Homenaje al Profesor Ángel Lapieza Elli a 30 años de su fallecimiento
La Cátedra de Derecho Romano de la profesora Mirta Beatriz Alvarez organizó el pasado 30 de octubre un homenaje al profesor Ángel Lapieza Elli a 30 años de su fallecimiento.
En primer lugar, la presidenta de la Asociación de Derecho Romano de la República Argentina, Cristina Filippi, expresó unas palabras de apertura. En este sentido, se refirió al trabajo del profesor Lapieza Elli. “Fue un gran defensor de la materia Derecho Romano, cuando se la iba a suprimir del plan de estudio en la Facultad de Derecho en la UBA”, recordó. Asimismo, relató que el homenajeado concluyó su carrera desempeñándose como delegado normalizador en el Comité Federal de Radiodifusión, cargo que le fue conferido por el gobierno democrático. Destacó también su formación humanista, la cual consideró como indispensable para todos los abogados. “Un abogado para tener el honor de ser llamado como tal debe tener una formación sólidamente humanista, lo que implicará no solamente conocer la ley, sino discernir su sentido y alcance”, expresó. De este modo, indicó que se requiere otro conocimiento más allá de lo que pueda aportar el saber recitar de memoria el articulado de una norma. “Debe conocer al hombre, destinatario último de toda ley”, remarcó. Así, comprendió que el Derecho es el arte de lo bueno y equitativo y que solamente encamina su voluntad de modo constante para dar a cada uno lo suyo, de modo que no se puede aceptar que el mismo se agote en una ley, por más completo que sea su texto. “El abogado no debe ser un mercenario del Derecho, sino un apóstol de Derecho, un jurista”, evocó. Para finalizar, reconoció que el profesor Lapieza Elli fue un maestro que transmitió su conocimiento y cultura a los alumnos. “Cuando se logra transmitir el conocimiento, y los alumnos comprenden, se logra crear discípulos, quienes van a transmitir el conocimiento recibido”, finalizó.
Luego, Jorge R. Vanossi, destacó: “El profesor nació con democracia y murió con democracia”. Así, relató que nació en el año 1922 y falleció en marzo de 1984, cuando se había restablecido la normalidad constitucional en el país. El año de su nacimiento coincidió con la plena vigencia del régimen constitucional y la transferencia del poder con elecciones libres del presidente Yrigoyen al presidente Marcelo Torcuato de Alvear. “Reinaba la constitución y nadie podía pensar en que cambiara una situación, que estaba, a partir de la Ley Sáenz Peña, encaminada plenamente hacia la soberanía popular”, dijo. En cuanto a su fallecimiento, señaló que Lapieza Elli muere con gran alegría e ilusión con respecto al restablecimiento democrático, en que por la unanimidad de los partidos políticos se había acordado que el regreso a la normalidad se hiciera bajo la egida de la constitución histórica. Asimismo, recordó que Lapieza Elli se graduó de dos facultades de la UBA: primero en la Facultad de Filosofía y Letras y, luego, en la Facultad de Derecho. “Su apego a la UBA fue muy grande e íntimo. Estaba graduado en dos casas de estudios altamente vinculadas con la justicia, el Derecho, el humanismo y la cultura”, reseñó. De esta manera, evidenció que honró a la condición de ciudadano por su apego y su militancia cívica. “Lapieza Elli no fue un ciudadano neutral, sino que fue un ciudadano inquieto, ya que estuvo comprometido activamente en ese ideario del cual nunca abdicó”, opinó. Hacia el final, subrayó la calidad humana del homenajeado, la cual lo llevó al respeto de todos. “Lo respetaban no solo los que coincidían con él, sino también aquellos que podían discrepar con él. No había enemigos, se era amigo aunque se discrepara”, concluyó.
Acto seguido, Alfredo G. Di Pietro leyó una carta de adhesión de su padre Alfredo Di Pietro, quien no pudo estar presente en el evento. “Fue un gran maestro del Derecho. No se limitó al estudio de la prudentia iuris, sino que al mismo tiempo dedicó buena parte de obra a enseñar el Derecho Romano como algo fresco y vivo”, citó.
Por último, Norberto D. Rinaldi relató: “En sus clases, nunca pedía que se hiciera silencio, ya que apenas entraba, el silencio se hacía solo”. Asimismo, describió que tenía una voz fuerte, una presencia física y una seguridad que llamaba la atención a sus alumnos. “Era un enamorado del idioma español. Al hablar y explicar un tema no repetía con ejemplos. Era tan técnicamente preciso que todos los que estaban escuchando entendían de que se trataba”, señaló. En cuanto a los exámenes del profesor, Rinaldi remarcó que cuando un alumno no contestaba bien, Lapieza Elli volvía a explicarle el tema. Hacia el final de su ponencia, hizo referencia al papel que desempeñó Lapieza Elli en la Facultad de Derecho en cuanto al Derecho Romano. “Incorporó a los planes de estudios de Derecho Romano el Derecho Público Romano. Fue el primero que puso el acento en la importancia de estudiar, además de las instituciones privadas, el Derecho Público Romano”, recalcó. Finalmente, expresó que a través de sus viajes y de sus contactos europeos trajo los primeros conocimientos profundos sobre Derecho Público Romano a la República Argentina.
“Fue gran defensor de la materia Derecho Romano, cuando se la iba a suprimir del plan de estudio en la Facultad de Derecho en la UBA”, recordó Cristina Filippi, presidente de la Asociación de Derecho Romano de la República Argentina.