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Año VII - Edición 131 02 de octubre de 2008

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Jornada internacional sobre migraciones, empleo e industria en la Unión Europea

  • Notas

La coyuntura financiera que atraviesa gran parte del mundo se inserta en una estructura económica que, en el territorio de la Unión Europea, muestra signos de desaceleración del crecimiento, lo cual indudablemente produce efectos en el ámbito laboral y productivo. En consonancia con ello, el Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (CEIDIE) organizó una Jornada Internacional sobre migraciones, empleo e industria en la Unión Europea. El evento, desarrollado el 11 de septiembre en el Salón Verde de nuestra Facultad, contó con la exposición de los Profesores de la Universidad de Padova, Dres. Francisco Leita, Gabriele Orcalli, Francesca Gambarotto y Gianluca Toschi, como así también con la de los Dres. Marina Schenkel (Universidad de Udine) y Antonio Colomer Viadel (Universidad Politécnica de Valencia). La Subdirectora del CEIDIE, Dra. Sandra C. Negro, ofició como moderadora.

El primer panel estuvo a cargo de los Dres. Marina Schenkel, Francisco Leita y Gabriele Orcalli.

La Dra. Marina Schenkel realizó un análisis de la dinámica del mercado laboral en los países de la zona euro entre 1999 y el presente. Preliminarmente, destacó que los datos disponibles reflejan cambios estructurales, es decir, de localización y tamaño de las industrias y empresas que componen el sistema económico. Sin embargo, destacó que los datos aun no reflejan cambios coyunturales que en un futuro próximo influirán en el mercado laboral: las crisis paralelas financieras y de la construcción edilicia y el aumento de los precios de los alimentos y de la energía. “No sabemos la influencia recíproca que se ejercerán la coyuntura y la estructura”, sintetizó.

Por otra parte, afirmó que la presencia de trabajadores inmigrantes ayuda a explicar el funcionamiento reciente del mercado laboral, en el que se registra una disminución del desempleo acoplada con una gran moderación salarial. En este sentido, subrayó que ciertos elementos indican empleo sin crecimiento: aumento del número de mujeres y personas mayores que trabajan. Asimismo, señaló que las empresas no tienen necesidad de aumentar salarios ni esfuerzos para encontrar personal, dado que es el mercado laboral más amplio que Europa Occidental, patentizándose así la influencia de los inmigrantes.

Entretanto, aseveró que el costo unitario de trabajo ha disminuido en términos reales y que la tendencia salarial ha absorbido, al menos hasta ahora, la tendencia inflacionaria. A este respecto, entendió que se produce un problema en derredor de la productividad, ligada a los sueldos. “Si aquella es baja, también los salarios y si estos a su vez son bajos hay un escaso incentivo a la productividad”. Para concluir, remarcó que si bien las migraciones no tuvieron un rol negativo sobre los empleos, ello sí ocurrió respecto a los niveles salariales.

“En el marco de la comunidad europea, hay una estructura que se pone en competencia con los Estados para tomar medidas en tanto ellos no puedan o no convenga que lo hagan por sí mismos”, afirmó el Dr. Francisco Leita. En este sentido, indicó que aquella estructura tiene sus medios e instituciones y puede actuar mediante actos jurídicos vinculantes que desplazan a la legislación nacional. Pese a ser la materia inmigratoria -continuó- típicamente conexa a la soberanía, los Estados, no pudiendo gobernar en todos los aspectos el problema, tienden a transferirlo a las estructuras comunitarias. A este respecto, destacó que el establecimiento de la comunidad europea en 1957 significó la libre circulación de los nacionales de todos los Estados miembros. Asimismo, puntualizó que con el Tratado de Maastricht de 1992 se crea la ciudadanía de la Unión Europea y se reconoce como primordial aquel derecho, el cual perdió su carácter exclusivamente económico.

Seguidamente, manifestó que la nueva circunstancia, a la par de un amplio espacio de libertad, creó nuevos fenómenos de criminalidad debido a la falta de controles en las zonas fronterizas. De esta manera, remarcó que, por iniciativa de Estados de Europa Central que comparten fronteras terrestres, se acordó hacia 1985 que los Estados deberían esforzarse para controlar con medidas uniformes las fronteras externas y colaborar para poder reprimir con mayor facilidad las nuevas formas de criminalidad. Más tarde -adicionó- se ha pasado de una estructura típica del Derecho Internacional, cooperación entre Estados, a otra integrada, el Derecho de las Instituciones comunes.

Finalmente, señaló que en materia de retorno de inmigrantes ilegales, el Parlamento europeo ha aprobado una directiva que persigue diversos objetivos: el logro de un procedimiento justo y transparente; afirmación del principio de retorno voluntario; y reducción del plazo de internamiento temporal.

De acuerdo con el Dr. Gabriele Orcalli, la política comunitaria no permite a la Unión Europea solucionar eficientemente el tema de la inmigración, especialmente en lo referido al problema laboral que ella conlleva. El disertante consideró fundamental el vínculo entre las reglas constitucionales, definidas como aquellas que determinan y confinan el proceso de decisión al interior de una comunidad, y las subconstitucionales, que son las políticas efectivamente adoptadas. Así, explicó que el hecho de que la sociedad europea se muestre temerosa ante la inmigración ha determinado las “elecciones constitucionales” en el marco comunitario. En idéntica tesitura, recordó que al momento de celebrarse el Tratado de Maastricht se determinó que la política comunitaria en materia migratoria sería un pilar de la seguridad, elección que no permite un cambio en las políticas ni siquiera ante alteraciones económicas de las condiciones. “Una política restringida a la defensa y seguridad determina una selección perversa de los inmigrantes”, aseguró.

Hacia el final de su ponencia, indicó que la constitución económica no permite la realización de políticas activas en el mercado de trabajo porque la decisión inicial resultó errónea, limitada y restringida, y fue tomada porque la capacidad de poner de acuerdo a los gobiernos se podía obtener solamente en el campo de la seguridad.

“Un proceso de integración depende en gran medida de la calidad de su norma constitucional, por lo que la cuestión inmigratoria es un problema de cara al futuro de la integración europea”, concluyó.