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Año VIII - Edición 151 22 de octubre de 2009

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Jornada de Práctica Profesional para traductores e intérpretes. ¿Vivir de la traducción y la interpretación?

  • Notas

La “Jornada de práctica profesional para traductores e intérpretes: ¿Vivir de la traducción y la interpretación?”, organizada por la Revista Lecciones y Ensayos, tuvo lugar el 23 de septiembre en el Salón Auditorio de la Facultad de Derecho y participaron de la actividad Santiago Murias (traductor público y profesor de la UBA), Aurora Matilde Humarán (traductora pública y correctora internacional de textos) y José Luis Villanueva Senchuk (intérprete internacional de conferencias y profesor de interpretación simultánea). La coordinación de la actividad estuvo a cargo de Mishkila Rojas, integrante de la Revista Lecciones y Ensayos.

La primera exposición se tituló “Introducción al ejercicio profesional del traductor” y estuvo a cargo de Santiago Murias, quien consideró que en los últimos tiempos se está desjerarquizando la profesión desde la educación. Además, observó que el grado de preparación tanto para un traductor público, técnico científico o literario es muy alto y son muchos años de formación. Asimismo, resaltó que en sus años de Facultad, los profesores trataban de infundir en los alumnos la dignidad de la profesión, que “merece ser remunerada como corresponde porque demanda mucho tiempo y esfuerzo”, expresó. Indicó, a su vez, que la globalización trajo como aspectos positivos la posibilidad de expandir el trabajo, potenciarlo y llegar a niveles antes insospechados de volúmenes de trabajo, acceder a otros mercados y trabajar para el exterior. Sin embargo, advirtió que este fenómeno generó la búsqueda de mano de obra barata en diferentes países del mundo, haciendo mención a las agencias de traductores. En este sentido, sostuvo que “tenemos una formación de traducción muy buena en nuestro país, por eso vienen de otros países del mundo a buscar excelencia por poca plata. Somos un objetivo codiciado que no está haciéndose respetar ni haciéndose valer como debe”. De esta manera, subrayó que su propósito como profesor desde hace 16 años de esta Casa de Estudios es infundir la dignidad de la profesión y aludió a que no se exponen en el ámbito académico las prácticas de trabajo en condiciones indebidas, ocultándose el tema o mirando para otro lado.

Con respecto a las tarifas, no recomendó que se cobre poco porque bajan la base, perjudicando a los profesionales experimentados, ya que el mercado sabe que otros cobran barato y no favorece a los que quieren ejercer la profesión de forma honesta.

Finalmente, afirmó que la profesión del traductor es tan valiosa como la del médico, la del ingeniero, la del abogado, la del contador; por lo tanto, se tiene que cobrar bien. De tal manera, instó a tomar conciencia de qué está pasando y la necesidad de hacerse valer. También, enfatizó en la inversión de capacitación y material, e identificó como potenciales clientes, además de las agencias de traducción, los organismos del Estado, estudios de abogados, agencias de publicidad y empresas, entre otros.

La siguiente presentación planteó un “Panorama actual de la traducción en la Argentina y en el mercado internacional” y fue desarrollada por Aurora Matilde Humarán, quien caracterizó los puntos positivos y negativos del fenómeno de la globalización. También puntualizó que a partir del año 2001, han llegado a la Argentina agencias desde el exterior y luego nacieron agencias argentinas en Buenos Aires, Córdoba y Rosario. Sin embargo, consideró que entiende al traductor como un personaje autónomo, no incorporado a una línea de producción o con otras personas, sino que se trata de un trabajo intelectual individual por definición. Además, se refirió a los traductores internos de las empresas y aquellos que trabajan en línea de producción y opinó que éstos últimos “son un invento de la globalización”. Aseveró entonces que los traductores son independientes y esto no les conviene a los agencieros. De tal modo, criticó a las agencias porque pagan muy poco a sus empleados y son empresas que actualmente obtienen lucro con la traducción pero pueden cambiar de objeto comercial en cualquier momento. En este sentido, hizo mención a que algunos profesores de la Facultad alientan a sus alumnos a trabajar en las agencias como buenas oportunidades y esta situación genera que los alumnos no duden de lo que dice el profesor, generando confianza también a través de charlas que los agencieros brindan en asociaciones profesionales Asimismo, aseguró que los traductores son profesionales de la lengua y existe la paradoja de que intentan apuntar a tener una jerarquía como profesión pero no hacen cosas para hacerlo efectivo, lo cual requiere inversión mediante membresías, cursos y jornadas, la compra libros y diccionarios. A su vez, estimó muy importante la especialización.

En lo atinente a la búsqueda de clientes directos, comentó que se trata de una herramienta difícil pero es la más valiosa, incluso para quienes tienen más años en la profesión y se logra a través de redes de contacto y sitios y listas en Internet, lo cual que brinda una posibilidad más de intercambio.

La última disertación sobre “El mercado de la interpretación en la Argentina” fue tratada por José Luis Villanueva Senchuk. En primer lugar, hizo referencia a qué se entiende por el término interpretación, basándose en el Diccionario de la Real Academia Española y señalando que su segunda acepción indica “traducir de una lengua a otra, sobre todo, cuando se hace oralmente”. A su vez, destacó que los intérpretes son traductores porque hay que tener un dominio del idioma como el que se tiene en la parte escrita.

En cuanto a los tipos de interpretación, distinguió dos: la simultánea y la consecutiva. Dentro de la primera, describió las que se realizan en cabinas donde los intérpretes reciben el audio y las personas que asisten escuchan por auriculares una interpretación en forma cuasi simultánea, con un margen de 2 o 3 milisegundos. También puede realizarse con equipos portátiles, donde no hay cabina pero hay un apoyo técnico. Finalmente, señaló la interpretación simultánea en la modalidad de susurro, chuchoter, whispering. Con respecto a la consecutiva, diferenció la pura, donde se escucha a un orador y se toman notas, de la pseudos-consecutiva, en la cual se produce un enlace entre la oración del orador y luego la del intérprete.

Resaltó también que se trabaja con la rapidez mental de hacer una traducción escrita pero sin tiempo y que en Buenos Aires hay dos lugares donde se ofrece la licenciatura en interpretación: la Universidad del Museo Social Argentino y la Universidad del Salvador. En este sentido, subrayó que mucha gente decide y se da cuenta que tiene que formarse después de haber terminado la licenciatura, y no sólo pasa en la Argentina. Para las contrataciones, detalló que se deben hacer por escrito, a través de un contrato vinculante donde esté estipulado y definido lo que se va a hacer. En lo relativo a la manera de manejarse en el mercado, identificó que debe hacerse con ética, confidencialidad, cortesía y reciprocidad.

Hacia el final de la actividad, comentó que el intérprete debe prepararse con la información que le brinda el cliente y también debe pedir con mesura toda aquella que considere necesaria. Además, hizo mención a que Argentina tiene un mercado con las especializaciones muy marcadas y casi un 60% del mercado de interpretación se orienta hacia la medicina, que es “donde más se piden intérpretes y son pocos los que lo hacen bien”, manifestó. Aseveró, para concluir, que existen muy buenos intérpretes en Argentina.