¡Seguinos!

Año XIX - Edición 347 29 de octubre de 2020

Buscar

Estudios socio jurídicos empíricos

  • Notas

El pasado 7 de octubre tuvo lugar la actividad "Estudios socio jurídicos empíricos".

En este marco, expuso Germán Silva García, decano de la Facultad de Derecho, Universidad Católica de Colombia. La presentación de la exposición estuvo a cargo de Laura N. Lora, directora del Seminario sobre Sociología Jurídica del Instituto Gioja.

Germán Silva García comentó un trabajo de investigación que luego fue publicado como libro denominado El mundo real de los abogados y la justicia: “Fue una idea de investigación bastante completa que combinó multitud de técnicas de investigación y que significó plantearse una serie de problemas tanto metodológicos como teóricos e inclusive problemas prácticos”.

En primer lugar, realizó una contextualización sobre las condiciones de producción científica en Colombia. “La inmensa mayoría de esos sociólogos del derecho colombianos nunca jamás han realizado investigación empírica. (...) Muchas veces los abogados tenemos problemas de formación para realizar investigación empírica, pero desde luego la razón principal de esta limitación es la ausencia de recursos, de financiación apropiada para realizar investigación empírica porque suele ser muy costosa o bastante costosa”, sostuvo. Y agregó una tercera razón: “Un gran productor de investigación y de ciencia en Colombia son las universidades. Resulta que las universidades no viven de la investigación y muchas universidades. si fuera por ellas, no harían investigación porque eso implica gastar dinero, pero las universidades invierten en investigación porque esa es una condición o factor de calidad absolutamente indispensable para obtener la autorización para desarrollar un programa académico”.

Luego explicó que el objetivo central de la investigación fue investigar las ideologías de los/as operadores/as jurídicos/as en el ámbito penal. “Si nos atenemos al concepto de acción social de Max Weber, tan utilizado en el ámbito de las ciencias sociales y también en la sociología jurídica, nosotros podríamos pensar que las ideas sí pueden ser investigadas en tanto que los individuos suelen actuar de manera racional y esa actuaciones se realizan por medios que persiguen alcanzar unos objetivos, eso objetivos representan las ideas, nosotros podemos deducir cuáles son esas ideas a partir del análisis de los medios que han sido utilizado para alcanzarlas”, señaló.

Asimismo, afirmó que existen líneas de investigación cualitativas, inclusive técnicas de investigación cuantitativa, que permiten explorar las ideas y verificar esas ideas. “Una cosa que hay que tener en claro es que muchas veces la gente piensa una cosa, dice otra y termina haciendo una muy diferente. Hay mecanismos, hay fórmulas a través de las cuales se puede indagar si las actuaciones de las personas son coherentes, congruentes con sus ideas”, enfatizó.

Seguidamente, detalló una serie de problemas que presentaron durante la investigación. El primer problema estuvo vinculado a una de las técnicas previstas para iniciar la investigación: una encuesta. “Para hacer una encuesta que fuera estadísticamente representativa, es decir, una encuesta que arrojara unos resultados con los cuales se pudiera hacer inferencias estadísticas, generalizaciones del orden de los abogados o los abogados penalistas en Colombia piensa que tal y cual cosa, para poder dar una valor estadístico a los resultados de esa encuesta era indispensable tomar una muestra representativa de los abogados penalistas, saber cuál era el universo”, expresó. Y agregó que “en Colombia no se sabe con exactitud cuántos abogados hay en el país y mucho menos, eso sí resulta imposible, establecer cuántos abogados penalistas, dedicados al derecho penal existe en el país”.

En ese sentido, reconoció que la encuesta permitía reunir información sobre tendencias de pensamiento existente entre los/as abogados/as sin saber sin conocer qué porcentaje de abogados/as eran seguidores/as de esas tendencias. “Lo que nos interesaba era conocer cuáles eran las ideas que rondaban de manera significativa dentro de la comunidad de abogados penalistas pues íbamos a poder reformar unos modelos ideales de tendencias de pensamiento -ya que aplicamos un poco la ideas de Max Weber sobre los modelos ideales-, es decir, sistematizar la información que arrojaban las encuestas después de que fueron aplicadas, eso nos permitió construir unos modelos ideales de tendencias de pensamiento”, indicó.

La encuesta realizada a diferentes grupos identificó percepciones conservadoras, liberales en términos políticos y radicales en torno a las instituciones jurídico penales y respecto a la práctica del derecho en el ámbito penal. Una de las primeras variables que se tuvo en cuenta fue el origen social de los/as abogados/as. “Íbamos a correlacionar en la encuesta cuál era el comportamiento de esas tendencias de pensamiento según el estrato social y lo que al final demostró la encuesta es que no había significativa la posición social de los abogado dentro de esas capas de la clase media, es decir, en las tres grandes tendencias que se identificaron, había distribuidos de manera más o menos equilibradas en los distintos estratos sociales”, remarcó.

Otra variables que se consideró fue la profesión la ocupación que desempeñaban los/as operadores/as jurídicos/as en el ámbito penal. “La que más nos interesaba eran los jueces por la sencilla razón de que son los que tienen más poder. Y lo que encontramos fue muy interesante. Las posiciones más conservadoras eran promovidas por los jueces más jóvenes que estaban en los cargos inferiores dentro de la estructura judicial del país, mientras que las posiciones más críticas, más avanzadas, más progresistas se encontraban dentro de los jueces que tenían las posiciones más altas dentro de la judicatura”, expresó.

La tercera variable analizada fue la universidad de origen vinculada al perfil social y cultural ya que se consideran que tienen mayor incidencia en la formación de las tendencias ideológicas de los/as operadores/as jurídicos/as. “Se encontró que por regla general la universidad de origen no era muy significativa. Las posiciones por ejemplo conservadores apenas aumentaban ligeramente con una incidencia casi inexistentes en universidades que suponían que tenían un perfil concervador y era un poquito más representativo el asunto en algunas universidades liberales o que suponen una fuerte influencia de corrientes críticas”, aseguró.

Tras la implementación de la encuesta se realizó una entrevista en profundidad. “Las entrevistas en profundidad se realizaron principalmente con jueces que eran el grupo que más nos interesaban. Los jueces que fueron entrevistados eran distintos a los que habían sido encuestados. Aquí el número de entrevistas se determina de manera muy distinta, se determina con lo que en la metodología de la investigación se conoce como punto de saturación”, planteó. Destacó que la entrevista es mucho más rica en contenido en comparación a la encuesta. “La entrevista en profundidad nos permite profundizar en el qué, cuándo, cómo, cuándo, porqué se seguían esas ideas”, describió. Los resultados que arrojaron tanto las encuestas como las entrevistas dieron lugar a una tercera etapa de investigación: el experimento. Se trata de una técnica de investigación que suele ser utilizada en las ciencias básicas pero que también puede ser aplicada en el ámbito de las ciencias sociales en condiciones artificiales o reales. “El experimento quería responder a la pregunta de si los abogados, los operadores jurídicos, particularmente los jueces en materia penal, realmente preferían aplicar la justicia por encima de la ley y para ese efecto construimos un caso”, señaló. “Necesitábamos un caso que hiciera que afloraran los prejuicios ideológicos, entonces tenía que ser un caso real y el caso que tomamos fue la acusación contra el ex presidente Ernesto Samper Pizano de supuestamente haber recibido dinero del narcotráfico para financiar su campaña política”, sostuvo. El experimento permitió concluir que “los jueces obraban son sus prejuicios ideológicos por encima de cualquier otra consideración de orden legal o relativas a las pruebas”.

Seguidamente, manifestó que se desarrollaron una serie de talleres de discusión para indagar sobre qué era la justicia para estos/as jueces/juezas que estaban dispuestos a aplicar la justicia por encima de la ley debían saber que era la justicia y la mayoría de ellos/as tuvieron serias dificultades para responder esa pregunta. “Empecé a preguntar si estos jueces que estaban dispuestos a realizar la justicia por encima de la ley pero que no sabían qué era la justicia si lo que iban a hacer realmente era hacer justicia o darle rienda suela a aplicar su prejuicios ideológicos”, explicó y apuntó que “que tanto en la encuesta como en las entrevistas en profundidad como en los talleres de discusión surgieron muchos prejuicios ideológicos en torno a las instituciones penales, a los criminales que eran bastante preocupantes”.

El expositor sostuvo que los resultados de la encuesta anularon su hipótesis: los/as jueces/juezas prefieren la aplicación de la ley por encima de cualquier otra consideración. “Cuando eso no sucede y prefieren la justicia material por encima de la justicia formal, el valor justicia por encima de la ley, dije Kelsen murió, murió el formalismo jurídico”, señaló. Sin embargo, indicó que “cuando veía que los jueces no podían establecer qué era justicia ni dar ejemplos concretos de cómo harían para materializar la justicia por encima de la ley empecé a extrañar a Kelsen porque prefería la aplicación de la ley y no la aplicación prejuicios ideológicos que con mucha frecuencia eran clasistas, sexistas, racistas”.

La investigación procedió a examinar decisiones judiciales para corroborar si existían equivalencias entre las posiciones ideológicas que los/as jueces/as habían manifestado tener o seguir en las otras técnicas de investigación implementadas y la manera en cómo administraban justicia. “Lo que encontramos fue que ciertamente había una correlación entre lo que la gente decía y hacía pero no encontramos una correlación con la idea de hacer justicia. En cambio, sí encontramos muchísimos ejemplos, algunos de ellos realmente terribles, de cómo los jueces, aun transgrediendo la ley, aun rompiendo reglas de orden legal aplicaban, desarrollaban o materializaban sus prejuicios ideológicos”, concluyó.

Video