Gobernar es igualar
El 31 de agosto tuvo lugar en el Salón Verde la lección magistral “Gobernar es igualar”, a cargo de Raúl Gustavo Ferreyra, profesortitular de Derecho Constitucional. Tras realizar los correspondientes agradecimientos, Raúl Gustavo Ferreyra indicó que adopta como título “gobernar es igualar”: “Tarea que emprendo desde una comprensión teórica, con vocación constituyente, o sea, para una nueva Constitución, para el día que se reforme la Constitución”. Ulteriormente, afirmó: “Nunca existió una sociedad igualitaria, con plena igualdad en todos. Nunca la desigualdad entre los hombres, cuyas fuentes principales y más odiosas son la etnia, el sexo, la edad o la clase social, se extinguirá por costumbre natural. Actualmente, en 2016, la población argentina supera los 43 millones de habitantes. La singularidad de la situación hace que la pobreza y la vulnerabilidad aflijan a más de la mitad de ellos”. Ferreyra sostuvo que las constituciones poseen en general pretensiones sobre las que fundar una cierta idea de eternidad. Más tarde, el orador aseveró que el Estado en América Latina debería ser la casa común de sus ciudadanos. “La máxima y libre instancia de asociación política debe integrarse con cuatro elementos: un territorio, su población, el poder y su constitución”, aclaró. Los estados soberanos en América Latina asumen una constitución republicana para disponer sus fundamentos. La constitución puede aislarse para su estudio dogmático: además del enfoque interno de la constitución, también existe un enfoque o comprensión externa, el propio modo en el que la constitución fundamenta al mundo propiciado por los otros tres elementos. “La fundamentación constitucional del Estado puede cumplirse por intermedio de cuatro reglas de realización progresiva: subordinación, variación, distinción y acción de los derechos fundamentales”, describió. La regla sobre la acción de los derechos fundamentales significa que con su inserción y despliegue los derechos fundamentales deben realizar una reglamentación donde se los concibe como derechos subjetivos, pero también como reglas objetivas del sistema.