La educación ambiental en la agenda pública nacional. Desafíos de la implementación de la Ley Yolanda
El 21 de abril de 2021 el Centro de Derecho Ambiental organizó este taller sobre los desafíos de la Ley Yolanda.
Participaron Gabriela Azar (directora del Departamento de Educación de la UCA), Hernán Rodríguez (especialista de Ciencias Sociales del Departamento de Educación de la UCA), María Marta Rodríguez (especialista de Ciencias Naturales del Departamento de Educación de la UCA), Facundo Rios (consejero superior UBA. Docente Derecho Internacional Ambiental de la Facultad) y Silvia Nonna (vicedirectora Centro de Derecho Ambiental de la Facultad; titular de cátedra de Derecho de los Recursos Naturales y Protección Ambiental; y secretaria académica de la Facultad).
Para comenzar, Gabriela Azar, Hernán Rodríguez y María Marta Rodríguez compartieron una serie de experiencias que se vienen trabajando en el Departamento de Educación de la UCA desde el 2010 a raíz de la reforma del marco pedagógico con el cual se forma docentes profesionales.
En este marco, Gabriela Azar se refirió a los niveles de concreción curricular en el marco de la educación ambiental. “Cuando uno trata de mirar un poco y ver cuáles son los orígenes que tiene la educación ambiental, hay un primer antecedente que aparece en el año 1969 en la Universidad de Michigan a cargo de William Stapp y es quien por primera vez acuña esta expresión que a lo largo de los años fue teniendo mucha más envergadura e impacto desde el punto de vista de los contenidos de enseñanza”, introdujo y detalló: “En aquel entonces se inicia la educación ambiental con un objetivo central que era ir encontrando aquellas causas centrales de los problemas ambientales prioritarios con el objetivo de poder ayudar alas personas a solucionar los problemas que afectan a su comunidad con la finalidad de poder buscar un sano equilibrio entre las personas y su medio”.
Luego, explicó: “Cuando hablamos de educación ambiental, hay dos conceptos importantes que están muy vinculados: la educación (proceso intencional de actualización perfectiva de la persona para que pueda adaptarse a su ambiente) y el ambiente (concepto dinámico, comprensivo y muy transversal). Desde esta perspectiva creemos que la educación ambiental intenta de alguna manera hacer que las personas puedan formarse de acuerdo a lo que sería hoy una ciudadanía global o efectiva”.
Seguidamente, expuso estrategias para coordinar proyectos de educación ambiental: coordinación intersectorial e interinstitucional; inclusión de la educación ambiental en la educación formal y no formal; participación ciudadana; investigación; formación de educadores ambientales; diseño, implementación, apoyo y promoción de planes y acciones de comunicación y divulgación.
Hernán Rodríguez disertó sobreel paradigma de la educación ambiental en las ciencias. En primer lugar, señaló que los paradigmas mecanicistas, reduccionistas y positivistas llevaron a dos siglos de una destrucción muy acelerada del medio ambiente. Sin embargo, comentó: “Surge dentro del campo científico un nuevo paradigma que es el de la complejidad, que en cierto modo recupera cosmovisiones de las más antiguas de nuestra cultura o la de los pueblos originarios en donde el hombre es considerado parte de este ambiente y no extranjero (...). No solamente ya no es extraño al medioambiente, sino que además es una parte importante de este medio: es su parte consciente”. Y puntualizó: “La educación ambiental integral plantea que educar es educar para otro mundo posible y viable. Y para educar de esta manera hay que educar con base en experiencias complejas y situadas. Los niños tienen que aprender no solo un saber abstracto como en el modelo academicista tradicional, sino que tienen que aprender un saber en una situación en la que hacen algo con ese saber asumiendo una postura ética y política”.
María Marta Rodríguez compartió evidencias de la educación ambiental en la formación docente. “Una muy buena herramienta para poder trabajar es la problematización del saber y para problematizar el saber nosotros, como docentes y educadores, tenemos que ser conscientes de cuáles son esas concepciones que nuestros estudiantes traen al aula, ya sea un estudiante universitario, como un niño o un adolescente en la educación media”, comenzó diciendo. En este contexto, se refirió a un estudio de la Universidad de La Plata que exponía que las perspectivas seleccionadas por los estudiantes de profesorado para abordar el tema de la educación ambiental en la escuela. “Es muy poco el porcentaje que adopta una integración y organiza los contenidos y las capacidades desde una integración de saberes (...). Esto impacta en los enfoques que seleccionamos los docentes en formación para abordar la temática ambiental. En general, el enfoque que predomina en un 90% tiene que ver con lo ecológico naturalista y esto no está mal, solo falta dar un paso más”, desarrolló y subrayó: “La perspectiva socioambiental en el paradigma de complejidad nos implica poder dar un paso más y aprender a planificar, desarrollar y entender bien para poder respetar, cuidar y proteger”.
Facundo Rios expuso sobre los desafíos de una educación universitaria sostenible. “No es menor para ninguna gestión para ninguna parte del mundo la existencia de los objetivos de desarrollo sostenible como estrategia de políticas públicas comunes que nos dan un marco específico para disparar”, comentó y se enfocó en el objetivo 4. “En el marco de una universidad es el que más nos convoca: garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje para todos y todas”.
En esta línea, compartió: “En Derecho se están haciendo muchos esfuerzos en los últimos años para tratar de llevar adelante esto que llamamos desarrollo sostenible (...). Desde 1981 contamos con la Carrera de especialización en Derecho y Política de los Recursos Naturales y recientemente se creó la Diplomatura en Derecho Ambiental. Por otro lado, el Centro de Derecho Ambiental es un gran acierto de esta gestión”.
También habló sobre el programa “GO4 SDGs” que tiene su aplicación en la universidad mediante un programa llamado “Empujones Verdes”: “Esta implementación lo que apunta es a cambiar las formas y los trabajos que tenemos nosotros desde la propia comunidad académica y cómo desde la gestión podemos ir cambiándolos”.
Sobre la Ley Yolanda (27.592), explicó que es en homenaje a Yolanda Ortiz, la primera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano en Argentina y en Latinoamérica. En cuanto a su contenido, expresó: “La ley tiene funcionarios obligados que son las personas que se desempeñan en todos los niveles de la función pública”.
Por último, Silvia Nonna manifestó: “Somos docentes universitarios, profesores, que intentamos formar mujeres y hombres de derecho y todo esto que han compartido con nosotros lo llevamos al tema del derecho como una herramienta eficaz para poder controlar o guiar para que esos ciudadanos sigan comprometiéndose con el ambiente y si así no fuera que hubiera alguien que no solamente esté controlando sino que utilizando esta, que es una herramienta eficaz, podamos guiar o modificar esas conductas”.
Más adelante, brindó un homenaje a Yolanda Ortíz: “Era una amable y convincente activista con un sentido compromiso y con una impronta de avanzada para aquella época, que supo conquistar con una actitud muy amable y con convicción, conocimiento y compromiso sumamente contagioso”.
Hacia el final, presentó una propuesta de capacitación sobre la Ley Yolanda en el ámbito de la Facultad de Derecho y la UBA.