Jornada sobre perspectiva de género
El pasado 21 de noviembre, en el Salón Rojo, se llevó adelante una Jornada sobre perspectiva de género, organizada por el Centro de Graduados y la Secretaría de Extensión Universitaria y Bienestar Estudiantil.
El encuentro se dividió en dos paneles, integrados respectivamente por María Raquel Hermida Leyenda y Paola Podrecca y por Alika Kinan, Greta Galvaño Ter-Akopian y Estefanía Chernov.
En primer lugar, María Raquel Hermida Leyenda comenzó diciendo que “si bien en el año 1979 las convenciones internacionales de eliminación de la violencia contra la mujer ya comenzaron a hablar de perspectiva de género, en nuestro país se llamaba “mujer golpeada” y contó que así comenzaron los sindicatos y las organizaciones laborales a defenderse de lo que veían en sus compañeras de trabajo, que eran golpes y hematomas que no podían disimular. En esta línea, recordó que en 1988 participó del juicio contra Carlos Monzón, en el cual en ningún momento se habló de perspectiva de género; ese sentido no aparecía.
En cuanto a la perspectiva de género en el derecho penal, indicó que “es ni más ni menos que tratar al hombre y a la mujer de igual modo en las sentencias judiciales”. Asimismo, la oradora remarcó que realmente en el derecho penal y en las sentencias penales se comienza a hablar de esta perspectiva recién en el 2014 por el caso de Beatriz López, a quien ella representó. “Es una mujer que se tuvo que defender de su marido, que era un policía federal y que permanentemente cometía contra ella abuso sexual”, introdujo y detalló que el abuso sexual que padecía Beatriz López logra establecer en la historia jurídica argentina la perspectiva de género como una obligatoriedad a la hora de defender a la mujer. “El caso marca un antes y un después en la jurisprudencia, cambia la legítima defensa y les dice a las mujeres que pueden defenderse aun sin la necesidad de estar locas, porque antes todas las mujeres que se defendían tenían que estar locas”, subrayó.
Por otra parte, afirmó que cuando se habla de abuso sexual y de perspectiva de género, se habla de una nueva era donde la jurisprudencia está cambiando poco a poco y donde se le permite a la víctima acreditarse como testigo y principal testigo de una causa, ya que después de la sentencia de Alexis Zárate se revitaliza la figura de la víctima a la hora de declarar. “La cuestión del abuso sexual se modificó hace muy poco tiempo en nuestro país con la ley 25.087”, puntualizó y resaltó que el concepto ha cambiado. “Hoy se llaman delitos contra la integridad sexual y antes se llamaban delitos contra la honestidad porque antes había que acreditar la honestidad para poder ser merecedora de una violación”, concluyó.
Por su parte, Paola Podrecca se refirió al acoso laboral e institucional. “La violencia de género se da por una asimetría en lo que es la relación de poder entre el hombre y la mujer”, explicó. Sobre la violencia, puntualizó que “es todo aquel acoso, maltrato, ninguneo y agresión constante que tienden a vencer la resistencia o a someter a la otra persona, en este caso, la mujer” y agregó que ocurre en todos los ámbitos en los que la mujer se mueva, ya sea en su trabajo, en su familia o en los diferentes grupos sociales en los que estuviere y, además, produce una gran cantidad de conflictos y alteraciones.
En lo que respecta a la fase física, Podrecca desarrolló que produce desde contracciones hasta mareos y desmayos. En la parte psíquica, produce inseguridad, alteración, nerviosismo y muchas veces ambas fases se dan de manera conjunta: alteraciones psíquicas que desembocan en un tema físico.
Más adelante, contó que hay una estadística de la Oficina de Violencia Laboral, que depende del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, que muestra que cuatro de cada diez personas violentadas presenta afecciones en su salud física, que comprenden contracturas musculares, gastritis y mareos; el 77% de estas cuatro personas además tienen alteraciones psicológicas en simultáneo y ocho de cada diez consultantes que se acercaron a la oficina padecen angustia, depresión, baja autoestima, ataques de pánico, pesadillas, olvido y desorientación. “En el ámbito del trabajo, muchas personas afectadas tienen menos rendimiento, tienden a presentarse con licencias médicas o directamente no asistir al trabajo por no encontrarse en condiciones. En el ámbito personal, las actividades cotidianas y los proyectos individuales se ven diezmados”, especificó.
Luego compartió que en el año 2009 se sancionó la ley de protección integral de las mujeres (26.485), que es una especie de paraguas que esclarece los diferentes tipos de violencia y las diferentes modalidades o ámbitos en los que se desarrollan los diferentes tipos. También, da un panorama acerca de un procedimiento con el fin de restablecer o resguardar los derechos.
Posteriormente, tomaron la palabra Alika Kinan, Greta Galvaño Ter-Akopian y Estefanía Chernov.