La serie Merlí desde la pedagogía, la sociología y el derecho
El 25 de abril se realizó la mesa redonda “La serie Merlí desde la pedagogía, la sociología y el derecho”, organizada por el Departamento de Ciencias Sociales, el Departamento de Posgrado y NETFLIX, y coordinada por Ángeles Cardozo y Gonzalo Baños. Los profesores Andrea L. Gastron, Héctor Gonzalo Ana Dobratinich y Ricardo Rabinovich-Berkman participaron de la charla. En el marco del evento, se llevó a cabo la presentación del libro Cátedra Merlí. Manual para peripatéticos, a cargo de Federico Gozaini.
Andrea L. Gastron destacó que el interés por la serie está en algunos de los aciertos que logró la misma. “Los personajes de esta serie tienen grises, están plagados de contrariedades y además cambian y se transforman. La serie se sale de algunos lugares comunes”, expresó. Sin embargo, reconoció que también cosechó algunas críticas en función de lecturas que se hicieron desde los estudios de género.
Con respecto a la pedagogía que propone Merlí Bergeron, el profesor protagonista de la serie, sostuvo que se relaciona con sus estudiantes de un modo poco solemne, que contrasta con su compromiso con el trabajo. “Esta seriedad no es frecuente en la realidad educativa actual, en la que abundan profesores desmotivados, desbordados, exigentes o displicentes, insertos en estructuras rígidas y deficientes, en sociedades que sobrevaloran la educación en los discursos, pero no en la práctica ni en la asignación de recursos reales contundentes”, aseguró.
En ese sentido, enfatizó que la filosofía como disciplina “nos hace libres, nos libera de las ataduras que la sociedad nos impone (…). Merlí es tan libre como para poner patas arriba todo lo que damos por sabido y ayudar a sus jóvenes discípulos a asumir las contradicciones y las dudas que plantea la ida para afrontar las adversidades y sobre todo para saber que en esta vida no siempre se gana”.
Héctor G. Ana Dobratinich remarcó que la serie está atravesada por la actitud de Merlí: “El espíritu crítico con el que siempre trata las cosas que se le pregunta. Cuestionar qué elementos inferiores y qué elementos no subyacen y permiten considerar ese discurso de la normalidad”.
Por otro lado, sostuvo que Merlí en tanto profesor sugiere “aprender a escuchar, los alumnos tienen cosas para enseñarnos. Nosotros no somos sujetos que lo sabemos todo”. En ese mismo sentido, planteó que “si nosotros vamos a pensar que un examen en blanco es solamente una persona que no pudo estudiar, estamos totalmente equivocados. Y creo que Merlí hace un gran acercamiento en ese sentido: vengan, acérquense, escuchen y cuenten (…). No podemos ser aquellos profesores enciclopedistas”.
Ricardo Rabinovich-Berkman explicó que le interesaba abordar “la pedagogía merliniana o bergeroniana desde la historia y ver qué cosas pueden servirnos para los que trabajamos en enseñanza de cuestiones históricas”.
En esta línea, subrayó el trabajo que Merlí hace en sus clases: generar interés en los estudiantes. “Toma el tema de cada día de cosas que están pasando en el grupo, o sea, a partir de un problema, si a uno lo están tratando mal los compañeros o un problema de género (…). Más si trabajás en alguna temática que tiene algo de social, como es la filosofía, como es el derecho. No se trata de que hoy vayamos a hablar de Maquiavelo, que no le interesa a nadie y que escribió en una época muy remota sobre asuntos que hoy ya no se dan. Vamos a hablar de Maquiavelo porque tiene que ver con lo que te está pasando a ti ahora en ese momento”, afirmó.
Luego planteó que la denominación del curso como los peripatéticos da cuenta de una actualización del pasado porque peripatéticos eran los alumnos de Aristóteles, pero al mismo tiempo, al concepto que los peripatéticos implican: salir fuera del aula, caminar por el jardín, caminar por el mundo (…). Experimentar, significa tomar contacto con la realidad, tomar contacto con lo social, leer las fuentes, acercarse a las cuestiones que nos motivan y sobre las que trabajamos”.
Para finalizar, enfatizó que en la serie subyace una pedagogía de la libertad y retomó una de las premisas del Merlí Bergeron: “Que las cosas sean de una manera no quiere decir que no se puedan cambiar”.