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Año III - Edición 60 02 de diciembre de 2004

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Entrega de diplomas y de medallas a profesores de la Facultad

  • Notas

El acto de apertura estuvo a cargo del Decano Dr. Atilio Alterini quien dio la bienvenida a los docentes que se incorporan al claustro de profesores y felicitó a aquellos que revalidaron sus títulos. Destacó que todos ellos han sido designados en los términos del Estatuto Universitario por concursos que excluyeron toda discriminación ideológica o política y todo favoritismo localista. En este sentido, fueron examinados por jurados de autoridad e imparcialidad indiscutible –muchos de ellos extranjeros–, que evitaron el riesgo de favoritismo que procura garantizar nuestro Estatuto.

Además, el segundo motivo para la realización del acto fue el reconocimiento de la Facultad a quienes han llegado al límite de edad establecido en el art. 51 del Estatuto Universitario. Consideró que es una norma que está en crisis, que muchos discuten y que otros defienden, pero que sin dudas marca un equilibrio entre la necesidad de conservar a los profesores con experiencia, mientras tengan aptitud para estar a cargo de cátedras, y la necesidad que tienen los jóvenes de ir avanzando en su carrera universitaria.

Finalmente agradeció la presencia de los convocados y manifestó que se ha sentido acompañado por todos durante su gestión. Solicitó que continúen brindando esa colaboración para seguir contribuyendo, con la educación pública que hizo grande a este país, a que la Argentina vuelva a ocupar el lugar de privilegio que alguna vez ocupó en el concierto de naciones.

A continuación, el Rector de la Universidad de Buenos Aires Dr. Guillermo Jaim Etcheverry comenzó felicitando a los docentes que alcanzan o revalidan su condición de profesores regulares. Expresó que ser profesor implica haber manifestado la voluntad de ocuparse de los otros. Es tener interés de investigar y de enseñar a través de ese impulso humano esencial por transmitir y compartir aquello que se conoce. Anunció que esta actitud es una de las más altas actividades que puede desarrollar el ser humano y que merece ser celebrada, como en éste acto.

Continuó indicando que la contribución que realiza la universidad a la sociedad es la de despertar el interés, la de formar a las nuevas generaciones que se acercan. Es ahí donde se libra la batalla del fututo, y donde nuestra institución encuentra su razón fundamental de ser.

Seguidamente señaló que “no debemos perder la dimensión del tiempo y la idea de continuidad ya que somos parte de un proceso que no comienza ni termina con nosotros. Si no advertimos que tenemos pasado, difícilmente podremos trabajar por un futuro”. Agregó que la idea moderna es una idea continuada, y es la que sostiene que somos los responsables de nuestro destino.

Sostuvo, además, que somos los encargados de cambiar la sociedad y por eso la influencia que ejercemos en los jóvenes es crucial ya que determina la verdadera importancia de ser profesores de una universidad como la nuestra: una Universidad que está sujeta a momentos difíciles, con tensiones muchas veces desalentadoras pero que al mismo tiempo encierra un enorme potencial.

Culminó asegurando que nuestra Universidad es promesa de futuro y por eso la sociedad debe mantenerla, haciendo los esfuerzos necesarios para que la riqueza de las personas que están aquí dentro no se pierda. “Nuestra institución, que muchas veces fue golpeada, castigada y criticada, realiza un gran aporte a la sociedad, porque toca ese material noble que es la mente, la actitud, la conducta y el pensamiento de nuestros jóvenes, y es nuestra obligación ayudarlos a que concreten esas realidades”.