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Año XVIII - Edición 326 19 de septiembre de 2019

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Identidad de género: un acercamiento a las problemáticas actuales en la justicia y el derecho

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En el Salón Verde, el 3 de septiembre se llevó adelante el encuentro "Identidad de género: un acercamiento a las problemáticas actuales en la justicia y el derecho", que organizó Lecciones y Ensayos (Departamento de Publicaciones), que es una revista jurídica íntegramente dirigida por estudiantes de la Facultad. Fue fundada en el año 1956 y desde entonces ha cumplido el papel de foro editorial de profesores/as y estudiantes.

En este marco, expusieron Laura Saldivia Menajovsky (doctora en Derecho), Marcela Tobaldi (presidenta de la asociación civil La Rosa Naranja) y Carolina Grafeuille (docente de la materia Elementos del Derecho Civil, UBA), cuyas ponencias moderó Andrea Schuster, integrante del Consejo de Redacción de la Revista.

En primer término, Laura Saldivia Menajovsky disertó en torno al reconocimiento del derecho a la identidad de género en su vínculo con la sociedad. “La ley sobre el derecho a la identidad de género brindó un modelo jurídico nacional posible para la conceptualización de la autopercepción del género”, introdujo y recordó que la conceptualización se encuentra antes, por ejemplo en los Principios de Yogyakarta. “La enorme originalidad de Argentina y de esta ley fue trasladar ese marco conceptual de la despatologización de la autopercepción como el criterio para que cada uno establezca su identidad de género y estableció un modelo jurídico de esa conceptualización”, indicó y destacó esa traducción, “porque a veces uno puede entender y cuestionar la construcción binaria de la sexualidad pero de ahí a ser capaces de trasladarlo a un modelo jurídico donde hay consecuencias no es tan simple”, señaló. Puso de manifiesto la importancia de comprender el contexto histórico y político para entender la ley y la fuerza impulsora de la legitimación del tema. El impacto está, por ejemplo, en la discusión sobre los baños públicos y también en el lenguaje inclusivo. En este sentido, remarcó cómo una cuestión jurídica habilitó discusiones que se dan en ámbitos que no son necesariamente jurídicos. “La ley de identidad de género no nos establece un binario para elegir sí o sí entre hombre o mujer, sino que nos habilita la posibilidad de definiciones de género más diversas y más allá del binarismo. Ridiculiza al derecho en ese basamento binario que tiene”, reflexionó.

Marcela Tobaldi, por su parte, manifestó: “Se dice mucho en ámbitos académicos que todo lo que se se construyó alrededor de las identidades lgbt a lo largo de la historia ha sido una idea errónea. Grandes academias del mundo decían que los que pertenecemos a la población lgbt éramos enfermos y no se hablaba de la identidad de género. Ese fue un gran trabajo que costó”.

Luego expresó: “Me siento muy orgullosa de la militancia y la lucha de muchas de compañeras que hoy no se encuentran con nosotras, como Lohana Berkins, Diana Sacayán y Pía Baudracco, compañeras trans y travestis”. Y sostuvo que “la gran militancia en 2012 sirvió para generar este marco jurídico y para que nosotras pudiéramos comenzar una plataforma de despegue, que es la ley de identidad de género”. Sin embargo, puntualizó que “el 90% de las personas trans y travestis se encuentran en estado de prostitución, sin derechos civiles fundamentales, sin derechos económicos, sin derechos al empleo, a la vivienda digna, sin derecho a la educación”. En este marco, también remarcó: “La gran mayoría de las identidades trans y travestis se encuentran marginales y sin posibilidades, al menos por el momento, de tener un empleo formal, por eso es muy necesario un cupo laboral a nivel trans”.

Finalmente, Carolina Grafeuille explicó que “el término intersex hace referencia a aquellas personas que han nacido con cuerpos que difieren del promedio corporal femenino o masculino desde el punto de vista gonadal, cromosómico y/o genital”.

Asimismo, aseveró que “la inmensa mayoría de los ordenamientos jurídicos contemporáneos asientan toda su regulación sobre la base del modelo constituido por la lógica dicotómica mujer-hombre. Efectivamente, la casi totalidad de los sistemas jurídicos actuales no consiguen sino exacerbar y conservar la matriz binaria del sexo-género como único destino individual legítimo, así como la patologización de las formas no convencionales de devenir mujer o hombre”, desarrolló y añadió que “el binomio mujer/hombre amén de excluir e invisibilizar, criminaliza, patologiza y estigmatiza cualquier manifestación del sexo-género que se aparte del aludido dualismo, de lo que se desprende que la bipolaridad sexo-género ha atravesado los cuerpos como única matriz de subjetivación y que posee, por tanto, un núcleo de inmensa capacidad instituyente”.

Por otro lado, especificó que aún frente a la sanción de la ley de identidad de género, continúa vigente entre quienes se dedican a la medicina el dispositivo cultural que obliga a un alineamiento forzoso entre genitalidad e identidad de género colocándose en casos de genitalidad confusa el peso de la asignación de género en la intervención de normalización a través de cirugías correctivas. “Consideramos que la adopción por parte del Estado de medidas que posibiliten al respeto a la autonomía corporal de todas las personas conduce irremediablemente a impedir que les adultes sometan a niñes cuyos cuerpos difieren de la corporalidad promedio a intervenciones y procedimientos médicos orientados únicamente a su normalización en la medida en que no se constate riesgo alguno para su vida”, detalló.