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Año XXI - Edición 382 27 de octubre de 2022

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La opresión y la miseria están antes que mi amor. Poesía y Derecho XVII: Homenaje a Idea Vilariño

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En el Salón Verde, el pasado 13 de octubre, se celebró la actividad "La opresión y la miseria están antes que mi amor. Poesía y Derecho XVII: homenaje a Idea Vilariño", organizada por el Departamento de Ciencias Sociales. Participaron en calidad de expositores/as: Eugenia Straccali, Julian Axat, Guido Croxatto y Andrea Gastron. Por su parte, María Rosa Ávila y Ricardo Rabinovich-Berkman participaron como coordinadores.

En primer lugar, Ricardo Rabinovich-Berkman, director del Departamento de Ciencias Sociales, brindó las palabras de bienvenida: “El Departamento de Sociales tiene un compromiso con esta manera de ver a lo jurídico, no como un fenómeno normativo sino como una tarea compleja donde lo social, lo antropológico, lo histórico, lo económico, hacen una permanente e intercomunicada combinación. Creo que la Facultad de Derecho tiene como única razón de ser cambiar el mundo, para eso estudiamos el derecho”. Y expresó que “la Facultad debe transformarse en usinas de pensamiento crítico, en centros de reconsideración de lo que hay, para hacer algo mejor. La transformación se produce con una visión de lo jurídico desde lo social. Dentro de lo literario, se trajo la idea de dedicar un ciclo exclusivo a la poesía”.

Seguidamente, María Rosa Ávila presentó a los/as expositores/as y expresó: “Es un honor coordinar este brillante panel y este seminario de poesía y derecho”.

A su turno, Guido Croxatto destacó la importancia de reivindicar el rol de la poesía como herramienta base del derecho: “Cuando uno hace poesía, tarde o temprano, se topa con el derecho. Desde el inicio de este ciclo nos dedicamos a establecer que la poesía está en el derecho, es parte del derecho y haberla erradicado de las aulas genera una práctica profesional que se aleja cada vez más del ideal de justicia”. Por otra parte, examinó la vinculación entre la abogacía pública y la poesía: “Hablar de interés público parece exagerado porque formamos a los abogados con una mirada individualista que favorece una visión empresarial y economicista del derecho. El eje del derecho público y derechos humanos está cada vez más alejado de la enseñanza del derecho. Esto va paralelo a la desaparición de la poesía, de la literatura, de las humanidades y de la filosofía en general de las aulas. Las letras y las humanidades son el pilar del derecho, el cual, al tecnificarse demasiado, se terminó deshumanizando”. En último término, en lo que respecta al ciclo, resaltó: “Detrás de este ciclo hay un marco teórico. Hay un montón de argumentos de la filosofía moderna, de la antropología filosófica, de la filosofía contemporánea, de la filosofía del derecho y de la crisis del positivismo, que tienen mucho que ver con lo que vamos a hablar”.

A continuación, Eugenia Straccali analizó el nexo entre el concepto de falacia y la relación entre poesía y derecho: “Las falacias son argumentos apócrifos presentados como verdaderos. La verdad es que la literatura tiene un valor epistemológico en sí mismo y el lenguaje poético en sus intervalos, metáforas, silencios tiene una potencia impresionante y en eso se distingue del derecho ya que no necesita probarse. Es verdadera en sí misma. Eso es muy poderoso”. Posteriormente, caracterizó el pensamiento de Idea Vilariño: “Tuvo una obsesión por asumir que es imposible evitar las contradicciones, las falacias. En su obra Vida Escrita va rescatando fragmentos de deseos, de experiencias para gestar sus poemas. Todo lo que ha plasmado en poesías es lo que ha vivido. Esto evidencia una concepción poética o una teoría sobre el lenguaje y la representación”. Y agregó: “Tiene una mirada desautomatizada que implica conocer y presentar lo real no desde lo retórico sino desde la retoricidad. La retoricidad es la incertidumbre, la ambigüedad, los obstáculos a la comprensión, eso es precisamente la poesía”.

Por consiguiente, Julian Axat señaló sobre Idea Vilariño: “Convoca una potente voz femenina. Es una voz fundamental de la poesía en general. En ella hay una idea fuerte que quedó y que es pregnancia de un imaginario anarquista. Luis Gregorich, en el prólogo de su obra, dice que la impronta anarquista de la poesía de Vilariño está en que Dios es el poema mismo. Dios es toda la poesía proyectada sobre la voz femenina”. Para finalizar, citó los poemas Si muriera esta noche y Mar.

Hacia el final, Andrea Gastron basó su exposición en una mirada sociológica: “Me propongo traer la realidad social al debate. En la Facultad de Derecho no se habla de las emociones, quedan del otro lado, en lo no dicho, lo que no es el derecho. Los presupuestos jurídicos no tienen que ver con lo emocional. Esto es consecuencia de una formación técnica en el campo del derecho”. Por último, puntualizó en los roles de género, para lo cual compartió el poema Ya no.