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Año IX - Edición 164 01 de julio de 2010

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Homenaje leonístico al Bicentenario de la Revolución de Mayo

  • Notas

El Club de Leones de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires realizó el 15 de junio un acto en homenaje al Bicentenario de la Revolución de Mayo donde se reflexionó sobre el tema: “El Derecho, la Revolución y el Ideario leonístico”. En la actividad estuvieron presentes los Dres. Tulio Ortiz (Presidente de la Comisión del Bicentenario), Luis Clementi (Centro Leonístico de Capacitación), Alfonso Santiago (Universidad Austral), Héctor Raúl Sandler (Club de Leones UBA, Facultad de Derecho), Atilio A. Alterini (ex Decano de la Facultad de Derecho) y Jorge E. Bonavera.

El primero en tomar la palabra fue el Dr. Tulio Ortiz, quien destacó que desde los tiempos fundacionales nuestra Facultad formó no sólo a futuros presidentes argentinos (trece en total), sino también a hombres de la cultura y de las letras como Enrique Larreta, Manuel Gálvez, Eduardo Mallea, Manuel Mujica Láinez, Guillermo Borges y Macedonio Fernández, entre otros. También señaló que de nuestra Facultad emergió Carlos Saavedra Lamas, primer Premio Nobel argentino y sudamericano, egresado, profesor y Rector de la Universidad de Buenos Aires.

Consideró, por último, que estas personalidades convergen en el presente y nos imponen una obligación para el futuro, nos anuncian un mañana resplandeciente y una esperanza inmutable.

Seguidamente, el Ing. Dr. Luis Clementi aportó una visión leonística sobre el bicentenario. Para ello, describió que el leonismo nació en Estados Unidos en 1917, siendo en aquella época muy común los clubes de negocios donde se juntaban empresarios y profesionales que buscaban ayudarse para progresar. De tal modo, Melvin Jones, el fundador, propuso que, dado que les iba bien, destinaran parte de esa prosperidad para colaborar con aquellos sectores menos protegidos. Indicó entonces que el leonismo está presente en 205 países y tiene como objetivos ayudar a la comunidad y colaborar con la paz en cada uno de los lugares donde se desempeñan. A su vez, aseguró que el proyecto nacional debe surgir del consenso y nuestra Constitución establece que son los partidos políticos a través de los representantes que elige su pueblo los que deben arbitrar las instituciones y los mecanismos para que el país funcione. En consecuencia, destacó que el proyecto nacional requiere de dos grandes cimientos: recuperar una escala de valores, de trabajo, de ética, de estudio, de esfuerzo, capaz de generar algunas políticas de Estado que todos seamos capaces de respetar y tener liderazgos de calidad, que estén por encima de sus intereses individuales y capaces de pensar en el interés de la sociedad.

Por su parte, el Dr. Alfonso Santiago remarcó que el bicentenario nos pone de frente a tres momentos fundamentales: los años 1810, 1910 y 2010. Se centró entonces en la celebración del 25 de mayo de 2010 y reflexionó sobre el concepto de Nación argentina, resaltando que nos vincula, nos une y nos hace sentir en comunidad; “se trata de un pasado en común pero también es un proyecto sugestivo de vida en común”, expresó. Sin embargo, hizo referencia a que muchos de los nacionalismos maltrataron el concepto de nación y con su manipulación y tergiversación llevaron a guerras pero aseveró que en sí mismo tiene una fuerza motivadora enormemente viva. Postuló, además, que toda nación requiere de memoria y de ordenación de la historia. Por ende, mencionó algunos ciclos que no pueden ser desconocidos, como la época colonial anterior a 1810 y el proceso de organización nacional entre 1810 y 1853. Marcó entonces que está faltando el proyecto sugestivo en común y consideró que deben proponerse grandes objetivos a conseguir en las instituciones, en el sistema productivo, educativo y científico.

A su turno, el Dr. Héctor Raúl Sandler destacó que el derecho positivo no puede vulnerar los derechos humanos y recordó que se tratan de valores notables recogidos a través de muy duras experiencias. Señaló, además que con la Revolución de Mayo nació un movimiento mundial de igualdad, fraternidad y libertad, que fue el comienzo de una civilización empática. Aclaró entonces que en la Argentina moderna se instaló el 25 de mayo de 1810 con un cupo de ideales, de los cuales destacó dos: la ley de libertad de vientres a partir de la Asamblea del año 13, que declaró la libertad de las personas en todas las esferas de la vida y en 1860 se instrumentó en Tratados Internacionales; y la ley que dispone que las tierras argentinas no pueden ser vendidas ni objeto de comercio, lo cual generó una situación de incertidumbre porque se cuestionaba cómo acceder a la tierra. Por ello, se sancionó la Ley de enfiteusis. “Estos dos pilares de la Revolución de Mayo pueden resumirse en que se anheló hombres libres que puedan acceder a la tierra”, manifestó. Agregó también que la Revolución de Mayo se realizó en base a soñar con la fraternidad, indicando que el primer paso de la trilogía es la libertad y cuando se logra un alto grado de igualdad de oportunidades, estamos listos para la fraternidad. Instó, finalmente, a desarrollar el impulso empático en todos los seres humanos, que resulta de una evolución de la conciencia humana.

Acto seguido, el Dr. Atilio A. Alterini expuso que entre 1810 y 1871 nuestro país no tuvo Código Civil, por lo cual regía la legislación española. Aludió entonces que la redacción de este Código, que se encargó a Dalmacio Vélez Sarsfield, y planteó que “los Códigos son hijos de su tiempo”. En virtud de ello, precisó que se distinguían cinco categorías de hijos en el Código original y luego, se establecieron las categorías de hijos matrimoniales y extramatrimoniales, las cuales tenían una connotación social degradante. En materia de contratos, postuló que nuestro Código nació muy conservador porque no admitió el vicio de lesión, ya que se pensaba que todo lo libremente convenido era obligatorio aún cuando consagrara la mayor de las inequidades. Advirtió entonces que nuestro Código apareció cuando creció la Revolución Industrial, pero no contempló las máquinas en materia de responsabilidad civil. Hizo mención también a que en los 140 años de su vigencia ha tenido varios intentos de reforma frustrados y el proyecto de reforma de 1968 se convirtió en la ley 17.711. Enfatizó, asimismo, la labor que está llevando a cabo la Facultad con la adecuación del Proyecto de 1998. Para concluir, sostuvo que con la incorporación en bloque de los Tratados de Derechos Humanos en la Constitución, se produjo la Constitucionalización del Derecho Civil y observó que trabajar los temas del derecho exige un delicado equilibrio porque hay un fuerte componente autoritario en el pensamiento argentino.

Las palabras de cierre estuvieron a cargo del Dr. Jorge E. Bonavera, quien indicó que el año leonístico se desarrolla de julio a junio, por eso con este acto concluyó la labor servicial. Además, explicó que a partir de cada una de las letras, la palabra Leones propone conceptos fundamentales en el accionar leonístico, que son la libertad, el entendimiento, el orden, la nacionalidad, el esfuerzo y el servicio.