El valor de la igualdad en el Estado de derecho
En el Salón Rojo, el pasado 25 de marzo tuvo lugar la conferencia “El valor de la igualdad en el Estado de derecho”, que estuvo a cargo de María Teresa Fernández de la Vega (presidenta del Consejo de Estado Español, exvicepresidenta del Gobierno de España; exministra de la Presidencia, exportavoz del Gobierno, exsecretaria de Estado de Justicia, y exdiputada por varias provincias). Leandro A. Martínez (consejero directivo de la Facultad) y Alberto Spota (profesor de Derecho Constitucional) realizaron la presentación del encuentro.
Para comenzar, María Teresa Fernández de la Vega resaltó que “no hay democracia sin Estado de derecho y no hay Estado de derecho sin igualdad, pero igualdad no como un mero pronunciado programático, sino entendida como igualdad real”.
Luego se refirió a su trayectoria profesional: “He dedicado toda mi vida a la política y a lo público y en esa noble labor he tenido la enorme fortuna de poder desempeñar mi trabajo en los tres poderes del Estado: como juez de profesión dedicada precisamente a la jurisdicción social, como diputada en el Parlamento español, ejerciendo de portavoz en mi grupo y como vicepresidenta primera y portavoz en el Gobierno, dedicada entre otras cosas a la coordinación de toda las políticas gubernamentales y ahora como presidenta del principal órgano consultivo del Estado”. Además, aseveró que “todos los que trabajamos en el ámbito de lo público trabajamos también de un modo u otro por la igualdad y el respeto al imperio de la ley”.
Por otro lado, afirmó que “el auténtico sustento de la democracia y la convivencia social es la igualdad en derechos de los hombres y de las mujeres que desarrollan su vida en sociedad”. Por este motivo, subrayó “la urgencia de fortalecer, regenerar y de llenar de contenido el ámbito de lo público como medio para construir una sociedad más justa, cohesionada y con menos desigualdad”.
Acto seguido, se refirió “a los tres elementos fundamentales que constituyen la masa del Estado constitucional actual y sin los cuales es imposible disponer del marco político jurídico y socioeconómico necesario para aspirar a hacer real la legítima aspiración de igualdad efectiva”: democracia efectiva, Estado de derecho y Estado social. Y puso de manifiesto la importancia de acuñar una delimitación conceptual de estos tres principios básicos para entenderlos adecuadamente, pero sobre todo para poder constatar en caso necesario su crisis o su conculcación.
En cuanto a la grave crisis por la que atraviesan en la actualidad los tres elementos, manifestó que “están siendo objeto de una grave erosión. En efecto, la democracia liberal tal y como la hemos entendido desde el final de la Segunda Guerra Mundial está en crisis”. Agregó que “los diagnósticos de deriva autoritaria que describe la doctrina de analistas y profesores se constata en la vida pública”, y contó que “en toda Europa se está extendiendo un virus populista y triunfan discursos que resultan incompatibles con el principio democrático”. En este marco, puntualizó: “Piensen que en el seno de la Unión Europea las instituciones comunitarias se han visto obligadas a activar contra dos Estados miembros los mecanismos extraordinarios previstos en los tratados para casos de riesgo, de violaciones graves y sistémicas de los valores de la democracia y del Estado de derecho por primera vez en la historia”.
Más adelante, se enfocó en distintas particularidades y problemas actuales que presenta el principio de igualdad material en el marco del Estado de derecho. Especificó, en esta línea que “el 22% de la población española se encuentra hoy dentro de una tasa de riesgo de pobreza. Son datos inasumibles que reclaman una reacción inmediata y esa reacción no puede caer sobre las espaldas de los de siempre, de los menos favorecidos”. En cierto sentido, indicó, “se rompe el cimiento sobre el que se sustentó el proyecto europeo de la integración europea y que ha sido la esencia de la socialdemocracia europea, que nos ha permitido vivir los mejores años de paz y desarrollo económico”. Asimismo, detalló que puede diagnosticarse una situación parecida en la región latinoamericana, que cuenta con unos niveles altísimos de desigualdad, de acuerdo con un estudio de ONU-Hábitat del año 2008, cinco de los 10 países se encuentran en América Latina.
Para concluir, reflexionó: “En 1784, en una preclara carta a George Washington, Thomas Jefferson escribía que el fundamento constitucional del Estado era la igualdad del ser humano. Yo creo que más de doscientos años después hemos hecho realidad esa aspiración en la letra de las constituciones, de nuestros textos normativos y tratados internacionales, pero estamos aún muy lejos de que esa elemental aspiración sea realidad en nuestras sociedades. Es tarea de todos luchar para que esa aspiración se haga realidad y esa realidad no se podrá hacer nunca realidad si no cuentan con nosotras”.