La Universidad de Buenos Aires distinguió a Antonio María Hernández con el diploma de profesor honorario
Antonio María Hernández y Alberto J. Bueres
Antonio María Hernández y Alberto J. Bueres
Mariano Genovesi, Antonio María Hernández, Alberto J. Bueres y Daniel Sabsay
Mariano Genovesi, Antonio María Hernández, Alberto J. Bueres y Daniel Sabsay
Alberto J. Bueres y Daniel Sabsay
Alberto J. Bueres y Daniel Sabsay
La Universidad de Buenos Aires distinguió a Antonio María Hernández con el diploma de profesor honorario
La Universidad de Buenos Aires distinguió a Antonio María Hernández con el diploma de profesor honorario
La Universidad de Buenos Aires distinguió a Antonio María Hernández con el diploma de profesor honorario
La Universidad de Buenos Aires distinguió a Antonio María Hernández con el diploma de profesor honorario
El pasado 27 de junio la Universidad de Buenos Aires le entregó el diploma de profesor honorario a Antonio María Hernández en el Salón Rojo de la Facultad. El decano Alberto J. Bueres, el secretario general de la Universidad de Buenos Aires Mariano Genovesi y el profesor Daniel Sabsay participaron del evento.
La laudatio académica estuvo a cargo del profesor Daniel Sabsay, quien destacó el trabajo que Hernández desarrolló en el ámbito del Derecho Constitucional, el federalismo y el derecho público provincial y municipal. “Desde el federalismo reivindica la autonomía de la Ciudad de Buenos Aires. Lo que puede parecer contradictorio, sin embargo de la mano de sus explicaciones, sus enseñanzas resulta absolutamente coherente. (…) Como convencional constituyente nacional en 1994, defendió todo un programa para la vigorización de nuestro federalismo, que lamentablemente no se ha cumplido”, señaló.
A continuación, mencionó que el homenajeado publicó en calidad de autor y coautor más de 50 libros y ofreció más de 650 conferencias en nuestro país y en el exterior. Y agregó que es miembro de las Academias Nacionales de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba y de Ciencias Morales y Políticas de Buenos Aires, de Ciencias del Ambiente de Argentina, de la colombiana de Jurisprudencia, de la Internacional de Derecho Comparado, de la Asociación chilena y peruana de Derecho Constitucional.
Para finalizar, hizo mención a la trayectoria política y la calidad humana de Hernández: “Creo que se entronca absolutamente en el hombre que enseña las virtudes del civismo. Un hombre que jamás fue sospechado de nada oscuro, en un país donde estamos tan llenos de oscuridades”, indicó. Y añadió “un hombre siempre generoso, absolutamente abierto a que sus enseñanzas sean compartidas por generaciones de alumnos y un extraordinario amigo”.
Luego tomó la palabra Antonio María Hernández y se refirió al valor del reconocimiento que recibía en función de lo que representa en términos institucionales y académicos la Universidad de Buenos Aires. Y señaló que los cinco premios nobeles que ostenta nuestro país vinculados a esta institución, los quince presidentes egresados de la Facultad de Derecho y la gran cantidad de referentes del derecho constitucional que se formaron en esta casa de altos estudios.
Seguidamente, agradeció a todos los estudiantes: “Nosotros tenemos que llegar a la generación actual, a la cual le debo un reconocimiento especial por su generosidad, porque fueron ellos los que me han propuesto desde esta facultad para esta altísima distinción que hoy recibo”. Del mismo modo, resaltó el apoyo de su familia y de los colegas que lo acompañaron en las diferentes etapas de su trayectoria académica y política.
Para concluir, recuperó el pensamiento de Rudolf von Ihering: “La lucha por el derecho es el sentimiento propio que nace de la injusticia y que te obliga a luchar como imperativo moral y categórico, tanto social como individual, en la idea de que se cumpla la ley, y en particular la constitución. Tengo la convicción de que la Argentina cambiará el día que nosotros efectivamente elevemos nuestra cultura constitucional y de la legalidad, además de un funcionamiento pleno del sistema republicano de la forma federal de estado que nos lleve a terminar con problemas sociológicos y culturales muy delicados que pasan por la anomia, además de la violencia y la corrupción”, sostuvo.
“La lucha por el derecho es el sentimiento propio que nace de la injusticia y que te obliga a luchar como imperativo moral y categórico, tanto social como individual, en la idea de que se cumpla la ley, y en particular, la constitución”, señaló Antonio María Hernández.