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Año IX - Edición 168 14 de octubre de 2010

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Foro de diálogo, reflexión y acción en Ecobioética. La pobreza. Tres abordajes posibles: salud, participación ciudadana y política

  • Notas

El 28 de septiembre se realizó en el Salón Azul un Foro de diálogo, reflexión y acción en Ecobioética, con respecto a la temática la pobreza, organizado por la Red Iberoamericana de Ecobioética para la Educación, la Ciencia y la Tecnología. La misma contó con la presencia del Presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría, Prof. Dr. Pedro Ruiz, el Rab. Sergio Bergman y el Lic. Daniel Arroyo, quienes conformaron un panel moderado por el Secretario de Hacienda y Administración General de la Facultad de Derecho, Mag. Alejandro Gómez.

En primer término, el Prof. Dr. Pedro Ruiz se dedicó a hablar de los problemas que existen referentes a la pobreza y cómo esta puede influir y se puede correlacionar con problemas de crisis sociales y en desastres humanos. Así, manifestó que era su intención mostrar, desde un punto de vista clínico, la relevancia que tiene este tipo de temas.

La relación entre clases sociales y enfermedades de salud mental data desde hace décadas atrás. Afirmó que numerosos estudios han revelado que existen distintas clases sociales y a medida que se baja a los grupos de más bajo nivel socioeconómico, aumentan los trastornos desde el punto de vista sicóticos y esquizofrénicos.
Puntualizó que la mayoría de las investigaciones al respecto se han realizado en zonas urbanizadas, pero que las efectuadas en zonas rurales dieron el mismo resultado, esto es, mientras más pobres eran los campesinos, más problemas tenían desde el punto de vista de la salud mental.

Luego de hacer referencia a determinados estudios realizados, enfatizó en uno que se llevó a cabo en 1990, en dos escuelas de salud públicas de Estados Unidos, el cual ha tenido gran repercusión, porque consistió en analizar dieciséis zonas urbanas a través del país, evaluando qué impacto acarreaba el desempleo cuando subía o bajaba. En tal sentido, afirmó que “encontraron que cuando el desempleo subía, había una serie de factores, todos ligados con problemas de tipo psiquiátrico”, que involucraban desde suicidios, homicidios, abusos sexuales contra las mujeres, muertes debidas a accidentes por la ansiedad y depresión de la gente, entre otras.

En otras palabras, aseveró que existe una relación intrínseca entre la pobreza, el estrés y las enfermedades mentales, y cualquiera de estos impacta con el otro. A través de estas manifestaciones se observa que en estos grupos hay casi siempre un desempleo muy alto, viven en casas humildes y zonas de mucha pobreza, y además la nutrición en estos grupos es muy inferior, lo cual tiene gran importancia, porque es muy letal si sucede en familias donde hay niños.

Al respecto, explicó que está demostrado desde el punto de vista médico que los niños que no consumen suficiente proteína en el primer año de vida, sumado a la falta de cuidados pediátricos, cuando sean mayores experimentarán luego problemas con la memoria, con el nivel de inteligencia y van a estar traumatizados al respecto, con dificultades para conseguir trabajo, lo que genera un círculo vicioso en torno a la pobreza.

Luego de presentar una serie de estadísticas referidas al problema de la pobreza en relación con cuestiones étnicas y culturales en Estados Unidos, planteó que la solución es reconocer el problema, con una conciencia sociocultural, y hacer estudios que abarquen a todos los grupos, ajustando los resultados de las investigaciones por posición económica, por raza y por necesidad. Y, por último, destacó como fundamental hacer un gran énfasis en la prevención y en eliminar el prejuicio y la discriminación.

A continuación, el Lic. Daniel Arroyo expresó que su mirada tiene que ver con las políticas sociales, afirmando que la problemática de la pobreza en Argentina no tiene que ver con una cuestión étnica, no es un problema de minorías, sino de mayorías; y que no sólo tiene que ver con la desocupación, sino también con el mal trabajo, mucha gente que tiene malos vínculos con el mercado laboral.
Sobre esta idea, partió de tres cuestiones básicas: la primera, que la pobreza en nuestro país es de cerca del 30%; la segunda, que la situación social en el país está mejor que en el año 2001, pero aún tenemos indicadores sociales peores que hace veinte años; y tercero, que se deben generar nuevas políticas sociales para la economía que viene.

Así, se refirió a la situación social actual en Argentina, explicando que la problemática tiene seis cuestiones principales: pobreza estructural, informalidad económica, desigualdad, juventud sin estudios ni trabajo, problemáticas de los grandes centros urbanos, y por último, el nivel de concentración de los recursos en el Estado y la debilidad de la sociedad civil.

Sobre esta base, elaboró cinco propuestas sobre cómo se debe encarar la problemática en los próximos años. En cuanto a los jóvenes que no estudian ni trabajan, propuso armar una gran red de tutores que los acompañen, un sistema de becas que los apoye. La segunda propuesta tiene que ver con personas que no tienen acceso al crédito y se empobrecen por falta de máquinas, que consista en darles la posibilidad del crédito a tasas bajas para maquinas, herramientas, insumos y bienes de capital. La tercera, tiene que ver con la concentración de recursos, y consiste en transferir recursos a los gobiernos locales y a las organizaciones sociales para que encaren sus propios programas y líneas de acción. La cuarta política tiene que ver con fortalecer la sociedad civil, para reconstruir su red comunitaria, y propuso transferir recursos para que encaren sus propias acciones. Y por último, planteando la situación de sobrepoblación del conurbano bonaerense, propuso crear una red de atención de salud y educación en el interior para frenar la migración del interior del país al conurbano.

Finalmente, expresó que tenemos un problema serio en Argentina de poca visibilidad de la dimensión de la pobreza, porque no tenemos un contacto cotidiano con la misma. Ante esto, planteó como desafío para los próximos años, crear mecanismos para solucionar el problema, destacando que “en nuestro país la pobreza es un problema de mayorías y requiere esfuerzos de mayorías”.

Para finalizar, el Rab. Sergio Bergman agradeció la invitación y consideró necesario reflexionar sobre un tema tan preocupante para todos y sostener, con disciplina y constancia, un trabajo que se hace realmente presente, pero que tiene una consigna muy clara que sostiene que “no hay nada más urgente que el mediano plazo”, puesto que, por más contradictorio que parezca frente a la urgencia social que vivimos, tiene componentes estructurales, tiene multifunciones y fundamentalmente requiere de un cambio sociocultural basado en valores.

En tal sentido, manifestó que el problema no está ni en los recursos ni en la capacidad metodológica, sino que la crisis es de valores y su solución, antes que metodológica y de política social, es educativa e informativa en un sustrato cultural. “Nosotros no podemos asumir que tenemos la culpa de esta exclusión que es vergonzosa, pero sí tenemos la responsabilidad de comprometernos por la causa. Un país rico como el nuestro lleno de pobres es un país miserable, y la miseria no tiene que ver con los pobres, sino con la dignidad”, concluyó.