Extremismo, odio e intimidación en línea
El 10 de agosto el Seminario de Sociología Jurídica del Instituto Gioja y el Departamento de Ciencias Sociales invitaron al profesor Raffaele de Giorgi de la Universitá del Salento (Italia) en el marco de la jornada "Extremismo, odio e intimidación en línea".
Las palabras de bienvenida estuvieron a cargo de la profesora Luciana Scotti, vicedirectora del Instituto Gioja, y del profesor Ricardo Rabinovich-Berkman, director del Departamento de Ciencias Sociales; mientras que la presentación del expositor estuvo a cargo de la profesora Laura N. Lora, directora del seminario de Sociología Jurídica del Instituto Gioja.
A su turno, Raffaele de Giorgi comenzó diciendo que en la sociedad moderna se da un fenómeno que él decidió llamar “la gestión del otro” y explicó: “La sociedad está frente a la necesidad de inventar continuamente un enemigo porque el enemigo histórico y occidental no existe más y la bipolaridad se ha quebrado. Entonces, esta sociedad tiene la necesidad de inventar todos los días un enemigo en su interioridad”.
Seguidamente, desarrolló: “Con la difusión de la web se manifiesta la explosividad en sí misma porque se abre a todos a través de una inclusión universal (...). Para controlar esta explosión y orientar las posibilidades de la comunicación universal se activan semánticas en la descripción de la sociedad, que tienen sus lugares ellas también en el occidente en manifestaciones culturales y filosóficas, que llevan a perseguir un objetivo: la destrucción de los fundamentos y las bases semánticas de la modernidad, el iluminismo”.
En esta línea argumental, comentó que “en estos años en Estados Unidos se difunde una orientación conocida como dark enlightenment y el objetivo que se persigue ahí es ocultar la Ilustración”. Y explicó que “la Ilustración había hecho accesible a todos el recurso a la razón universal, había sistematizado el acceso de todos al derecho, las ideas modernas de la soberanía, de las unidades de los Estados y los territorios, etc., y ahora se hace necesario ocultar esta Ilustración”. Asimismo, indicó como una posibilidad abierta al futuro una técnica de pensamiento y de construcción de la semántica de la sociedad moderna que llamó de “aclarecer” la Ilustración. “Esta es una técnica que declara guerra, por así decirlo, a los enemigos que tenemos en casa y la casa, naturalmente, es esta sociedad del mundo en su presente”, puntualizó.
En cuanto a las consecuencias del oscurecimiento de la Ilustración, analizó: “Ahora, en lugar de las grandes narraciones que con los acontecimientos de finales de los ochenta terminan su función, el dark enlightenment hace posible abrir a la destrucción semántica de las referencias conceptuales, filosóficas y políticas de la Ilustración. Esta negación de la Ilustración lleva consigo un ataque a la forma de la universalización inherente a la Ilustración y esta es la primera manifestación de la exclusión, así que el ataque como exclusión se transforma en una política de tratamiento de la alteridad que era el problema que se había manifestado a partir de estos años”.
Por otro lado, planteó que “el tratamiento del otro a través de la exclusión se manifiesta cuando la sociedad realiza en su interior una sincronización de todas las temporalidades que operan en ella misma. Esto es posible a través de la universalización de la comunicación social que es posible con la web”. Y agregó que “estamos en un momento de gran contradicción entre las posibilidades que son ofrecidas a través de la estructura de la sociedad y las operaciones que pueden hacerse que son de inclusión universal y de sincronización de las diferentes temporalidades y la construcción de fake semánticas que tienen como objetivo realizar la destrucción de los requisitos que han hecho posible el presente que estamos viviendo”.
Sobre la alteridad del otro, puntualizó que “se manifiesta como problema cultural, étnico y a través de la negación de otros colores de la piel en palabras como racismo, como ataque a la diversidad de las sexualidades, como ataque a la diferencia entre los particulares”. Además planteó que “estas manifestaciones del tratamiento violento y exclusivo de la alteridad es una invención y una construcción de estos últimos 35 y 40 años en un momento en el cual todas estas exclusiones, todos estos residuos, toda esta otra parte de la otra parte que era la centralidad occidental tiene acceso a la comunicación universal”, y añadió que la política es la guerra con otros instrumentos, que ahora es semántica y que utiliza los medios de la comunicación social para poders realizarse en los diferentes sistemas sociales, en la economía en las luchas entre las religiones, en el arte, en el conocimiento, en la ciencia, entre otras.
Más adelante, indicó que los llamados negacionistas se enfrentan de manera contrafactual porque están contra la biología, contra la ciencia, contra la religión, contra la economía. “Esta guerra es molecular y utiliza la negación para realizar a través de la negación de la alteridad la negación de las sexualidades, de las religiosidades, de las particularidades del individuo”, sostuvo y detalló: “La construcción que se realiza a través de la negación es una construcción de sociedad y de comunicación. La web es el lugar privilegiado, más moderno, más grande y con las mayores posibilidades de difusión y tratamiento de la oscuridad que está como horizonte de esta fake semántica a través de la cual la sociedad está construyendo su fake presente”.
Respecto a la web, especificó que “es en sí misma una tecnología de la explosión de la comunicación y tiene una instantaneidad, una temporalidad del presente que aparece y desaparece. Esto quiere decir que se reproduce continuamente y de manera ininterrumpida”. Y aseveró que “la red tiene la posibilidad de sincronizar diacronías, las hace temporales, las puede reactivar. Puede reactivar el pasado todas las veces de manera diferente a cómo podían hacerlo los viejos medios de comunicación de masas”.
En este sentido, señaló que “para enfrentar los problemas de la alteridad la red es el lugar privilegiado y tiene un acceso a un público que, a diferencia del público de los viejos medios, es indeterminado y se puede multiplicar sin control, continuamente”. Y reflexionó: “Solo a través de la negación de lo que era reconocido como verdad se puede construir una diferencia semántica entre lo que se presupone que los demás pueden creer y nosotros, los actores. Así como el odio hace manifiesta la necesidad de privar la alteridad de lo que se llama derecho de hablar; es una técnica para bloquear la posibilidad de reconocer al otro el derecho o la posibilidad de hablar; es la eliminación simbólica que sustituye la eliminación física”.