalló que “las políticas de seguridad en la región de América Central y América del Sur tienen agendas que se han visto sensiblemente afectadas por el escenario que planteó el año 2020”. Y sostuvo que hay tres nuevos grandes riesgos que hacen a esta seguridad o a la intención de dar respuesta desde los estados y los procesos de integración regional. “Los tres escenarios que aparecen como escenarios de distinto nivel son los riesgos sanitarios, los estados primero contemplaron azorados y después intentaron, de algún modo, comenzar a enfrentar este tema; el segundo es el de los riesgos climáticos, aquellos derivados del tema ambiental en general y aquí entrarían tanto aquellos riesgos que se derivan para la estructura estatal; el tercer escenario es el escenario digital, dentro del cual aparecen nuevos riesgos, nuevas propuestas para intentar dar respuesta”.
Asimismo, planteó que “el siguiente tema que se debate en el ámbito internacional es la idea de frontera porque el año 2020 nos enfrentó nuevamente a un fenómeno que es una revalorización de las fronteras físicas”.
El segundo panel versó sobre la geopolítica de la integración regional. Para comenzar este panel, tomó la palabra Raphael Carvalho de Vasconcelos. “Nosotros en Brasil manejamos mal la pandemia y es un desastre tan profundo que no nos permitimos todavía hablar de la pospandemia porque todavía no estamos mirando de una manera clara el final”, remarcó como punto inicial. Además, sostuvo que “la pandemia no trajo nada de nuevo al derecho internacional, a la integración regional o a la concepción política y jurídica que tenemos del derecho y de las sociedades. La pandemia tan solo potenció todo lo que había de bueno y de malo en el escenario internacional”. Y agregó que “todo lo que debía funcionar de una forma específica, por ejemplo, la OMS, se fortaleció. Y todo lo que había en cuanto a divergencias, litigios y controversias se potenció y profundizó en este proceso”.
Pensando en la pospandemia, el orador sostuvo: “El mandato que tenemos como profesionales de derecho internacional, de relaciones internacionales y de derecho de la integración es tener el compromiso con el futuro que mira a los proyectos de integración regional no como fenómenos históricos puntuales que uno puede posicionar en un determinado espacio temporal, sino que estos procesos de integración regional son procesos que tienen un tiempo muy largo”. Y agregó: “Pensemos a la pospandemia en términos políticos, regionales y de integración regional en América, en el Mercosur y en Europa en una perspectiva de cómo vamos a estar en cuatro, cinco o diez años”.
Jaime Gallegos Zúñiga se enfocó en la Alianza del Pacífico. Primero compartió que es un proyecto que surge hacia 2011 de la Declaración de Lima. “En América Latina existía y sigue existiendo el Mercosur y Comunidad Andina, pero algunos países que mostraban mayores signos de apertura comercial como Perú, Chile, México y en menor medida Colombia quería en el fondo proyectarse hacia el mundo”, especificó y comentó que la Alianza del Pacífico es un modelo intergubernamental y no se crea una burocracia propia del proyecto.
Luego habló de las decisiones tomadas por la alianza durante la pandemia: “Este grupo de alto nivel se puso ciertos objetivos para hacerse cargo de la pandemia en el sentido de que buscó transparentar información para evitar trabas en los flujos de comercio en la zona. También se dieron ciertas flexibilidades para efecto de facilitación del comercio. Una vez más se levantaron áreas y se levantó información conducente a tratar de detectar en qué áreas dentro de los cuatro estados parte podrían generarse encadenamientos productivos”, desarrolló entre otros objetivos.
Por otro lado, se refirió al presidencialismo latinoamericano y resaltó: “En este contexto de presidencialismo no parece que la Alianza del Pacífico pueda gozar de muy buena salud. No podemos obviar los conflictos que están viviendo nuestros países, que han llevado a levantamientos populares en Chile y en Colombia y la situación de Perú”. Y señaló: “Creo que es importante potenciar el comercio electrónico (...). Es fundamental mejorar los estándares de protección a los consumidores dentro del plano regional. Por otro lado, soy un convencido de que es necesario brindar mayores canales de participación a la sociedad civil”.
Alfredo López Bravo expuso sobre la regulación europea en materia de criptoactivos. “La realidad es que los criptoactivos han sido un lugar de mucha confusión donde la academia todavía tiene una gran tarea por hacer”, comenzó diciendo y detalló: “En el territorio europeo tenemos distintas formas de encarar esta situación por los distintos estados de la UE. Hay estados que deciden y han decidido establecer regulaciones un poco más rigurosas respecto a los criptoactivos, como puede ser el caso de Alemania”. Otros estados lo han hecho de una manera un tanto más flexible, como Francia; otros estados que lo han hecho de manera totalmente abierta a la posibilidad de que distintos emprendimientos relacionados con la industria en los criptoactivos se asienten en esos países; y la gran mayoría de los estados europeos no tienen regulación alguna sobre el tema.
Por lo tanto, hay bastantes huecos y zonas grises. Sin embargo, subrayó que en el año 2018 comenzó la elaboración de un proyecto relacionado con criptoactivos. Ya la UE dispone de algunas normas donde se mencionan tangencialmente criptomonedas, algún token de criptomonedas, como el caso de bitcóin, que guardan relación estrecha con alguna cuestión en particular.
El 5 de octubre comenzó con el panel titulado "Problemas políticos actuales y desafíos de la construcción de la ciudadanía". Gonzalo Álvarez disertó sobre el Estatuto de la Ciudadanía del Mercosur. En este marco, comentó que “la idea de construcción del estatuto de ciudadanía del Mercosur que fue un proyecto que inició hace 10 años con la idea de tener en un cuerpo relevado un conjunto de políticas que tenían directa incidencia en la vida ciudadana y para aprovechar los 30 años del Mercosur, que se cumplieron el 26 de marzo del 2020, para poner en valor todo lo que el Mercosur a lo largo de sus 30 años había ido construyendo en términos de políticas con alto impacto en la vida cotidiana de las personas”.
En cuanto al objetivo del mismo, indicó que es “implementar una política de libre circulación de personas, igualad de derechos y libertades civiles, sociales, culturales y económicas e igualdad de condiciones de acceso al trabajo, la salud y la educación”.
Por otro lado, reflexionó: “Es una tarea que pone en valor importantes iniciativas que hubo a lo largo de estos 30 años en estos temas tan importantes (...), pero lo que nosotros veíamos es que es muy difícil hablar de cualquier concepto teórico de ciudadanía sobre el que uno se pare y concebir un estatuto de ciudadanía sin al menos dos elementos donde el Mercosur tiene bastante camino por recorrer”. Estos elementos son la posibilidad de que los ciudadanos tengan un acceso pleno a la jurisdicción y la capacidad de los ciudadanos de participar políticamente dentro de la comunidad.
Sandra Negro expuso sobre el Estado de derecho y el significado de la democracia y cómo esos términos impactan decididamente tanto en el plano interno como en el plano internacional por parte de la UE y del Mercosur, vinculándolo con acontecimientos recientes y pronunciamientos del Tribunal de Justicia y del tribunal general de la UE y, en particular, con una sentencia del Tribunal de Justicia en la UE con impacto en el caso de Venezuela. “El art. 7 del Tratado de Lisboa que entró en vigencia en el año 2009 se refiere a que la UE tiene un conjunto de valores y que los estados miembros adscriben a esos valores y al funcionamiento de la UE en coincidencia o a partir de una plataforma que estaría dada por el Estado de derecho y el funcionamiento dentro del Estado de derecho de una democracia de forma tradicional”, explicó. Luego se refirió a lo ocurrido a la luz de las experiencias de dos países que adhirieron a la UE en el año 2003, Hungría y Polonia.
Seguidamente, tuvo lugar el segundo panel de la jornada sobre el comercio electrónico, a la observación de la libre circulación de personas y a la lectura del panorama económico internacional y la agenda del Mercosur.
Luciana Scotti expuso sobre el comercio electrónico en el marco de los procesos de integración regional. Indicó que “la UE siempre ha sido de avanzada, por lo menos en términos comparativos, en relación con todos los procesos de integración en lo que es la agenda digital”. En este marco, mencionó la Directiva 31 del año 2000 sobre comercio electrónico y la estrategia Europa 2020 que se lanzó en marzo de 2010.
Respecto a lo que es el Mercosur, desarrolló: “Los pasos fueron más lentos, pero también podemos identificar un puntapié inicial en el año 2000 cuando en una reunión ordinaria que se celebró en Buenos Aires y a propuesta de la República Argentina se crea el subgrupo de trabajo número 13 sobre comercio electrónico en el marco del grupo mercado común (...). En junio del 2001 se seleccionaron los temas principales de interés y fue a partir del año 2002 que se empezaron a trabajar en esos temas de particular interés que fueron la firma digital y la protección al consumidor”. Y agregó que “en el año 2004 se aprueba la Resolución 21 relativa al desarrollo de la información al consumidor en las transacciones comerciales efectuadas a través de internet”, entre otras resoluciones. También habló de acuerdos y protocolos que contemplan la utilización de los medios electrónicos. Y recordó que en el ámbito de lo que sería el comercio electrónico business to consumer está el acuerdo sobre derecho aplicable en materia de contratos internacionales de consumo de 2017.
Más adelante, se refirió al Acuerdo sobre comercio electrónico del Mercosur que se aprobó en medio de la crisis sanitaria, que todavía no está vigente.
Santiago Deluca habló sobre la libre circulación de personas en el Mercosur antes y después de la pandemia. Para empezar, recordó que “el Mercosur es un acuerdo de índole económica y comercial que tiene su fundamento jurídico internacional en las normas que podemos denominar del derecho económico internacional”. En este marco, mencionó el art. 1 del Tratado de Asunción que establece que el objetivo del Mercosur es constituir un mercado común. Y resaltó que esto se realiza por medio de la libre circulación, de bienes, servicios y factores productivos a través de la eliminación de derecho aduaneros y restricciones no arancelarias de mercaderías. “Si partimos de la base de que las personas somos parte de estos factores de la producción, la parte final del párrafo segundo nos es totalmente aplicable, es decir, la eliminación de cualquier otra medida equivalente al correcto flujo en materia económica comercial”, resaltó. Además, analizó que “uno, en general, cuando piensa en la libre circulación de personas, piensa en el ocio, pero no se agota en el ocio”.
Carlos Ramirez manifestó que “para ser un año de pospandemia el 2021 los números son muy buenos. Analizando la balanza argentino-brasileña que es la que nos da el timing de las exportaciones e importaciones entre Argentina y Brasil se ha incrementado entre el 2020 y el 2021 un 46% (...). En el caso de Argentina arroja un superávit del 37% con respecto a Brasil”. Con este porcentaje, el orador sostuvo: “Podríamos decir que el escenario es de los mejores, pero todos estos números están atravesados por una cuestión política”. Y desarrolló: “Vuelve a aparecer el fantasma del intergubernamentalismo versus la supranacionalidad. El hecho de que cada país es 100% soberano no ha cedido y nos lleva a que empiecen a aparecer cuestiones que son propias de un bloque que se conforma con pasos distintos porque en cada una de elecciones nacionales al arribar otro signo ideológico distinto al imperante en el bloque empieza la marcha y la contramarcha no solamente en cuestiones migratorias”.