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Año X - Edición 186 17 de noviembre de 2011

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La arquitectura del Poder Judicial de la Unión Europea: la experiencia europea y sus aportes para los procesos de integración en América Latina

  • Notas

Organizado por la Revista Lecciones y Ensayos, del Departamento de Publicaciones, el pasado 1º de noviembre se llevó a cabo en el Salón Verde de nuestra Facultad una actividad académica en donde se analizó la arquitectura del Poder Judicial de la Unión Europea. Asimismo, se buscó tomar como punto de partida la experiencia europea para poder luego evaluar sus aportes en los procesos de integración en América Latina.

El primero de los expositores fue Savvas S. Papasavvas, Presidente de la 5ta Cámara del Tribunal General de la Unión Europea desde 2010, que entre 1993 y 1995 realizó su doctorado en la Universidad de Aix-Marseille III ("Très Honorable, Félicitations du Jury" [thèse rétenue pour les prix - suggestion de publication]) y entre 1991 y 1992 concluyó los estudios correspondientes al Diploma de Estudios Profundizados en Derecho Público (Universidad de París II / Panthéon - Assas), el cual obtuvo con mención honorífica. Papasavvas enseñó que el Tribunal de Justicia europeo constituye la autoridad judicial de la Unión Europea y junto con los tribunales de justicia de los Estados miembros garantizan la aplicación uniforme del derecho comunitario europeo. Agregó además que el Tribunal de Justicia tiene sede en Luxemburgo y está compuesto por tres tribunales: el Tribunal de Justicia, el Tribunal General y el Tribunal de la Función Pública. Por su parte, el Tribunal de Justicia es una institución multilingüe, debiendo adaptarse así a los 23 idiomas oficiales de la Unión Europea. Ante este carácter distintivo evaluó los beneficios y obstáculos que pueden producirse en el Tribunal.

En lo concerniente al Tribunal de la Función Pública, señaló que está compuesto por 7 jueces designados por el Consejo por un período de 6 años que en teoría se pueden renovar después de un serie de solicitudes. “En lo que se refiere a las últimas designaciones los Estados miembros prefieren tener un sistema de rotación, más que tener una composición estable del Tribunal”, subrayó.

Seguidamente, fue el turno de Mabel Daniele, Jueza de la Sala II de la Cámara de Apelaciones del fuero Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, que expresó: “lo más interesante es ver la evolución que tiene la integración económica en la resolución de los casos concretos por parte del Tribunal europeo”. Esta experiencia resulta fundamental para países como el nuestro que aún la integración es incipiente. A pesar de que en nuestro continente no existen tantas lenguas distintas, cierto también es que aún así las dificultades son harto complejas a la hora de decidirse por un acuerdo continental. “Tanto en el sistema de la Unión Europea en lo referente a la Corte General como en el propio Tribunal de Justicia europeo se debe marcar un rumbo en cuanto a la armonía que tiene que haber entre las necesidades generales que impone la integración y también resguardar las particularidades de cada uno de los países”, advirtió. Las resoluciones de los Tribunales europeos de Derechos Humanos, en especial en lo ateniente a los temas de medio ambiente han sido aquellos que han empezado a tener la primera recepción importante en nuestro Derecho argentino.

Por su parte, María Claudia Caputi, Jueza de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal, reflexionó sobre el modo en que el Derecho Administrativo se relaciona con el estudio de las relaciones internacionales, y desde ya con el derecho de la integración. De hecho, sostuvo Caputi que el Derecho no puede quedar encorsetado en lo doméstico y por ello la necesidad de abocarse a un análisis con perspectivas internacionales.
Debemos adentrarnos en las razones políticas, sociológicas e históricas que condicionan o lentifican los procesos de integración si es que realmente deseamos avanzar rumbo a procesos integracionistas más robustos y evolucionados.
“El MERCOSUR es un ámbito acotado y que si tuviese éxito algún día y si supiésemos encontrar la receta, ya sea copiando bien el modelo europeo o encontrando las respuestas adecuadas y específicas para los problemas que se detectan en el escenario latinoamericano, tendría que terminar lográndose una gran mancomunidad latinoamericana con un nivel de integración mayor que el que tenemos ahora”, resaltó Caputi.

Sobre el final, Agustín Gordillo, Profesor de Derecho Administrativo y Derechos Humanos, se explayó sobre la posible existencia de votos disidentes en la hipotética conformación de un tribunal latinoamericano. “Es normal que haya votos disidentes, es casi lo lógico”, destacó. Sin embargo, muchos estudiosos del derecho han elogiado reiteradamente al Tribunal Administrativo de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) no solo por su antigüedad sino que especialmente por el haber en este órgano una regla no escrita en la que se estable que a pesar de contadísimas excepciones no pueden surgir disidencias en las resoluciones emitidas. “Esto de que no vaya a haber voto disidente por tradición fuerza a un mayor intento de todos de lograr un consenso, realmente fuerza a aflojar un poquito el que está en contra y a aflojar un poquito los que están a favor”, entendió Gordillo.

Relató Gordillo que esta larga tradición finalmente se quebró años atrás a raíz de una discusión en torno al uso de los idiomas. De hecho, se discutía la determinación del idioma en que debían ser redactados los plenarios. Producto de esta diferencia de pareceres la tradición de la no disidencia dio paso a posturas más intransigentes, ya que ahora se sabía que el consenso unánime no sería necesario.

“Lo más interesante es ver la evolución que tiene la integración económica en la resolución de los casos concretos por parte del Tribunal europeo”, expresó Mabel Daniele.