Litigio en temáticas de género
Organizada por el Centro de Graduados, el pasado 10 de marzo se llevó a cabo la actividad “Litigio en temáticas de género”.
Miriam Gadea, María Curvello Perrier, Claudio Acosta y Analía Tomasini expusieron en el panel "Estrategias de litigio para la defensa de los derechos de la mujer".
Virginia Badino expresóque“resulta sumamente interesante el abordaje de la temática que nos convoca, la violencia de género, y cómo la vivenciamos nosotros en la práctica profesional. Nos parecía de sumo interés mostrarles a ustedes las diferentes aristas. La idea es justamente el muestreo de la situación, el abordaje, las herramientas legales que se utilizan y esa interacción muy vivaz que tiene tanto en el fuero civil como en el fuero penal”.
Por su parte, María Curvello Perrier afirmó que “hay una ley para proteger a la mujer contra la violencia, hay instituciones que protegen a las mujeres contra la violencia, pero la violencia no cesa”. Luego remarcó que se trata de una problemática cultural: “Todos somos actores en esto de defender a la mujer contra la violencia en la medida en que todos no nos involucremos no va a dejar de pasar”. Y agregó que “esta casa de estudios tiene, creo que es la única en América Latina, la posibilidad de un patrocinio gratuito a la sociedad, a quienes tienen menos recursos, en el ínterin mientras pedagógicamente se les enseña a los abogados a ejercer la profesión de los abogados”.
En ese sentido, indicó que los casos pueden presentarse de dos maneras. “Porque iniciaron una acción de violencia familiar en la Oficina de Violencia Doméstica (OVD) que funciona a instancias de la Corte Suprema de Justicia –punta de lanza de toda una movida de apoyo a las víctimas de violencia de género– o cuando las mujeres vienen con una problemática y nosotros como operadores jurídicos somos quienes les tenemos que decir que está inmersa en una situación de violencia. Ya habrán escuchado en muchas oportunidades esto que se denomina naturalización de la violencia”. Y enfatizó: “El rol que nosotros cumplimos es fundamental. Es darle la mano a esa persona, ayudarla a transitar un camino que tiene miedo de transitar y por el cual siente mucha culpa. No alcanza con la denuncia en la OVD, hay todo un camino recorrer con esa persona que nos viene a consultar, con esa mujer”.
A su turno, Miriam Gadea señaló que“la experiencia nos dice que la ley 26.485 de Protección Integral de las Mujeres para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia tiene muchísimas herramientas útiles para hacer frente a esta situación, pero eso solo no alcanza a juzgar por los resultados evidentes que necesitamos revisar la eficacia de este sistema para implementar esas soluciones”.
Luego contó: “Cuando la consultante que llega al patrocinio nosotros tratamos de ver que las medidas que se hayan dictado en la causa que se está promoviendo para darle una solución a este conflicto realmente sean eficaces para atender a esta problemática”, subrayó y expresó que “lo que nosotros debemos hacer como profesionales es hacer un relevamiento de que esa medida es efectiva y si se complementa con otras que le permitan desenvolverse en lo cotidiana de forma natural y poder salir de esa situación de sometimiento”.
Seguidamente, puntualizó que “desde el Patrocinio Jurídico lo que hacemos es analizar esas medidas, ver si ajustan a la cotidianeidad de esa persona, si realmente son completas, si quizás en la premura de ponerle fin a la situación de violencia se dejaron de lado cuestiones como la asistencia de los hijos, el tema de los alimentos provisorio, de quien estará a cargo del cuidado de los hijos de esta pareja, de esta familia que está presentando una problemática de género.
Por su parte, Analía Tomasini remarcó la importancia del trabajo interdisciplinario y se aludió al descreimiento de la víctima a partir de un concepto trabajado por la licenciada Susana Velázquez en el libro Violencias cotidianas, violencias domésticas: “Muchas veces este ‘por qué no lo contó antes’ tiene que ver primero porque la violencia sexual deja una impronta en el cuerpo que muchas veces la mujer deliberadamente por más que quiera no puede y lo mantiene en el silencio por la vergüenza a expresar al otro esa parte íntima que quedó dañaba”.
En esa misma línea argumental, planteó que “en general, los casos que nos están llegando son personas que ya hicieron la denuncia, y vienen porque no entienden cómo sigue el proceso, cómo pueden hacer, no saben cuáles son sus derechos”. Y sumó que “una vez que entendemos cuánto les costó denunciar, vemos qué hacemos con esa denuncia, cómo sostenemos esa denuncia, cómo sostenemos esa narrativa, y si vamos a decidirnos a tomar eso caso y si vamos a litigar esa cuestión de género, cómo lo vamos sostener, cómo al podemos ayudar”.
Finalmente, señaló que en ese momento se empieza a trabajar la posibilidad de idear protocolos tanto de entrevista como de preparación de la víctima para el momento del juicio oral. “La realidad es que lo que se viene es un sistema adversarial en donde concretamente las partes van a tener que trabajar con sus testigos, van a tener que investigar, y también van a tener que trabajar con la víctima si nos toca estar de este lado. Es mucho más fácil trabajar con la víctima de cualquier otro delito y tenemos toda una cuestión de no revictimización cuando la víctima es víctima de un delito de violencia sexual”, concluyó.
Por último, Claudio Acosta reconoció que “desde el Derecho Penal estamos en absoluta deuda con la sociedad acerca de la violencia de género. Principalmente porque nuestro Código es de 1921, no tiene figuras relacionadas con la violencia de género. Se introdujo recién en 2012 el homicidio agravado por violencia de género, que es el único inciso, el 11 del artículo 80”.
Asimismo, cuestionó el aspecto jurisprudencial porque consideró que se trata de cuestionar el sistema para tratar de mejorarlo. “La jurisprudencia mayoritaria establece que no cualquier ejercicio de violencia contra una mujer es violencia de género sino solo aquella que se realizada contra una persona por el hecho de pertenecer al género femenino”, aseguró.
En relación a lo anterior, afirmó que “cuando llega la víctima lo primero que tenemos que hacer es constituirnos como querellantes porque podemos colaborar en la instrucción, investigando, sugiriendo pruebas, presentando informes. Los juzgados de instrucción o las fiscalías incluso hasta las especializadas no ponen en énfasis que debieran poner para investigar los delitos de delitos sexuales sobre niños y niñas”. Y añadió que “estas situaciones deben investigarse, el abogado patrocinante es de vital importancia para investigar, y fundamentalmente convencer al operador jurídico de que se trata de una cuestión de violencia de género”.
A continuación, Clara Gelman, Eleonora Vallet, Mariana Riudavetz y Santiago Flaherty participaron de la mesa "Hacia un cambio de paradigmas sociales. La actuación interdisciplinaria".