La representación jurídica, y la defensa judicial de los animales no humanos ante la justicia
Con la organización del Departamento de Ciencias Sociales, el 11 de mayo tuvo lugar en el Salón Verde la exposición “La representación jurídica, y la defensa judicial de los animales no humanos ante la justicia”.
La actividad fue coordinada por Andrea Gastrón (vicedirectora del Departamento de Ciencias Sociales), quien introdujo como primer orador a Andrés Gil Domínguez (profesor de Derecho Constitucional). El expositor presentó su caso de Sandra la orangutana, indicando que fue un fallo inédito a nivel mundial con repercusiones jurídicas importantes. Domínguez interpuso un habeas corpus para liberar de su cautiverio a Sandra, una orangutana que vivía en el Zoológico de Palermo bajo condiciones cuestionables para un animal de su naturaleza. “La Sala II de la Cámara de Casación Penal de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires determinó que Sandra era una persona no humana y un sujeto de derechos para poder investigar penalmente si era pasible de maltrato o no”, reconoció. Por lo tanto, los representantes de Sandra pudieron tramitar una acción de amparo contra el Gobierno de la Ciudad, titular del Zoo, y su concesionario: Sandra quedó en libertad y sería trasladada a un santuario en Brasil. El profesor concluyó que “hay un grupo de animales como los grandes primates, los elefantes y otros cetáceos que por el grado de desarrollo cognitivo sintiente de autoconsciencia tienen un mayor grado de tutela o protección jurídica”, y además se preguntó: “¿Por qué no pensamos entre todos en algún proceso constitucional especial para la protección de los derechos de los animales, a partir de las conclusiones del caso Sandra?”.
En segundo lugar, tomó la palabra Micaela Repetto Rolon quien se refirió al caso Cresta Roja. La oradora explicó los diferentes maltratos que sufrían los animales dentro de la empresa, como la matanza de pollitos o la inanición de gallinas y chanchos. “Esto es una lucha eterna, que hay que luchar contra nosotros mismos y nadie de nosotros va a descansar hasta que las jaulas estén vacías”, concluyó.
Finalmente, Martín Scotto analizó su caso Pichón Club: “Es un club de tiro que efectuaba competencias que consistían en dispararles a palomas vivas, es una actividad perversa y criminal”. Destacó que a partir del año 2000 comenzaron a surgir asociaciones animalistas que cuestionaron este tipo de prácticas, y distintas jurisdicciones que las prohibían. Para concluir el orador citó a Humboldt: “El grado de civilización de un pueblo se mide por la forma en la que se trata a los animales”.